Constato con rabia que me perdí el lance de ayer, imaginando que era hoy, y llevo un buen rato intentando ver un resumen decente, aunque tal propósito me condena a los vericuetos de una picaresca terminada siempre en tíos pesados que recomiendan alguna casa de apuestas. Tras conseguir a duras penas ver los cuatro goles, me retiro del empeño atónito ante la cantidad de seudo resúmenes, que en vez del partido ofrecen alguna simulación de videojuego, cuando tanto más barato parece cualquier otra cosa.
Misterios del copyright, se diría, y despiste senil de quien optó por una vida retirada del mundanal ruido en un entorno rural ibicenco. Rogando que el lector me perdone, aprovecho para tocar a un par de cosas relacionadas con el resultado de anoche, pero no dependientes de haberle podido seguir el ritmo al partido. La primera es el comentario de Zidane al término, subrayando “el tremendo esfuerzo” de sus pupilos, pues podría considerarse un tópico y no lo es, dada no ya la saturación de la enfermería sino el fiasco moral de temperamentos como el de Jovic, o el que acabó divorciando al míster de Bale.
El espíritu del Real no es el de un equipo compatible con la flema, con el descuido gastado por genios como Ronaldinho o Romario, o con someterse al capricho de jugador alguno, porque la institución prima indiscutida sobre todos, y así como Florentino se largó dando un portazo cuando vio cundir el señoritismo dimitió Zidane, cuando se puso en duda su independencia. Por lo demás, aunque hace algún tiempo se sumaron a lesiones de duración inusitada y fiascos morales, algo parecido al bajar la guardia de jugadores como Isco y Marcelo, este último capaz de emular a Roberto Carlos algún año, son factores cuya suma desplaza sobre los demás la carga de una temporada excepcionalmente comprimida.
Por ahora, y con una plantilla no superior este año a la suya, los blancos bailaron literalmente al Barça y al Atlético en sus primeras confrontaciones con ambos, y se mantienen en una Champions de la cual fueron apeados los dos. En el último episodio liguero su victoria sobre el Éibar fue tan sobrada como brillante, mientras los culés ganaban en el último minuto al Valladolid, y los colchoneros sucumbían ante el Sevilla. Anoche prevalecieron merecidamente sobre el penúltimo campeón europeo, y comparar su actual juego con la pobreza del desplegado otrora contra el Cádiz, por ejemplo, pone de relieve un esfuerzo realmente tremendo, premiado con un juego tan imperial a ratos como el pase milimétrico de Kroos a Vinicius, y la perfecta ejecución de éste.
De aquí al próximo miércoles pende mucho, pero no puede pintar mejor.
Fotografías: Imago
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Me encanta cómo llega el equipo a la fase final de la temporada pero soy enemigo de la euforia, compañera habitual del fracaso. Espero que Zidane, igual que supo gestionar los momentos más duros, sepa gestionar este ambiente también.
¡Hala Madrid!
Me alegro de volver a leer a don Antonio. Me encanta lo que escribe y cómo siente su madridismo. Espero que no deje de escribir en La Galerna. ¡Hala Madrid! Y nada más...
Tenemos que ser cautos hasta el miércoles. HAsta el miércoles nada más! A partir de ahí, sí está permitido soñar.
Abrazos madridistas