En España hay dos grandes boxeadores madridistas expertos en estadios: Florentino Pérez y David Summers. Uno los hace y el otro los llena. Que la inauguración del Bernabéu corra a cargo de Alejandro Sanz, también merengue, es buena noticia, pero podría convertirse en una extraordinaria noticia si la apertura la hicieran los Hombres G, cuyo repertorio es patrimonio nacional de varias generaciones, igual que el Real Madrid. Yo veo a Benzema y Modric, un poco cargados de Aquarius, gritando como locos El ataque de las chicas cocodrilo, pero me cuesta mucho imaginármelos berreando “ella, se desliza y me atropella”, al menos sin que todo el estadio los interrumpa chillando “¡penalti!”.
Supongo que, si fuera necesario, en defensa de Alejandro Sanz podríamos citar Mi persona favorita, la canción que escribió al fichaje más esperado del verano: “A mí me gusta el morenito de tu cara / Te he buscado en cada tarde, vida mía / Se me corta la respiración por ti / Lo siento, Mbappé”. Pero ni siquiera eso hace que su candidatura excite plenamente mis ganas de juerga madridista.
Quizá porque Madrid es el Santiago Bernabéu y una canción de Hombres G, y en esto está de acuerdo, seguro, el propio Alejandro. Cada uno tendrá la suya. La mía es Nassau: “Con lo bien, que estaba yo en Madrid / con mi zumo de piña y mi casita gris”. Y Madrid es también todos los años que hemos vivido colgando de las copas: al atardecer, las que brillan en Concha Espina, y al anochecer, las de estos cuatro locos que nos han llevado de la mano por las venas de la vida, en las madrugadas de la fiesta, y en las que concedemos al vagabundeo de la melancolía.
Que la inauguración del Bernabéu corra a cargo de Alejandro Sanz, también merengue, es buena noticia, pero podría convertirse en una extraordinaria noticia si la apertura la hicieran los Hombres G, cuyo repertorio es patrimonio nacional de varias generaciones, igual que el Real Madrid
La sala de trofeos del Madrid puede resumirse en Voy a pasármelo bien; los que, por ese oscuro vicio de ganar, nunca renunciamos al mourinhismo, nos sentimos muy identificados con eso de “he echado un par de huevos”, que es donde empieza y termina lo esencial de la psicología deportiva en toda su historia, desde los coach de Atapuerca, que arengaban a los trogloditas para que cazasen mamuts a la primera lanzada, hasta los que motivan a los goleadores de hoy para que la metan por dentro también en el campo.
Por otra parte, el señorío merengue consiste en no ser nada canallitas, de modo que necesitamos un grupo que represente nuestra desafección por las voces roncas de los navajeros, los profesionales de los porretes, y la sonrisa animal de los pandilleros. Supongo que el Madrid nunca ha dejado de ser una gran familia de tipos bastante normales, que no aspiran a que su pueblo sea una maldita nación, y si te digo la verdad, es lo mismo que se ve hoy en cualquier concierto de Hombres G, donde conviven los abuelos, con los hijos y los nietos alrededor de un repertorio que ya es de todos. Hasta Ancelotti levantaría, no una, sino las dos cejas al ver a Javi Molina (AKA Plácido Domingo), tequila en mano, abriendo en italiano Venezia como en el amanecer de un karaoke de Magaluf.
Sin olvidar que, por madridistas, somos como los Hombres G de Con los brazos en cruz, “más chulos que nadie”, no nos dejamos “acojonar” y, cuando nos “hierve la sangre”, sentimos “que el mundo empieza a temblar”. Alguna vez, maldición, en todas partes cuecen pavas, nos enamoramos, y nos dejan por un melenudo del Rayo, y entonces nos lo bebemos con un poco de Temblando; pero, del césped a la grada, como somos poco llorones, al final casi siempre terminamos poniendo a todo volumen No aguanto a tu prima (seguro que es del Barça), o cantando No lo sé (“Te vi merodeando / en la fiesta de Ronaldo / pero a ti no te dejaron entrar”), o Indiana, que cuando David canta lo de “Indiana, Indiana, Indiana, Indiana… / no sabes decir otra cosa / me tienes hasta la banana”, desde este verano, y sin quererlo, nosotros escuchamos “Pedri, Pedri, Pedri, Pedri…”.
David canta lo de “Indiana, Indiana, Indiana, Indiana… / no sabes decir otra cosa / me tienes hasta la banana”, desde este verano, y sin quererlo, nosotros escuchamos “Pedri, Pedri, Pedri, Pedri…”
Amigos, podría extenderme durante horas tratando de convencer a Florentino de que Hombres G rima con Mbappé y nuestro querido Alejandro Sanz no, pero será más sencillo concluir que nada puede concitar a más madridistas en torno a su nuevo estadio que el clásico en el que cabe todo a lo que, por españoles y merengues, aspiramos en esta vida: Visite nuestro bar; que, a fin de cuentas, si algo tiene el Bernabéu, el de ayer y el de hoy, es que la “música suena distinta que en otro bar”, supongo que aquí “todos somos amigos de verdad” y, como David Summers, yo también prefiero ni hablarte de las niñas que te puedes ligar.
Anteriores capítulos de la serie:
-Julio Iglesias en el nuevo Bernabéu
-Queen en el Bernabéu (One vision)
-The Rolling Stones en el nuevo Bernabéu
-Plácido Domingo en el nuevo Bernabéu
Los mejores. Aquí dejo mi voto.
Antes que Hombres G que toquen Eskorbuto.
No, por favor.
Voto xq lo hagan mis hombres g. Los comentarios q veo x arriba son de gente envidiosa y poca inteligencia.
Hombres G me encantan y no m lo perdería como mi Madrid halaa Madriddd
HOMBRES G EN EL NUEVO BERNABEU! SIIIIII!!
HALA MADRID!