La Séptima fue de Pedja. La Octava no tuvo protagonista claro. La Novena fue de Zidane. La Décima, de Ramos. La Undécima vuelve a ser de Zidane, con permiso de Casemiro, que ha sido el mejor sobre el césped. Pero esta final de la Champions la hemos ganado porque los jugadores han creído en sí mismos, y esa confianza se la devolvió Zidane en enero. Hemos sufrido como nunca y hemos ganado como casi siempre. Hemos ganado porque somos el Madrid y no nos quedaba más remedio, que es lo que nos dijo don Paco Gento el jueves en la cena del primer aniversario de La Galerna. Durante el partido, cuando mi ánimo flaqueaba, pensaba en Gento y buscaba a Zidane en la banda. También pensaba en los compañeros galernautas que han viajado a Milán. No podían volverse sin la Orejona.
Siempre se dice que cuando un partido se decide en la ronda de penaltis es como lanzar una moneda al aire. Hoy no ha sido así. Cuando he visto a Lucas besando el escudo después de marcar el primero, a Marcelo gritar con rabia después de marcar el segundo, a Bale marcando lesionado, a Keylor rezando de rodillas... Estaba claro que no iban a irse de San Siro sin la Copa.
Hay que felicitar al rival porque han podido ganar, y eso hace más valioso el triunfo. Ha sido una final, o sea, un partido con más emoción que fútbol. Durante la prórroga, los jugadores de ambos equipos apenas podían correr. Lo han dado todo para dárnoslo todo. No se les puede reprochar nada. Zidane ya dijo en la rueda de prensa previa al partido que ellos también sabían sufrir. Los madridistas sabemos sufrir. Si alguien lo dudaba, esta noche le habrá quedado claro.
"Sólo tenemos once", decía Roberto Carlos en Real Madrid TV dos segundos después de que Ronaldo metiera el quinto penalti. Es que somos el Real Madrid. Pues eso, a por la Duodécima.
¡Hala Madrid!
Enhorabuena compañeros madridistas La undécima ya es historia, ya solo pienso en la duodécima. HMHdP
Que no sabemos sufrir nos dicen los insensatos, a mí, que esperé 32 añazos para ver la séptima. Jo, jo, jo.
Y la verdad, qué coño, una docena mola más que una oncena. ¡Hala Madrid!