El lector español que se enfrenta a estas líneas tiene unos 4000 compatriotas que padecen ELA. No sé si suena a mucho o poco, pero sí sé que el alcance de la enfermedad es mayor de lo que indica la cifra. Dada la alta tasa de mortalidad de la dolencia, el número de personas que actualmente la sufren no refleja su incidencia. Son "sólo" 4000 porque la enfermedad los elimina continuamente. Cuando no es la enfermedad, es la desesperación ante la enfermedad, que conduce a quienes la padecen al suicidio o la eutanasia.
Si la crueldad de la ELA, o el simple pavor ante los síntomas futuros de la misma, conduce a tantos enfermos a buscar el recurso de la eutanasia no es sólo porque esta sea legal, ni porque se le llame "muerte digna" (no dudo un instante que pueda serlo), sino fundamentalmente porque no existen recursos financieros en las familias para otorgar una (en este caso) vida digna a todos aquellos enfermos que deseen vivir. Las autoridades se han ocupado de ponerlo fácil para tomar la puerta de salida, recurso respetabilísimo. No se ha hecho lo mismo para aquellos que quieren quedarse en este mundo, a quienes se condena a la otra opción por la sencilla razón, digámoslo sin ambages, de que es más conveniente para el sistema.
un tuya-mía de tacón entre Zidane y Raúl, en la banda, destilando esencias pretéritas, servirá de poco si el gobierno no interpreta esa cumbre de sutileza como el más brutal zarandeo por las solapas
La situación es esa por la ignominiosa razón de que la Ley ELA sigue sin hacerse efectiva, varada como está en los despachos del congreso para vergüenza de dicha institución, de este país y de la raza humana en su conjunto. La misma institución que aprueba continuamente ayudas financieras para causas discutibilísimas niega su apoyo a personas que resultan incómodas porque quieren vivir.
Por eso es un deleite un tuya-mía de tacón entre Zidane y Raúl, en la banda, destilando esencias pretéritas, pero servirá de poco si el gobierno no interpreta esa cumbre de sutileza como el más brutal zarandeo por las solapas. El Real Madrid, conmovido aún por la tragedia de su legendario portero Miguel Ángel, se ha puesto a la vanguardia de la causa, dedicando los ingresos de su Corazón Classic Match a la investigación en la búsqueda de una cura y el apoyo a los enfermos, pero el Real Madrid no gobierna. Existe el riesgo de que el gozo de lo que vimos ayer (Casillas jugando un rato con cada uno de sus dos equipos, Seedorf conservando asombrosamente las esencias y gran parte del físico, Arbeloa supliendo con kilómetros la edad de muchos compañeros, la calidad inmarcesible de Figo, de Butragueño, de Roberto Carlos) se quede varado también, en una sonrisa de nostalgia y cloroformo. Este partido se jugó (también) para que todos tomemos conciencia de lo que hay detrás, y para que, una vez tomada, se la hagamos tomar a quienes pueden hacer algo sobre esto. Este texto no es un alegato político. Gobiernos y partidos de distinto signo han mostrado idéntica insensibilidad ante el azote de la ELA. Pero el gobierno que hay ahora es el que hay, y es al que corresponde sacudir hasta que reaccione.
El Real Madrid tiene su Corazón Classic Match. Más de dos años después de que se aprobara en el Congreso, por unanimidad, la tramitación de la ley ELA, esta sigue sin ver la luz. En ese tiempo han muerto más de 2000 enfermos. ¿Dónde está el Corazón del gobierno?
Totalmente de acuerdo con Jesús, ni PP ni PSOE, les importa nada los enfermos de ELA, solo les importa los votos y para nada la salud de los españoles
Los políticos son
EL CANCER DE ESTE PAÍS
Muy buen artículo D. Jesús
Ni para los enfermos de ELA ni para otro tipo de situaciones en donde la persona es dependiente y la familia no puede o puede a duras penas cuidarle con la mayor de la dignidad que le es posible. Simplemente con ahorrar gasto público de tantas cosas que a todos se nos ocurren (yo a bote pronto digo dejar de dar dinero a partidos políticos, sindicatos, asociaciones de lo que sea etc etc) se podría dar una vida digna a los dependientes y sus familiares.
Todavía me acuerdo cómo justificaba Felipe González la eliminación de las ayudas para la “educación especial” de los niños con discapacidad intelectual, con la frase: “Vamos a sacarlos del ghetto educativo”. ¡Hatajo de criminales!
Se agradece el artículo de don Jesús y, a la vez. se reconoce no esperar menos de la Galerna. La sociedad , recordemos que los políticos forman parte de aquella, tiene que reaccionar también en este terreno. Visibilizando , investigando y ayudando económicamente para paliar el sufrimiento derivado de tan cruel enfermedad.
Saquen la propuesta de ley de los cajones, ¡por favor!