Hay amores que cesan en la cumbre, amores que se adelantan a su propio final, amores culminantes que se marchan de improviso. Son amores abruptos que dejan un dolor profundo, una herida consciente, y un recuerdo imborrable.
Se trata de amores egoístas que se ahorran el desgaste, amores que parten antes de que la relación languidezca, amores que se acaban pero de alguna forma no mueren. Se trata de amantes que aman la perfección del propio amor y se anticipan a su falta; amantes previsores que zarpan antes de que el cariño se deteriore, la pasión se marchite, el afecto se embarre, y el amor se pudra.
No había llegado el Madrid a Cibeles para celebrar la tercera Copa de Europa consecutiva, y Cristiano ya se había despedido de la afición. Fue bonito mientras duró. La sorpresa y la rabia, el desconsuelo y el estupor aguaron los festejos, robaron las portadas, y dejaron a la afición irritada y pesarosa. El mayor de los éxitos quedaba emborronado por la amenaza de partida; salvo que no había amago, sino separación.
Cristiano se fue con sus goles a otra parte, dejó el cariño de los aficionados huérfano, y nuestro registro de goles en los huesos. Nos ahorró la decadencia. Prescindió de los reproches de unos y de la condescendencia de otros. Se evitó los desacuerdos, los pitidos, las discusiones, y las trifulcas con el tendido. No dio pie a que un sector de la afición viera los fallos antes que los aciertos, los tantos que se le escapaban antes que los goles que enchufaba, la pérdida de potencia y de velocidad antes que el posicionamiento, la interpretación y la sabiduría. Nos evitó su declive para agigantar su figura en la distancia. Nos desapareció la caída para mantenerse perfecto en el imaginario.
Cristiano brilla incólume en la memoria de la afición porque no tuvo final triste ni estadio dividido ni bronca recurrente. Perdió Cristiano, perdió el equipo, perdió el madridismo, y perdió la institución. Ganó el amor idealizado. Este Real Madrid con el gol de Cristiano sería otro bien distinto, con una apostura diferente, y Cristiano habría logrado mayores reconocimientos. Sin embargo, no habría extrañamiento ni melancolía. No quedaría un halo completo, un final redondo, un recuerdo inmaculado, ni el dolor de la ausencia.
Cristiano brilla incólume en la memoria de la afición porque no tuvo final triste ni estadio dividido ni bronca recurrente. Perdió Cristiano, perdió el equipo, perdió el madridismo, y perdió la institución. Ganó el amor idealizado
Seguramente Cristiano se haya arrepentido un millón de veces —no es fácil renunciar al amor en su cima, y menos a un amor tan idóneo y tan perfecto—. Seguramente se haya alegrado también de cuando en cuando, conocedor del paño y de la relación. En todo caso, tomó su decisión y fue con ella hasta el desenlace; igual que Florentino, que no cedió ni un ápice a posibles pretensiones ni exigencias, y dejó señalado el camino.
Ha llegado el momento de la verdad para Sergio Ramos. No hay peor manera de finalizar algo que la vía lenta y dolorosa, que la indecisión constante, que la duda permanente, que prolongar las cosas estérilmente, sin deseo ni convicción. Sergio va camino de convertir a sus mayores aliados, los madridistas, en detractores hartos de dilaciones y devaneos. Su irresolución ha convertido una posición de fuerza en una de debilidad.
La red clientelar auspiciada por los Ramos libra una batalla condenada al fracaso. Su entorno mediático no entiende ni asume que el contrato que desean no tiene sentido estratégico ni económico para el club. Se obstina en sobredimensionar innecesariamente la figura de un futbolista que hace tiempo que alcanzó el rango de leyenda. La oferta de renovación se le presenta por reconocimiento a su capitanía y trayectoria, pero no se plantea negociación alguna. El club le ofrece las condiciones que se puede permitir en un contexto pandémico; y la corte periodística patina una y otra vez a la hora de colocar a la misma altura al jugador que a la entidad.
Sergio se ha ganado la renovación en el campo, con su entrega y rendimiento, pero está perdiendo la batalla y el crédito fuera de los terrenos de juego. Dejar el trabajo sucio en manos de otros puede ser inteligente, salvo cuando los encargados lo ejecutan de manera torticera, estentórea, y reiterativa, y acaban manchando todo.
