Buenos días, amigos. Todo hace indicar que Luis Rubiales —personaje que hasta el español menos interesado en el fútbol ha conocido de sobra en los últimos tres días— enfila sus últimas ¿semanas? ¿horas? al frente de la Real Federación Española de Fútbol.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le puso ayer la cruz públicamente, y otra cosa a lo mejor no, pero efectivo a la hora de hacer realidad sus deseos personales el jefe del ejecutivo es un rato. Un maquiavélico lo suele tener bastante fácil para cargarse a un gañán, y si el gañán en cuestión sublima su condición de tal forzando un beso en la boca de una jugadora de fútbol en plena celebración del logro de un Mundial, previo masajeo de las propias gónadas en presencia de la Reina y la adolescente Princesa de España desde el palco de autoridades, al hábil se lo ponen a huevo (o cigoto, como decíamos en el colegio) para poner en la frontera al que es menos sofisticado que un bocata de pelos.
“Las disculpas no son suficientes”, soltó literalmente el presidente del Gobierno (en funciones pero menos) en relación al inefable Rubi, y lo hizo poco rato después de estrechar la mano del interfecto con la máxima frialdad en la recepción oficial a la campeonísima (del mundo, nada menos) Selección Española femenina. Besos a ellas —en principio consentidos, a diferencia del
que Rubi descerrajó a Jenni Hermoso— y gélido apretón de manos a él. El lenguaje corporal a veces dice más que Scatman John en aquellas soberbias peroratas discotequeras de los noventa.
Pero no sólo indicó Sánchez que las torpes farfulladas de Rubiales desde su escala en Doha no servían como excusa ante semejante impresentabilidad burda y machista. Añadió, como también refleja la portada de As, que el todavía mandatario de la RFEF debe “continuar dando pasos para aclarar lo que hemos visto”. Hay formas claras de exigir una dimisión y hay también formas retorcidas de hacerlo, pero ninguna es tan fiel como esta a ambos calificativos. Dar “pasos para aclarar lo que hemos visto”. Nos parece un circunloquio tan cínico como demoledor, un hallazgo verbal digno de inaugurar categoría propia en la historia universal de las sentencias (nunca mejor dicho) políticas.
Felicitamos por este hallazgo dialéctico al presidente del Gobierno en funciones permanentes, si cabe la paradoja, pero por el mismo precio le censuramos también varios pecados de omisión que consisten en no haber empujado a Rubiales hacia la dimisión antes, abundando como abundaban los motivos para ello.
Si Sánchez se permite arrastrar públicamente a Rubi hacia la dimisión es porque tiene armas para ello. Le bastaría con ordenar al CSD que ejecutara sobre el motrileño una inhabilitación. La despreciable conducta machista del sujeto es razón de sobra para solicitar dicha inhabilitación, pero ¿acaso no lo era la completa inacción en el contexto de la patente corrupción del estamento arbitral que depende de Rubiales? ¿Acaso no lo era el conflicto de intereses en que obviamente incurría el desahogado al aliarse con el capitán de un equipo en liza en la Liga para organizar una competición que dependía (depende) de la clasificación final de dicha Liga?
Sólo hay una mala noticia en el hecho de que el gobierno quiera cargarse a Rubiales por machista: que pudo hacerlo antes por otras causas quizá más graves, y no le dio la gana. El Gobierno pudo hacer algo por frenar la corrupción rampante del fútbol español, pero se abstuvo. Sólo ahora, cuando un asqueroso incidente de uno de sus protagonistas toca una materia que juzgan lo suficientemente sensible desde el punto de vista social, deciden intervenir, confirmando así que pueden hacerlo y que, por tanto, podrían haberlo hecho con anterioridad. Razones no les faltaron.
Procede ahora sacar a colación al no menos inefable ministro Iceta, que ha tardado cero coma en poner el grito en el cielo por el abuso machirulo de Rubi (justificadísimamente) pero declaró “no seguir de cerca” el asuntillo de la compra de la competición liguera, durante dos décadas, por parte de uno de los clubes contendientes. Recordemos que Iceta es ministro de cultura Y DEPORTES.
A Marca (y a nosotros mismos con arreglo a lo ya escrito) le vamos a matizar algo. No es que Sánchez se sume “a las críticas por el beso inapropiado a Jenni”. No fue sólo el beso, sino que toda su actuación fue vergonzosa. Hubo más besos y tocamientos impropios con otras jugadoras y, sobre todo, estuvo el dantesco empujón pélvico, huevada en ristre, desde el palco y junto a miembros de la Familia Real. No consentimos a ese cefalópodo allí. No aceptamos Rubiales como animal de compañía.
