Probablemente la palabra trabajo sea la más repetida por parte de Zinedine Zidane en sus ruedas de prensa. Por todos es sabido que el francés es más bien parco en palabras y casi todas sus respuestas suelen enfocarse en el trabajo del grupo. Podría decirse que su mejorable manejo del castellano le hace recurrir a lugares comunes a la hora de responder, pero poco a poco uno se va dando cuenta de que el mensaje va calando en el verdadero receptor de la proclama: sus jugadores.
El Real Madrid tiene una plantilla concebida para tratar de marcar siempre un gol más que el contrario. Desde los tiempos de la BBC, ha sido habitual ver a los blancos superar con suficiencia los 100 goles por temporada. La pérdida de Cristiano y la bajada de rendimiento de Bale despojaron al equipo de su principal arma, y sus sempiternos problemas defensivos afloraron con especial crudeza la temporada pasada cuando el gol no era una réplica a la que resultase fácil recurrir.
El comienzo del año no deparó un panorama mucho mejor y la derrota en Mallorca supuso un palo que ayudó a que el equipo hiciese click. Desde entonces la mejora defensiva es más que palpable. El Madrid es el equipo menos goleado de las 5 grandes ligas y vive los partidos en la esperanza de que un sólo gol pueda ser suficiente.
Con Benzema saliendo de lesión, Bale entrando y saliendo, pero sin gol, y Hazard en el dique seco, el Madrid ha sabido sacar plusvalías por cada gol anotado. Esta extraña circunstancia sólo es concebible desde un trabajo que tanto ha costado y que se está empezando a amar, como diría Aristóteles. El equipo disfruta de negarle al rival la posibilidad de herirle. Un equipo al que no le divertía defender, está empezando a disfrutar de ello de tanto trabajarlo.
En este contexto cada vez es más fácil entender el mensaje de Zidane. También adquiere mayor significado su devoción por la competición liguera. El francés sabe que tiene una plantilla que en cuanto escucha el himno de la Champions se enchufa como nadie a la competición más inaccesible para los mortales. Sin embargo, esa misma devoción no la ha tenido este grupo por el trabajo diario preciso para ganar una Liga en la que compite Messi y existe un trato arbitral muchas veces adverso. Intuyo que Zidane sabe perfectamente que no hay competición más atractiva que la Champions, pero su grupo necesita escuchar que la Liga premia el trabajo y no hay nada más sublime para Zizou, nada que le haga sentirse más entrenador.
Cuando Zidane volvió, muchos entendimos que lo haría en unas condiciones muy diferentes a las que habían provocado su marcha. Intuíamos revolución y cuando ésta no se dio empezamos a no entender nada. Esos 8 meses de ausencia sirvieron para que el entrenador cargase pilas y para que la plantilla perdiese mucho. Tanto perdió que volvió a añorar la victoria y el mensaje de trabajo de Zidane volvió a encontrar un auditorio dispuesto a escuchar. Trabajo, trabajo, trabajo y siempre pensando en presente. Porque Zidane sabe que el pasado es sólo una percepción que ya no juega y el futuro no existe hasta que se vuelve presente. Sólo el trabajo de cada día cuenta.
No es verdad que no se quiera la liga, lo que pasa es que es imposible disputarla con estos árbitros, vamos los primeros pero nos han quitado 7 puntos y asi todos los añis hdez hdez nos gano hace dos temporadas mas puntos que Varsa, Malakito y Sevilla juntos
Son 11 los puntos. Y el mismo trato arbitral que nos tenía descolgados en navidad las dos últimas temporadas (el famoso "tirar la liga en diciembre") es lo que mantiene al Farsa en la pomada esta temporada.
La carrera la disputamos con la mochila llena de piedras, es un hecho.
Lo siento, no entiendo eso de "existe un trato arbitral muchas veces adverso." ¿Cuándo no lo ha sido, en Liga, Copa del Rey o Supercopa de España en los últimos... pongamos, 20 años?