La red clientelar auspiciada por los Ramos libra una batalla condenada al fracaso. Su entorno mediático no entiende ni asume que el contrato que desean no tiene sentido estratégico ni económico para el club
Entre la sarta de incongruencias que se propala se insiste en que la prioridad del futbolista es quedarse en el Real Madrid y que no dispone de otras ofertas, dejando al jugador en una situación expuesta y ridícula. La solución más eficaz sería la intervención inmediata. Sergio Ramos no debería tardar más en pronunciarse en un sentido u otro, y evitar que el cariño y la admiración se transformen en hastío, desidia y animosidad. Debe cortar la pérdida de imagen por lo sano, y no permitir que otros dilapiden el prestigio ganado con su profesionalidad, ni que conviertan su continuidad en un asunto de baratillo, ni que avance la erosión.
El aficionado se enteró de las renovaciones de Benzema, Kroos, Casemiro, Carvajal, y Nacho, por citar varios ejemplos, cuando todo estaba cerrado. No hubo espectáculo, esperpento ni alboroto. Modric se ha puesto directamente en manos del club con el único deseo de permanecer aquí, con mayor ambición deportiva que aspiraciones económicas, con la ilusión de retirarse en el Real Madrid.
Sergio se ha ganado la renovación en el campo, con su entrega y rendimiento, pero está perdiendo la batalla y el crédito fuera de los terrenos de juego
Mientras que Cristiano tuvo conciencia de culminación, sentido del final, Sergio Ramos no ha tenido ningún criterio a la hora de manejar los tiempos. El presente está superando claramente a Ramos, y su ausencia parece camino de cubrirse con ciertas garantías. No le conviene, por tanto, demorarse más, ni obcecarse en premisas, ni perderse en exigencias de afectos ni reconocimiento, ni tampoco utilizar el pasado para reclamar el futuro, ni anteponerse al club.
Ramos sabe perfectamente que no obtendrá mayor felicidad en ninguna otra parte, y el club le mantiene la oferta, pero toca decidirse. Es la hora de marcharse en lo más alto o de quedarse y abrazar el final de su carrera de la mejor manera posible, de continuar haciendo historia en el Madrid dando un paso más allá de la titularidad y de sí mismo.
Fotografías Getty Images.
Joder, por un momento he creído que estabas hablando de mi divorcio
😀
Yo también me he sentido identificado.Prefiero no contar el número de veces. Y es que no somos tan diferentes, según como se mire.
Perfecto artículo. E inteligente la postura del Madrid (tantas veces denostada, por utilizar un término suave). Ningún equipo le va a ofrecer a Sergio Ramos más de lo que le ofrece el Madrid (no sé cómo andará lo de la oferta china, de todos modos) porque es un jugador de mucha calidad, sí, pero de 35 años de edad y recién operado de la rodilla (que a ver cómo sale).
Lo necesitamos, pero a su justo precio.
De la oferta China nada de nada,ya hace un par de temporadas que en la Liga China no pagan tanto y hay un límite de extranjeros. No veo yo a Ramos yéndose allí y dejando a su familia en Madrid.
Muy buen artículo, como siempre. Ramos será una enorme leyenda en la historia del Real Madrid, con un gol que nos libró de un sufrimiento que sería una carga de por vida.
Cristiano también será una leyenda pero en la imaginaria cama de la pasión, el Real Madrid con Ramos ha tenido amor, mientras Cristiano ha sido el mejor F....amigo sin amor.
Por otro lado con la ficha de CR7 ahora no podríamos fichar a ningún crack.
Parece que Ramos se queda, bien. Está claro que pensaba que se lo iban a rifar, pero parece que nadie vino con más dinero de lo que le ofrece D. Florentino. Sabe más Florentino de como anda el patio, que Ramos, su hermanísimo y todo el resto de su parentela juntos.
Ahora vendrá la escena que tanto gusta al de Camas: " Mi intención siempre fue quedarme", "no era cuestión de dinero", "mi corazón es blanco"... Habrá que hacer como que le creemos y todos felices.
Se confirma que es mal negocio echar un pulso a D.Forentino.
Efestiviwonder. Uno prefiere que Sergio Ramos acabe su carrera profesional en el club que ama. Y sí, opto por , cuando haga su rueda de prensa, hacer que me lo creo casi todo.
