Real Madrid femenino, 2 - SD Eibar, 1

El Madrid aprende a sumar de tres en Liga

El Real Madrid femenino venció (2-1) a la SD Eibar en la sexta jornada de Primera Iberdrola para encontrar su ansiada primera victoria liguera. Caroline Møller y Rocío Gálvez dieron con la red y remontaron con sus goles el tanto inicial de Míriam Rodríguez.

Tras un mes de competición sin conocer la victoria, con David Aznar en el alambre y sin un puñado de jugadoras clave, la sombra que el Eibar proyectaba sobre el césped del estadio Alfredo Di Stéfano cuando saltó al campo era la de un jefe final de videojuego. El Real Madrid volvió a salir con lo que tenía, como hiciera en Ucrania, dibujando una defensa de tres con Kenti Robles y Olga Carmona en los carriles. Sin más alternativas, y con Misa Rodríguez y Athenea del Castillo descansando de inicio en el banco, al Real le costó un mundo que su juego fluyera.

Era la hoja de ruta esperada por cualquier aficionado que siga al equipo femenino del Madrid, pero ni así consiguió disiparse la sensación de impotencia y desesperación. Con Claudia Zornoza como única centrocampista sana, el balón siempre pasaba por ella, aunque tanto Lorena Navarro como Claudia Florentino la escoltaron tan bien como pudieron. La portería rival fue, durante media hora, apenas un decorado alejado en el horizonte.

Del lado del Eibar no hubo quebraderos de cabeza. El trío atacante, conformado por Arola Aparicio, Míriam Rodríguez y Carla Morera, se mostró incisivo y decidido con cada claro abierto entre la zaga blanca. Y tras un par de intentos de calentamiento, llegó el premio para las visitantes. El gol germinó en el preciso instante en el que Olga Carmona optó por ahorrarse un carrera en busca de un balón que debía perderse por la línea de fondo. Sí tuvo fe Morera, que no sólo salvó el cuero, sino que pudo centrar al área para encontrar un mal cálculo en la salida por alto de Méline Gérard. La ocasión estaba destinada a acabar en gol y fue Míriam quien pudo culminarla anticipándose a Babett Peter.

El 0-1, la obligación de pedalear con viento en contra, era ya tan familiar como el azul de los asientos. Pero esta vez, por primera vez en la temporada y quizás como mera reacción lógica tras tanta experiencia acumulada en esa situación lastimosa, el Real Madrid supo salir del infierno. Bastó con una buena circulación en tres cuartos de campo rival para encontrar el camino.

Fue Lorena Navarro la encargada de poner en marcha el engranaje gracias a una inteligente apertura hacia el costado derecho, por donde Kenti Robles entró como acostumbra a hacer para servir un un centro al área. Y allí apareció una hasta entonces transparente Caroline Møller, que libre de marca tuvo tiempo para cabecear a placer y celebrar su primer gol de blanco.

A pesar de que el partido del Madrid no dejaba lugar al alarde, la plasmación del 1-1 dio una bocanada de calma y confianza a las futbolistas de David Aznar: marcar era posible. El terreno seguía embarrado y la música seguía siendo de película de terror, pero el rival acababa de perder su aura inicial de imbatibilidad. Las tablas aguantaron hasta el minuto 58.

Fue entonces cuando Zornoza dispuso de una falta lateral desde la izquierda para buscar, como mínimo, el enredo en el área. Y lo encontró, pues el primer intento de remate no sirvió más que para que la alemana Peter prolongase el cuero hacia el segundo palo. Por allí andaba su compañera de zaga Rocío Gálvez con ganas de volver a demostrar su clarividencia ofensiva, pues controló el balón con temple y disparó con potencia buscando el palo largo de la guardameta Noelia.

Las blancas celebraron con fiereza el 2-1 y, durante la media hora restante, empezaron el curso acelerado de defensa de un resultado positivo; una situación de la que hasta ahora no habían disfrutado en el campeonato liguero. Cumplieron con sobriedad. El partido bordeó el caos de ida y vuelta con la entrada de Lucía Rodríguez y Athenea por banda izquierda, pero el Eibar nunca pudo recuperar su aura mitológica. Desde ya es el Real Madrid el equipo llamado a recuperar el estatus que por obligación le pertenece.

Fotografías: Imago