Queremos tanto a Zizou, pero la pregunta empieza a ser si Zizou nos quiere a nosotros. Si sintiera por nosotros una mínima dosis de afecto o consideración, no nos haría sufrir así. Está claro que le pagamos (?) por ganar, no por procurarnos existencias plácidas. En Cibeles, donde yo creo que va a acabar esta Liga, nadie pregunta al que se desgañita al lado cómo fue el camino hasta allí, si le molestó el juanete bajando por Alcalá o si el metro iba demasiado lleno. No mires el diente a caballos o Ligas regaladas (porque el aficionado solo recibe regalos), debiendo más bien limitarte a disfrutar cuando se saboreen las mieles de una goleada en El Sadar o de una trayectoria excelente en el campeonato de la regularidad.
Si Zidane, a quien tanto veneramos, nos estimase a nosotros en lo que valemos, contra Osasuna, en ese segundo tiempo donde no se sabe cómo perdimos el control del juego para empezar a achicar balones a los rojillos, habría metido en el campo a Vinicius primero (para inocular miedo) y a Kroos después (para enfriar el juego y bajar el balón al pasto), pero nadie dijo que esto fuera a ser fácil. Si perdonamos a Capello sus pivotes, trivotes y endecavotes al constatar la compensación del Clavo Ardiendo, habría un agravio comparativo en no hacer lo propio con Zidane por sacar a Lucas Vázquez en lugar de hacer nada de lo indicado, máxime cuando el tío acaba ganando 1-4 con Lucas goleando y Jovic pasmando a los escépticos con una volea gloriosamente innecesaria.
Lo sufrimos, lo disfrutamos, lo padecimos, lo gozamos. De todo hicimos con ello menos entenderlo, ni falta que nos hace quizá, no lo sé. Entender, lo que se dice entender, no entendimos absolutamente nada. Nuestro no entender son las piedras con las que Zizou hace su pared, como las lesbianas de la canción de Mecano, y esto solo hace que le queramos más (yo al menos), aunque sea con ese amor como el que Roy Orbison profesaba por su Mistery girl. Ya saben la historia de la canción: en la mañana de un concierto en Wembley, Bono se despertó con una melodía en la cabeza. “Lo he soñado. ¿Es una canción conocida? Parece de Roy Orbison”, indagó con sus compañeros de U2. Tras el concierto aparece Roy Orbison en el camerino y, tras felicitarles por el concierto, les pregunta si no tendrán una canción para él. Incomprensible, pero precioso. Como Zidane.
Treat her mean to keep here keen, dicen los anglosajones, en un dicho de extrema incorrección política hoy en día. Trátala mal para que siga interesada. A Zidane se la sopla la corrección política (cada día me recuerda más a Clint Eastwood) y también se la soplan los refranes. “Piensa mal y acertarás”, le dijo un periodista en relación a Bale. “No conozco ese refrán”, le espetó Zizou, por toda respuesta. A Zizou le queremos, aunque no le entendamos, y es muy posible que él no nos quiera nada precisamente porque nos entiende demasiado bien. Zidane nos trata mal para mantenernos interesados, el muy machirulo, pero machirulo con clase, si es que cabe tal cosa. A Zidane se la soplan la corrección política, los refranes, los periodistas y (ay) nosotros.
Si no se la sopláramos, con perdón, habría hecho todas esas cosas que le pedíamos en el por momentos agónico choque de Pamplona, en lugar de hacer lo que hizo, aunque tal vez la culpa sea nuestra por preocuparnos, cuando de sobra sabemos que va a salir bien. Por ejemplo, contra la Real sabíamos de sobra, también, que lo de poner en el mismo once a Brahim, Marcelo, James o Nacho iba a salir bien, que era el riesgo medido que Zizou autoestablece en ese sistema de ecuaciones que pondera el medio y largo plazo pero que, en esencia, nada debía turbarnos.
Bien que lo sabíamos, y sin embargo lo que sabíamos, en este caso, no era real. Sabíamos que saldría bien, pero salió fatal. Creíamos que saldría mal, sabíamos que saldría bien y salió todo como el culo. Qué hace con esto quien quiere a Zidane, decidme.
Regañarle tal vez. Mover severamente el índice apuntando a su calva, acaso. La cagó el miércoles y acertó en El Sadar, pero vete tú a saber si lo del miércoles no formará parte de lo del Sadar como la desgracia de mañana forma parte de la felicidad de hoy, como decía C.S. Lewis. Vete tú a saber si la verdadera cagada no fue en realidad la de El Sadar, ganar con esos cambios demenciales. Yo me rindo. Le declaro mi amor y, si me lo permitís, le declaro el vuestro de paso.
Aunque querer, él a nosotros, lo que se dice querer, no nos quiera lo más mínimo.
No dicen que quien te quiere te hará sufrir?
HALA MADRID!!!!!
Yo también eché de menos a Kroos hoy. Y no entendí que Vinicius no fuera titular después del partidazo del otro día. Pero ZZ tendrá sus motivos.
Aunque una cosa está clara: con Mendy y Casemiro en el campo, es muy difícil ganar a este Madrid. Sin ellos, las zidanadas pueden acabar como el pasado jueves con la Real. Con ellos, es mucho más difícil.
Pero como os va querer Zidane, si uno de vuestros comentaristas principales quería echarle antes de ganar La Champions. Como va a quereros si este mismo año Habéis publicado un artículo de un individuo que decía que había que destituirle. Más allá de la libertad de opinión, para un entrenador que nos ha concedido los mejores momentos de nuestra vida contemporánea, a la galerna debería darle vergüenza.
Hola, Fernando
Siento decirle que como coordinador de La Galerna me siento muy orgulloso de todo lo que se ha publicado, incluso de aquellos contenidos de los cuales no comparto su fondo. Pero es que La Galerna no pretende contentarme a mí o a usted, ni ser un ejercicio de agradecimiento, ni de exaltación incondicional. Le aclaro que La Galerna no es una grada de animación, dicho con todo el respeto para la Grada de animación en la cual servidor ha animado con fervor. La Galerna ya ha dejado claro hace tiempo que tiene como objetivo dar voz al madridismo. A todas las voces del madridismo siempre que se encaucen con respeto. Si alguien insinúa que no ha sido así falta a la verdad. Y si lo que no gusta son las voces discordantes pues lo siento mucho, pero no vamos a dejar de darles voz. Del mismo modo que se han publicado dos o tres artículos, o los que sean, críticos con Zidane se ha hecho con otros muchos protagonistas del Real Madrid. Dicho lo cual, por cada uno de esos se han publicado 20 en su favor. Así que nadie nos puede dar lecciones ni de pluralidad ni señalarnos por ir contra nadie. Esto es lo que hay y esto es lo que continuará habiendo.
Un saludo.
Jesús, yo sí que creo que nos quiere y como nos quiere tanto no nos hace caso por nuestro bien y el del Madrid...