Tupper de croquetas

Nosotros en plan primavera y resulta que ya estamos metidos de lleno en el verano más riguroso. Aún lucimos pantalón largo y calzado cerrado, mientras la prensa deportiva ya nos conmina a llevar bermudas y sandalias. Vamos inaugurando tímidamente la temporada de terracitas, pero nuestras portadas han dado un salto mortal con doble tirabuzón directo a la piscina, al protector solar, al tupper de croquetas y, sobre todo, al castillo de arena.

Qué cosas. El tiempo corre que es una barbaridad y nos hemos quedado atrás. Llovía hace pocas madrugadas en Cibeles mientras Sergio Ramos adornaba a la diosa con la bufanda del Madrid y de repente resulta que no, que el sol aprieta como si estuviéramos súbitamente en el mes de agosto. La Undécima pasó hace siglos. Ya nadie se acuerda. Puede que hasta esa victoria haya sido también en blanco y negro, como las otras diez. El color se reserva desde ya para la Selección (dizque La Roja) y el guirigay de los fichajes.  No habrá tinto de verano suficiente para soportar esta canícula.

Ahí lo tienen. Ni rastro del campeón de Europa. Bueno, sí: que Keylor pasará por el quirófano, que James quiere irse y que Benzema ha reabierto la polémica sobre el racismo en Francia. Es decir, ni rastro del campeón de Europa. Tres temas de portada random, que igualmente serían temas de portada si el Madrid no hubiera ganado la Undécima, si la hubiera perdido en los penaltis contra el Atleti, si hubiera caído contra el Wolfsburgo, si qué más da que la ganase; la apuntamos, acusamos recibo y a otra cosa mariposa.

Esa otra cosa es la Selección en los periódicos madrileños. Hay que calentar la Eurocopa, que para eso somos los vigentes campeones. Vende más el posible esplendoroso futuro -y más si es supuestamente ecuménico- que el pasado tan reciente que casi no es pasado, sobre todo si ese pasado es la Undécima que el Madrid ganó hace la friolera de cinco días.

Ayer España ganó 6-1 en un partido amistoso contra la colosal Corea del Sur (¿alguien vio el partido?), al parecer con buenas actuaciones de Morata y Nolito. Bien por ello. Sepan que en este caso no hay reserva alguna en elogiar la goleada roja, faltaría más. Aquí da igual quién haya sido el rival, bien sea un equipo de fuste y palmarés o bien sea un mero sparring. No escucharán que meterle seis goles a Corea del Sur es cosa menos meritoria que metérselos a Alemania. No leerán que habrá que ver a España contra rivales de mayor enjundia para valorar su auténtico potencial. Esos juicios se quedan para el Madrid, que cuando gana es porque el rival ya tal y cuando pierde es porque ese club es un sindiós sin proyecto, un pollo sin cabeza. La jugada es maestra; la doble vara de medir es flagrante.

La otra cara del verano en el que al parecer ya estamos metidos de lleno la ofrece la prensa catalana. Hagan juego, señores. Alguien ha cantado línea y continuamos para bingo. Aleñá (?), Marquinhos y Vietto son los invitados hoy a la fiesta de la espuma. Pasen y vean. Estamos que lo tiramos ya desde hace días, desde que declaramos ser cholistas y el Cholo nos dejó en calzoncillos. Tendremos que volver con el rabo entre las piernas a nuestras cosas del estilo y el césped bien regado, no vaya a ser que alguno nos acuse de oportunismo y de estar más a la derrota del Madrid que a la victoria propia. Esa época ya pasó, y ya se sabe que nadie se acuerda del periódico de ayer, aunque aquí en La Galerna tenemos buena memoria, queridos amics.

El verano es algo díscolo y en él se relajan ciertas formas, tanto que hasta cabe una cosa y la contraria. Así, si en Mundo Deportivo "Alves está negociando con el PSG", en Sport "ya ha fichado por la Juve". Lo dicho, un guirigay. No descarten que el brasileño acabe fichando por todos los equipos de Europa, alguno de Brasil y otro de Estados Unidos para terminar jugando un año más en el Barcelona. ¿Dónde se le va a permitir mejor grabar esos periscopes llenos de chispa y gracejo?

Por lo demás, Messi y su padre declaran hoy ante la Audiencia por fraude fiscal. Lo dice Sport y también lo decía Marca en sendos mínimos recuadros que hemos descubierto con lupa y un sobrevenido dolor de cabeza por el esfuerzo visual realizado. Justo por ese dolor, no queremos pensar qué pasaría si fuera Cristiano el del banquillo judicial. Si el portugués es criticado por quitarse la camisa al celebrar un gol, si el haberse reservado para tirar el quinto penalti de la tanda de la Undécima (sí, la ganamos, no sabemos si lo recuerdan) ha sido visto como indecorosa altanería, a estas alturas conoceríamos los pormenores del tratado de extradición con Portugal a mayor gloria del periodismo de investigación. Y ello incluso siendo ya oficiosamente verano. Que Dios se apiade de nosotros.