Y ya van 15. ¿Qué podemos decir cuando se nos acaban las palabras? En primer lugar, felicidades a todos los madridistas que vibraron a lo largo y ancho del mundo con una nueva hazaña de su equipo en Champions. Un saludo afectuoso a todos los lectores de La Galerna que durante toda esta temporada han compaginado la lectura atenta de esta maravillosa web con cada una de las citas del Real Madrid. Enhorabuena a todos. Toa paladear cada segundo y disfrutar de esta etapa dorada.
La final fue tan difícil de ganar como se suponía. El encuentro tuvo claramente dos partes para cada equipo. El Borussia Dortmund hizo un partido sobresaliente. Su primera mitad fue soberbia. Edin Terzić hizo un planteamiento inteligente. El jovencísimo técnico alemán cedió al Madrid la posesión del balón y ordenó a su equipo con las líneas muy juntas para tratar de hacer el embudo, recuperar rápidamente la pelota y salir al contraataque lo más verticalmente posible. Emre Can se inscrustaba entre los centrales para sacar el balón y continuaba así durante el ataque del Borussia para otorgar profundidad a los laterales. Julian Brandt flotaba por todo el frente de ataque y bajaba. Adeyemi y Jadon Sancho eran dos puñales en la banda. El tanque Niclas Füllkrug fue una auténtica amenaza. Realmente, el Borussia lo hizo todo bien. Todo menos dejar vivo al Real Madrid.
La final fue tan difícil de ganar como se suponía. El encuentro tuvo claramente dos partes para cada equipo. El Borussia Dortmund hizo un partido sobresaliente. Su primera mitad fue soberbia
La segunda parte fue totalmente controlada por el Madrid. Tuvimos varias ocasiones clarísimas. Dos faltas de Toni Kroos que no entraron porque Dios no quiso y un disparo de Camavinga por toda la escuadra que no fue gol porque el Altísimo nos tenía reservada una sorpresa. Tras una de esas internadas diabólicas de Vinícius Júnior que acabó en saque de esquina, llegó el primer gol. Kroos sacó el córner como los ángeles y Dani Carvajal, el más listo de la clase, se adelantó a todas las torres del Borussia y se sacó de la chistera un remate de cabeza inapelable que Gregor Kobel fue incapaz de detener. Era el minuto 74 y los alemanes quedaron desnortados. El Madrid olía el miedo y no se detuvo. Con el agua al cuello, los defensas del Borussia regalaron un balón en la frontal a Jude Bellingham que hizo un pase magistral a Vinícius Júnior quien batió al portero rival poniendo el segundo y definitivo gol al marcador. Y de nuevo el Madrid campeón de Europa porque el Real es eterno.
El madridismo estalló y Wembley fue conquistado. Como bien recordaba el pasado lunes el gran Tomás Guasch, el legendario estadio «por fin es un estadio completo. Le faltaba coronar al Madrid: lo hizo». La leyenda del Madrid es tan mayúscula que un puñado de jerarcas supervivientes durante esta década gloriosa han sido capaces de inscribir sus nombres en letras de oro en la historia del balompié. Tras la hazaña del sábado, Modric, Kroos, Carvajal y Nacho se convertían en hexacampeones de Europa. Sólo jugadores del Real Madrid podían empatar ese título inexpugnable que hasta ahora únicamente poseía don Paco Gento. Gloria eterna a La Galerna del Cantábrico que seguro que nos transmitió energía desde el Cielo para ganar esta final.
El domingo tocó la consabida celebración en Cibeles con toda la afición. Cientos de miles de madridistas se echaron a las calles. Las imágenes del fervor madridista impresionaba a todos los que seguíamos por Real Madrid Televisión el recorrido del autobús. Era increíble la pasión de una afición agradecida a sus héroes. Una vez más, nos emocionamos todos con nuestro capitán rindiendo tributo a la diosa Cibeles. Tremenda resaca emocional. ¿Cómo amortiguar una resaca semejante? Supongo que en los manuales de urbanidad no existen recetas específicas para sobrevivir a tales trances ,pero una vez más el Real Madrid iba a hacer historia. Pues el Madrid aún guardaba un último as en la manga para redondear aún más una temporada de matrícula de honor.
La leyenda del Madrid es tan mayúscula que un puñado de jerarcas supervivientes durante esta década gloriosa han sido capaces de inscribir sus nombres en letras de oro en la historia del balompié. Tras la hazaña del sábado, Modric, Kroos, Carvajal y Nacho se convertían en hexacampeones de Europa
El pasado lunes a las 19.30h se hacía público el fichaje de Kylian Mbappé por el Real Madrid. Como acostumbra, el club emitió un comunicado escueto en su página web y rápidamente corrió como la pólvora. En palabras del gran Ramón Álvarez de Mon, “el fichaje más mediático de la historia del fútbol”. Honor y gloria a Álvarez de Mon que aguantó estoico todas las adversidades y jamás flaqueó con su información. Es justo recordar las veces que haga falta que el pasado 17 de febrero, contra viento y marea, Ramón Álvarez de Mon contó a los cuatro vientos que el fichaje ya estaba cerrado pues Kylian Mbappé había firmado. Lo de ayer, lógicamente, fue un acto formal. De calado pero formal. Eso sí, como era de esperar, supuso un shock en redes. Haciendo verdad el tópico manido por la prensa, esta vez sí que las redes ardieron.
¿Qué más podemos añadir? El Real Madrid ficha al capitán de Francia de forma gratuita. ¿Cabe mayor venganza? Estamos ante un claro caso de justicia poética. Imagino a Nasser Al-Khelaifi subiéndose por las paredes. El presidente del PSG ha dejado suficientes momentos deplorables en los archivos como para no alegrarse de que perdiera esta mano. Imposible no alegrarse por todos los millones de madridistas que se sumaron a la fiebre del anuncio del fichaje de Mbappé. Sospecho que hasta los más sobrios como el periodista Juanma Rodríguez o yo mismo, iremos poco a poco sumándonos a la catarsis colectiva. Es momento de festejar todo el trabajo bien hecho esta temporada y de soñar con una temporada 2024/2025 que se antoja tan apetecible como la pasada.
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