Xoriçada

¿Qué hacer, queridos galernautas? ¿Cómo empezar hoy este Portanálisis sin demasiados exabruptos? ¿Cuál será el tono adecuado para acusar recibo de lo ocurrido ayer en Mestalla? Cabe apuntar que esta película ya la hemos visto otras veces, más de las que quisiéramos y hasta más de las que serían preceptivas para el mantenimiento de la buena salud propia y de la Liga. Cabe también certificar (una vez más) que la objetividad no existe y que, en algunos casos, ya ni siquiera existe su hija moderna, la honesta subjetividad. Y cabe, cómo no, consignar lo anterior con sorna, con la ironía habitual de esta sección, no sin advertirles, estimados lectores, de que a veces cuesta escoger esta actitud y no la de cerrar el chiringuito y pedir a Villar que le entregue las próximas n+1 Ligas al Barcelona, que ya somos mayorcitos para este pitorreo.

Pero, ¿de qué hablamos? Aquí no ha pasado nada. Si acaso una "victoria épica" del Barcelona contra el Valencia, un "triunfo de Liga" según Mundo Deportivo, y no un problema de erección (vean el anuncio de Sport abajo a la derecha) resuelto con éxito por el doctor Undiano. Nosotros pensábamos que la épica era otra cosa, pero se ve que estábamos equivocados. Creíamos que tenía más que ver con sobreponerse a las adversidades haciendo de tripas corazón y no con remar con el viento a favor en forma de silbato amigo. Pero nada, si acaso estamos ante un "partido polémico" y poco más.

Se nos ocurren dos opciones para intentar entender las portadas catalanas, cada cual más perversa: o han visto lo mismo que nosotros y, en nueva palada de tierra al periodismo, han decidido obviarlo, o a fuerza de presenciar verbenas similares, han alcanzado la capacidad de considerar que este baile de máscaras es solo otro día más en la oficina, que las victorias por clamorosos errores arbitrales pueden ser llamadas épicas sin rubor, que una botella de agua lanzada desde la grada (hecho reprobable, faltaría más) genera una onda expansiva desconocida hasta la fecha. Los de CSI están tardando en acordonar la zona.

Vean el afecto de la citada botella en la foto principal de la portada de Marca, una tragedia de proporciones cómicas, una coreografía llena de dolor y carcajadas, un número de cabaret, una auténtica vergüenza. ¿Se entrenará esta escaramuza como se entrena el tiki-taka? Sabíamos que al fútbol también se juega sin balón, pero desconocíamos que podía hacerse con botella y tirando de método Stanilavski y hasta de danza contemporánea. Qué primor deben de ser los entrenamientos a puerta cerrada del Barcelona, toda una lección de artes liberales, una escuela de arte dramático hecha césped, la mezcla perfecta de todos los géneros de conocimiento, incluyendo las virtudes del clown.

No saben ver el arte en Superdeporte, portada que creemos adecuado añadir hoy de forma excepcional a esta sección. Qué prosaicos, qué poco avanzados, que escasa sensibilidad para ver que el fútbol puede ser muchas cosas más si el Barcelona, un pito y una botella andan de por medio. A todo esto lo llaman "Xoriçada" y punto, incapaces de disfrutar del espectáculo como sí saben hacer un poco más arriba y apreciar convenientemente en las portadas catalanas. "Arbitraggio disastroso", dijo Prandelli al acabar el partido, incapaz también él de sentarse en la butaca de su palco-banquillo para gozar del baile agarradito entre culés y Undiano. Entendemos que el entrenador del Valencia quiera ganar el partido, pero ¿no es ya suficiente victoria la de presenciar semejante espectáculo? A veces se gana perdiendo, amigo Prandelli. Es bueno que lo vayas sabiendo ya y que, de paso, vayas tachando el significado de épica que creías aprendido. La redefinición de los conceptos es otra de las artes culés que debemos consignar, otro de sus avances civilizatorios fundamentales. Los niños del mundo aplauden alborozados mientras al Lobo Carrasco se le escapa una lágrima de tierna emoción.

"El Barça ganó con bronca mayor", reza hoy el titular de As, mientras su portada da cuenta de los avatares ocurridos en la citada verbena. Un fuera de juego, un penalti no pitado y una expulsión perdonada tal vez dieran para que el titular fuera otro y hablara más de las causas de esa "bronca mayor" que de la consecuencia, pero es conocido el afán conciliador de Relaño, su carácter ajeno a toda polémica, su innegociable estilo pulcro y aseado si es que no anda el Real Madrid de por medio. Así que "bronca mayor" y punto. Total, la portada quedará olvidada más pronto que tarde, los beneficios arbitrales al Barcelona se archivarán como tantos otros que hemos visto, ´la "xoriçada" habrá sido cosa presenciada por unos pocos y destacada por aún menos, el mundo seguirá girando en torno al balón -esa eterna coartada bobalicona-, como si no hubiera árbitros, como si dónde está Simeone cuando se le necesita, como si la épica fuera lo que a Sport le sale de los cojons.