"Expolio" al lector

“Una prensa cínica, mercenaria y demagógica producirá un pueblo cínico, mercenario y demagógico”. (Joseph Pulitzer)

El Mundo Deportivo Productions nos presenta hoy “Los expolios más gordos del Real Madrid al Valencia” en un artículo que repasa la lista de supuestos perjuicios arbitrales sufridos por el equipo ché ante su pérfida némesis madridista. Según he dado con él, he pensado inmediatamente en una jugada en el último minuto en Mestalla, noviembre de 2011, ganando el Madrid 2-3, en la que Higuaín se lanza en el minuto 94 a cortar un disparo cercano de Soldado y saca el balón con su pectoral derecho. Hubo polémica, como era de esperar. Contenedores de polémica. Pero en realidad, no había razones para polemizar. Una de las repeticiones no dejaba lugar para la duda. No hubo mano, el jugador extendía su brazo al lanzarse al suelo pero desviaba la trayectoria del disparo con el pecho. La cámara lo dejaba meridianamente claro.

Teniendo la certeza de que Zárate habría incluido esta jugada en su relación de “expolios”, la he buscado en el texto y localizado rápidamente. Obviamente, no he seguido leyendo el artículo de este señor, una enajenación que quedaba de esta forma inmediata y totalmente desacreditada.  Si te mienten con una jugada de hace cinco años, qué no harán con un partido de 1930, que es el que encabeza el listado. Tampoco me animó a continuar la lectura el conocimiento del señor Zárate sobre el mundo del fútbol, pues tiene el dudoso honor de haber perpetrado una columna titulada “Peluka Modric, fichaje de medio pelo”, que le perseguirá hasta la sepultura, en el que decía sin rubor ni conocimiento cuando el Madrid incorporó al pequeño gran mediocentro, sin duda el mejor del mundo en la actualidad, que era “una cortina de humo para tapar sus miserias en Liga” o que “el croata se presentó en el Bernabéu jugueteando con su hijo de cuatro años, ya casi tan alto como él”.

Para empezar, habría que explicarle al señor Zárate lo que es un expolio, que en el Código Penal español está relacionado con el saqueo de patrimonio histórico, arqueológico, científico, artístico o monumental y castigado con penas de seis meses a tres años de cárcel. No parece que en Can Barça estén por la labor de profundizar en el Derecho Penal últimamente, así que daremos por bueno el coloquialismo con el que, con expolio, se refiere Zárate al clásico “robo”. El que siempre comete el Madrid, ese trasunto entre Hernán Cortés, Francisco Pizarro y el villano más mezquino de la Marvel que tarde o temprano recibirá su merecido frente al puño de Hierro de Zárates, Mascarós, Lozanos… o Albelda, que clamaba indignado durante la final de la Copa ACB sin enterarse de nada, pues lo hizo en una jugada en la que los árbitros dieron la razón al Valencia. “En el basquet también? Vaya tela… Grandes @valenciabasket , hay cosas contra las que no se puede luchar”, escribía.

No se puede luchar contra la mala memoria de Albelda, que no recuerda cómo el Madrid salió perjudicado en Valencia la pasada temporada, cuando Sánchez Martínez no vio un claro penalti de Orban a Bale para acto seguido pitar otro de Pepe a André Gomes. Un Madrid que además se quedó con diez por expulsión de Kovacic. Tampoco se puede luchar contra el fuera de juego de Suárez, al que también perdonaron la expulsión, y el penalti no pitado a Umtiti en el último partido en Mestalla ante el Barça, esta temporada. Ni se puede luchar contra el gol de Busquets fuera de tiempo para darle los tres puntos al Barça en noviembre de 2014, también en el feudo valencianista. Pero eso no fueron expolios, al igual que no lo fueron los fichajes de Villa, André Gomes, Mathieu, Jordi Alba o Alcácer en comparación con el de Mijatovic. Porque el Barça es arte, y el arte eleva el espíritu. Si gana el Barça, gana el fútbol. El Barça no te expolia, te enriquece.

En periodismo, la mercancía defectuosa se vende una y otra vez sin consecuencia ninguna. No pasa en ninguna otra profesión. Si un panadero sirve pan mohoso, le cierran el negocio o al menos lo paga muy caro. Como al que te vende plata como oro blanco, pino como roble, vaca como buey, gato por liebre. Pero si un periódico o periodista colocan informaciones falsas o erróneas sistemáticamente (es cierto que en fútbol las opiniones son vaporosas e interpretables, pero no el penalti de Higuaín en Mestalla, que objetivamente no lo era) no hay ningún organismo que actúe en defensa del comprador.  Al Madrid se le acusa literalmente de “expoliar” y “robar”, o de fichar jugadores para hacer carreteras en países lejanos, sin una sola prueba y sin que nadie tenga que sentarse en un banquillo. También los árbitros del listado de Zárate o sus familiares vivos podrían querellarse con todas las de la ley. Tengo la esperanza de que un día alguien acudirá al juzgado y se sentará jurisprudencia de forma decisiva. Entre tanto, sólo puedo enviar mis ánimos a los lectores, cada vez menos pero aún demasiados, de El Mundo Deportivo, a los que “expolian” un euro cada vez que se llevan ese fanzine del kiosko.