Zidane se presentó relajado a la última rueda de prensa del año. Las flechas llegaron amortiguadas por pantallas que convierten el zoom en una especie de escudo antimisiles. Sin el Covid incordiábamos mejor pero no dejaremos de intentarlo, a veces incluso legítimamente, preguntándole por ejemplo por la renovación de Ramos. Zidane respondió en una línea a la vez clara y apaciguadora: “El debate está ahí. Espero que todo se arregle para bien de todo el mundo, y que sea cuanto antes. Vosotros ya sabéis lo que quiero”. Lo que quiere Zidane es lo que queremos todos y lo que, a poco que medie cierta flexibilidad por todas las partes implicadas, parece que va a suceder con una probabilidad relativamente alta.
Tomás González Martín de ABC inquirió si permitiría la salida de Isco o Marcelo en enero, amigable trampa de la que el francés se escabulló. “Son jugadores del Real Madrid. No hablo de lo que no está bajo mi control. Están entrenando muy bien y es lo que me importa”. ¿Y Hazard? “La idea es que mañana juegue un poco y podamos aprovechar su habilidad”.
La sesión viró entonces ligeramente hacia lo folletinesco, con Edu Pidal apelando al lado sensible de Zizou reclamando explicaciones emotivas. “¿Le hemos tratado mal?”.
“No. Vosotros preguntáis y hacéis vuestro trabajo. Las críticas siempre van a existir. No somos los mejores ahora porque estemos ganando partidos. Mañana tenemos que demostrar otra vez que estamos bien. Lo de fuera no va a cambiar”.
Agua, pues, en el intento de convertir la sala de prensa en el escenario virtual de un melodrama con lágrimas de sinceridad y/o arrepentimiento, lo que en movimiento pendulo de manual volcó todo a los terrenos del cinismo. El presidente del International Of the Caves Fan Club le preguntó a Zidane qué es lo que más le gusta del Elche, sin duda buscando las cosquillas tácticas al ganador de 3 Champions y 2 Ligas. “Es un equipo que juega bien en general”, espetó Zizou. Y ahora vas y dices en las tertulias que no tengo ni idea de cómo juega el Elche, que es lo que quieres y a mí me da igual.
Se regañó mucho a Zidane, para acabar, por no rotar, ya que ahora no puede regañársele por lo contrario. “¿El equipo se acabará cayendo?” Los malos presagios los espantó Zizou con lo que no sabemos si fue un malentendido o una genialidad. “El riesgo de lesiones siempre está ahí. Pero aquí hay muchos profesionales muy competentes que están pendientes de eso”. La pregunta no se circunscribía exclusivamente a las lesiones, pero los malentendidos siempre iluminan más que los agoreros.
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