Síndrome postvacacional

Lo entendemos. Han sido muchos días de parón. Ha pasado ya un tiempo considerable desde que el Madrid ganó en San Mamés, desde que Isco se fue al Barcelona por cuarta o quinta vez en su carrera, desde que el sorteo de Champions volvía a ser manipulado por Florentino... desde que a Mascherano no le pitan un penalti.

Este lapso ha sido tan largo -tal vez no tanto en tiempo medido, pero sí en tiempo vivido- que nuestra querida prensa deportiva aún anda desperezándose, aún mantiene un pie en esos días de paréntesis y parece no saber bien cómo regresar al brío de la competición liguera y al vértigo de lo que no puede parar, al desenfreno de aquello que cuando para, nos para. Ya se sabe que bastan apenas unos días de asueto para que el trabajo quede a años luz, para que la languidez todo lo anegue, para que el simple gesto cotidiano de "tener que" se nos antoje un penoso esfuerzo. Síndrome postvacacional llaman a la depresión de baja intensidad que llega cuando toca retomar la actividad, cuando es preciso volver a rendir cuentas diarias, cuando vuelve la Liga tras dos partidos de la Selección.

Solo Marca y en menor medida Sport parecen haber recuperado un poco el vigor tras el parón. Ambas portadas se hacen eco de lo que está por venir ya mismo, desde mañana mismo, en un mes de abril que hoy empieza y que acabará también casi ya mismo -así de soplo es la vida- con bastantes cosas decididas. Como bien informa Marca, tendremos en este mes siete jornadas de Liga, un Madrid-Barcelona, un Madrid-Atlético y dos Madrid-Bayern. Casi nada, queridos galernautas. Casi todo.

Pero claro, recuperar la actividad tras los citados días de otra cosa tiene el riesgo de que a uno le salgan vicios previos que creíamos superados. Son esos tics que quedan ocultos en el inconsciente y que una máquina de la verdad o una sesión de hipnosis o un parón de selecciones vuelven a traer de modo automático. Ya no es que Bale tenga una hernia, sino su versión menos polémica, más digerible e igualmente falsa: "Esperando al mejor Bale", dice Marca, como quien no quiere la cosa, como si no lo hubieran visto ya casi desde el primer día los que han querido ver, como si ahora que Isco ha fichado por el Barcelona otra vez y que el mes de abril aún solo anuncia su vigor no hubiera más comodín (más pimpampum) que el de un galés elegante y educado que, como nosotros, debe estar preguntándose a qué viene esta fijación.

"El madridismo quiere 'ver' al galés [...]", reitera Marca con unas significativas comillas, y nosotros nos preguntamos qué es eso del madridismo en boca de Marca, quiénes son esos que quieren 'ver', dónde han estado cuando nosotros hemos visto, por qué Marca se empeña en actualizar -si bien dulcificado- uno de sus episodios más penosos de su historia reciente.

Hasta aquí el regreso a la rutina, torpe, incipiente y balbuceante, pero regreso al fin. En cambio, As y Mundo Deportivo continúan de parón, tirando del recurso (bostecen ustedes sin vergüenza) que trae a portada a jugadores por venir, por volver, por decir que van a venir, por volver a decir que puede que tal vez vengan o vuelvan, por decir, decir por decir. De ese material tan gaseoso se nutren hoy ambas portadas: la madrileña con Mbappé por declaración de un tercero, la catalana con Deulofeu por una posibilidad de recompra. Apasionante, amigos. Síndrome postvacacional del bueno. Un cubo de agua fresca a la cara de estas portadas y a otra cosa, por favor. ¿No han visto en As y en Mundo Deportivo que queremos 'ver' a Bale?