Zidane encadenado

El existencialismo vuelve a estar de moda, quién lo iba a decir. Es sabido que la prensa catalana es muy de mirarse el ombligo, cosa muy existencialista, sobre todo si a eso le añadimos que para la citada prensa "el infierno son los otros", contundente frase hecha casi proclama publicitaria de Jean Paul Sartre, tal vez el primer filósofo pop (o grunge, que para el caso es lo mismo). Sí, amics galernautas, el mundo gira en torno a lo culé, tal y como lo hacen el balón, el césped y demás anexos. Lo único que empaña el "espejito, espejito, ¿quién es la más guapa del reino?" -con perdón por lo de reino- son los demás, que también se empeñan en querer jugar al fútbol con el mismo balón y hasta sobre la misma superficie de césped, los muy osados.

Pero hoy es otra la frase de Sartre que remeda nuestra querida prensa culé. Hoy Sport le rinde homenaje al bizco más famoso que ha dado París con un "Zidane, encadenado a la BBC" que bien se parece a aquello de estar condenados a ser libres del amante-amigo de la no menos grande Simone de Beauvoir. Menuda paradoja. La libertad es tan absoluta en el ser humano, que supone una condena. No podemos dejar de ser libres aunque queramos, siempre queda opción aun en las peores situaciones y aunque las opciones sean dramáticas, qué cosas.

Este es el caso de Zidane, ya no según Sartre, sino según Sport, diario deportivo existencialista donde los haya. Zidane tiene alternativas donde elegir para hacer su once cada partido y eso le condena, con el truco estupendo -que huele y se ve a la legua- de estar condenado solo cuando elige poner en dicho once a tuercebotas de tan baja estofa como Toni Kross, Luka Modric, Karim Benzema, Cristiano Ronaldo o Gareth Bale, jugadores de medio pelo, casi amateurs jugando a ser profesionales, chicos voluntariosos que apenas han empatado con nadie. Se ve que Zidane ha leído al autor de El ser y la nada, porque en su condena opta por la nada al encadenarse a eso que ha dado en llamarse la BBC y decide entonces no ser. A Marsella llegaron sin duda los ecos de los cafés parisinos de mitad del siglo XX.

Ahí está Zidane en los bajos de Mundo Deportivo asumiendo libremente su condena: "No seré yo quien siente a Cristiano o Bale". Cava hondo en su libertad el entrenador francés con esta declaración. Estamos seguros -lo que viene siendo absolutamente convencidos, convencidísimos- de que cualquier otro entrenador del mundo llegaría al Madrid para justo lo contrario, para sentar a Cristiano y a Bale, como tiene que ser y como pide una libertad más sana. Y estamos aún más seguros de que jamás de los jamases -pero nunca nunquísima- esta sana medida de libertad del hipotético nuevo entrenador sería criticada por aquellos que ahora sí critican el encadenamiento del entrenador actual a la BBC.

"No soy injusto. En otros equipos los suplentes no juegan ni un minuto", dice el encadenado Zidane desde la portada del As. ¿Cómo se atreve? Es tan profunda su condena, que no ve más allá de ella. O mejor, que sí ve más allá pero solo para ver las condenas de otros, esas que nuestra querida prensa minimiza o ni siquiera menciona porque, ya se sabe, la del Madrid es siempre la condena mayor, la más negra, la que no tiene atenuantes, la cadena perpetua de los Zidane, Benítez, Ancelotti, Mourinho... y hasta Miguel Muñoz.

Que sí, Zidane, que André Gomes ya tal, que Arda Turan dónde está, que Paco Alcacer ejem, que Aleix Vidal y Mathieu pues qué sabemos, que apenas sabemos nada de la Masía desde que Thiago Alcántara fichó por el Bayern, pero la condena, el encadenamiento es el tuyo y solo el tuyo. Alguna corriente filosófica menos atormentada podría elogiar tu gestión de la libertad. Tal vez desde una postura más pragmática cabría reconocerte una buena administración de la plantilla, el adecuado reparto de los descansos y los buenos resultados que hasta ahora llevas cosechados, así como el gran número de minutos que merecidamente has concedido a jugadores que no te encadenan. Pero olvídate, Zidane, lo tuyo es una condena, sí o sí y porque lo dice Sartre y sobre todo Sport, que para eso Barcelona está más cerca de París que Madrid, aunque habitualmente el As se empeñe en acercarse (más a Barcelona que a París). Tú estarás "de puta madre", pero que sepas que estás encadenado y el más esclavo de los esclavos es aquel que no sabe que lo es.

Hoy, Zidane, te juegas tu libertad contra un revientaligas y te estamos esperando desde nuestro café parisino con un ojo bizco para señalar tu condena. Dice Marca que vuelven Kroos y Cristiano, tal vez lo haga también Benzema, y eso está muy feo (más feo que Sartre). No sabemos por qué te empeñas en poner a los jugadores que te encadenan pudiendo poner a los jugadores a los que quiere encadenarte la prensa. En el fondo, son los periódicos quienes saben dónde está la verdadera libertad. Déjate llevar por ellos, que solo quieren la liberación de tus cadenas. Llora Delacroix. Su Libertad guiando al pueblo está en el Louvre, pero se vende a un euro en forma de diario deportivo.