No veo partidos de la LFP,pero tengo entendido que a lo han hormonat le han agasajado . Tanto hernàndeç-hernàndeç, como el VAR , como los de Monchi & Lopetegui.
Sergio Ramos es leyenda del club. Me da igual lo que haga fuera del campo o en su vida privada. Dentro es un crack. Me vale con eso. Se ha ganado su renovación no solo por su rendimiento histórico sino por el actual. Eso no quiere decir que el Madrid no deba empezar a planificar su ausencia.
Aquí cada uno juega sus cartas. En principio se hablaba de una oferta del club de una temporada con opción de otra y con reducción del salario actual debido a la situación derivada de la pandemia , el jugador pedía dos. Después que el club ofrecía dos pero con una reducción del salario del contrato actual, y el jugador que aceptaba dos pero que el salario fuera el mismo que en el actual contrato, aunque se pagara en plazos más adelante. Por qué el club tiene que ceder sus pretensiones iniciales, cuando en la negociación tenía la posición de fuerza? Porque aún en el mundo del fútbol, hay personas que piensan que algunos jugadores están por encima del bien y del mal:"con lo que nos ha dado"... Aunque hayan gozado de unos contratos y un estatus dentro del club que la mayoría de sus compañeros no han tenido.
Sí la razón principal en una renovación es "con lo que nos ha dado" estaría jugando Gento todavía, en vez de ser el presidente de honor.
No tiene sentido el adecentar el contrato de Ramos, líder y espíritu de este equipo. Se ve que el que lo piensa no repara que se renovó el contrato de Garet y lleva dos temporadas exasperando al entrenador y otra pagándole a medias su ficha para no verle haciendo infantiladas y de fútbol, poco o nada.
De Hazard , qué vamos a decir . Más de cien
millones y ya veremos si se arranca , lleva ya muchos meses en la capital.
Mejor no hablar de los fichajes millonarios que de momento andan de excursón o por los banquillos.
Para dos fuera de serie que tenemos y que son junto con Zidane los principales impulsores de cuatro Copas de Europa, nos los cargamos.
Nos gastamos después cuatro cientos millones o los que sean en contratos y fichas para no comernos una rosca en Europa.
Zidane lo tenía claro, pedía Cristiano. Ahora pide Ramos. Ni caso. Y vamos a seguir haciendo equipo a base de chequera. Pues que tengan más puntería.
Al año que viene empieza el baile de entrenadores.
Ya tenemos experiencia.
Zidane no pedía nada por qué se marchó después de la final de Kiev,y aunque lo hubiese hecho el sabe que no se le puede dar a los jugadores todo lo pidan. Cristiano pedía que se le pagara sus problemas con Hacienda como hizo el Barcelona con Messi y por ahí no tragaron.
Ramos con 35 años no quería ser consciente de la situación económica del club y de su edad , seguía tensando la cuerda con sus Reneitos para seguir cobrando íntegramente su contrato, como el club no tragó enseguida empezó a soltar cebos como que tenía oferta del PSG"por qué iban a hacer un equipazo con Messi y con el" . El PSG tiene pendiente la renovación de Mbappe y de Neymar, para nada se van a poner a pagarle 20 kilos a Ramos, entonces no le queda otra que retroceder y fingir que siempre se ha querido quedar aceptando la reducción de salario.
Vender el coche para comprar gasolina. Me ahorró no pagar la multa de Cristiano y otros 20 en dos años de Ramos.
Y luego me gastó 400 para hacer el ridículo por esos campos de Europa.
Cuando se harte Zidane nos acordaremos de los años perdidos de Cristiano, Ramos y nuestro mejor entrenador.
No es suficiente con traer a un par de figuras. Cristiano le llevaba comiendo la tostada a Messi una década. Piqué en comparación con Ramos es un jugador de futbolín. El que piense que un líder del equipo se compra en El Rastro que se remita a las consecuencias.
Este equipo costó tres años a Mouriño muy duros. Lo estrenó Carleto y lo disfrutó Zidane con una gran mano izquierda y derecha.
La salida de Cristiano fue un golpe letal que estamos pagando. Y si se van Ramos y Zidane partiremos de cero. Al tiempo.
Los equipos no son colecciones de cromos que se compran mirando hacia Embajadores.