Thibaut Courtois llegó al Madrid tras haber sido durante años uno de los protagonistas de la rumorología. Por un momento pareció que su suerte sería la de Viera, pero finalmente supo resistir las ofertas de renovación blues y su situación contractual deparó un precio de traspaso muy asumible para el mejor portero del Mundial.
En Madrid le esperaba un gran club en crisis debida a las salidas de Cristiano y Zidane. La última Champions y la resaca del Mundial habían vaciado las reservas de energía de una plantilla que protagonizó el peor ejercicio de su historia reciente. Courtois no estuvo mucho mejor que sus compañeros. Sin errores graves, pero tampoco grandes aciertos, la presencia de Navas, el debate espoleado por la prensa y el rendimiento del equipo, el año del belga estuvo por debajo de las enormes expectativas creadas.
El comienzo de la presente temporada no fue mejor para el equipo. El Madrid acumuló varios resultados negativos y seguía encajando goles. De nuevo no se podían atribuir a errores de Courtois, pero un inesperado malestar ante el Brujas y la buena actuación de Areola, generaron un debate absurdo que, afortunadamente, nunca estuvo en la cabeza de su entrenador. El partido de Mallorca sirvió como punto de inflexión y, a raíz del mismo, la solidez defensiva comenzó a darle victorias al Madrid. El tono de la defensa había subido, pero en la portería el coloso belga no daba opciones al rival. Thibaut encadenó actuaciones que le dieron puntos al Madrid. La confianza del equipo en su portero comenzó a crear una armonía que provocaba que el no encajar fuera uno de los principales estímulos de los blancos.
Courtois, gracias a sus actuaciones, camina firme hacia el premio Zamora. El día de la eliminación ante la Real Sociedad, la portería madridista se veía más pequeña sin que eso significase nada malo de Areola. Courtois terminó un nuevo Clásico con la portería a cero y sostuvo a su equipo cuando más le necesitaba. Si el Madrid gana la Liga será justo recordar lo decisivo que fue aquel día. Será difícil que un portero del Madrid vuelva a acumular 480 minutos seguidos imbatido por Barça y Atleti. Su tanda de penaltis ante el Atlético ya valió un primer título.
Sin debates absurdos a la vista, el Madrid vuelve a tener uno de los mejores porteros del mundo. Uno de esos que cuando el balón sobrevuela el área sabes que lo agarrará y buscará el contragolpe. Los madridistas nos sentimos seguros.
Los madridistas felices del cambio experimentado por el portero belga. Ya está ofreciendo un rendimiento acorde con las expectativas generadas.
El comentario anterior lo he escrito sin haber leído , aún , el artículo de marras. Recién leído me ha parecido enormemente significativa la coincidencia (incluso en las palabras). Lo cual interpreto como prueba de veracidad.