Y este es el fútbol español, amigos. Nos hacen mucha gracia todos los que están flipándolo con Rubiales porque acaban de tener acceso al personaje por primera vez, ajenas como son muchas personas a los turbios tejemanejes del balompié patrio. Puf. Ya veréis cuando conozcan a Tebas, Roures, Laporta e Iturralde González.
Os dejamos con la cosa cataculé.
Pasad un buen día.
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8 comentarios en: No aceptamos Rubiales como animal de compañía
Creo que cabe otra interpretación: Sánchez le está diciendo que si quiere salvarse debe conseguir que Jenni justifique el beso. En breve insinuarán que había algo más entre Rubi y la jugadora.
A Pedro Sánchez, cuando algo no sirve a sus intereses, se lo carga sin miramientos.
Mira que ha tenido motivos antes, pero en cualquier caso, bienvenido sea.
Espero que el nuevo presidente haga la limpia necesaria.
Por otro lado, dos apuntes, ya tenemos comprado al nuevo Golden y Vini tiene “problemas” con Bellingham.
El Sánchez y el Iceta no se pringan con la tema Negreira porque si lo hicieran aún siendo un asunto muchísimo más grave porque hay entran en juego los pactos los votos el gobierno etc etc
Todos GENTUZA
Una pena que Sánchez no necesite el voto de Rubiales para ser presidente. Eso habría convertido al sobón del Rubi en un tipo intachable para todo el entramado mediático progre.
Ahora la única esperanza del amigo de Geri es que sea cierto que tiene grabadas conversaciones con Pedro Sánchez.
Lo peor de todo es la fauna putrefacta que hay en toda la Federación. Viene en los periódicos hoy, que los presidentes de las territoriales están mandando mensajes de apoyo a Rubiales diciéndole que está recibiendo un trato injusto. Eso es lo que tenemos metido en la Federación, y vamos de mal (Villar) en peor (Rubiales)
He visto también una foto que ha salido de la celebración del domingo en el césped, y se ve como lleva cargada al hombro a Athenea Castillo como un fardo de patatas, amén de las declaraciones de Tamara Ramos, cofundadora de Futbolistas ON....este señor es un bonobo, con perdón de estos monos. Lo peor de todo es que él no piensa dimitir, y la imagen dada al mundo entero es dantesca. Según pasan las horas van saliendo más cosas, y ya podemos esperar cualquier cosa.
Existen dos caminos independientes para que un cargo público abandone su puesto ante un acto como este último, el machista, o los anteriores de corrupción arbitral de Rubiales: si el cargo público tiene algo de dignidad esta la dimisión. Este no parece posible porque no tiene dignidad. La segunda opción es el cese, que deben ejecutar los responsables superiores, en este caso están el jefe de CSD, el ministro de cultura y deportes, I-Z y finalmente el Sr. Sanchez Castejon. Si estos no le cesan, también deberían dimitir, en ese orden. ¿Que es esto de obligar a dimitir? Es responsabilidad del CSD cesar al Rubiales, independientemente de si dimite o no, no es una cosa dependiente de la otra.
Ya tardan, lo que implica que otro responsable debe ser cesado.
Perdón por mi comentario anterior, por un momento pensé que estábamos en un país europeo avanzado. No, estamos en España, solo hay que esperar que el próximo escándalo nos haga olvidar este. Esperemos un par de días y a otra cosa....
Si le cesan por su lamentable show de troglodita, bienvenido sea. Uno menos. A ver cuándo nos vamos librando del resto de caraduras de nuestro fútbol, que lo dudo.
El problema es que en España, pareciera que para ser político y dirigente deportivo se exijan 2 requisitos, uno común y otro diferente.
El común es la mediocridad. Cuanto menos talento tienes, más papeletas para llegar.
El diferente tiene que ver con la personalidad. Si eres un patán, un garrulo, un Torrente cualquiera, a dirigir el fútbol. Si por el contrario eres astuto, sibilino, hipócrita y engañabobos, político de éxito.
En ambos casos es también mérito muy valorable la mezquindad. Y no imaginan cuánto me duele decir esto de mi país y cómo deseo estar equivocado.