Regreso a O'Donnell: Capítulo 10
Madrid, año 2020
—Amigos, hoy nos enfrentamos a un reto diferente a cualquier otro que hayamos vencido y es importante que veamos el vaso medio lleno para lograr superarlo —comienza a explicar Butragueño—. Es habitual que tengamos que proteger el pasado de ataques de organizaciones rivales contra futbolistas, fichajes, etc. Pero nunca habíamos tenido que desfacer un entuerto de estas características.
—No hay problema, Emilio —interrumpe Doncic—. Explícanos de qué se trata y lo resolvemos, que mañana juego el tercer partido de los playoffs contra los Clippers y tengo que regresar pronto.
—Esta bien, Luka. El problema es el siguiente: hasta ahora, la capacidad de viajar en el tiempo solo estaba en manos de organizaciones relacionadas con el fútbol ya que, no se sabe por qué, existen yacimientos de porterías espacio-temporales por todo el mundo. Sin embargo, hace unos meses, durante la construcción de uno de los estadios para el Mundial de Qatar 2022, fue hallada una de estas porterías encerrada en una jaula (cage en inglés). Los árabes, una vez averiguado su funcionamiento y asesorados por Xavi Hernández, decidieron utilizarla para mantener el césped corto y eliminar el vino y el resto de bebidas alcohólicas del mundo, ya que su religión no permite consumirlo. Para ello crearon los GAC, que no es una marca de bicicletas, sino los Grupos Antivinícolas Cage.
—Te enrollas más que las persianas, Buitre —mete prisa Puskas—, ¿qué tiene que ver eso con nosotros?
—Calma, queridos. Félix Pérez, futbolista madridista de los años 20, apodado Finito y cuyo juego podríamos definirlo como el precursor del de Amancio. Llegó a ser internacional y una vez retirado, regentó su taberna, llamada como él, junto a su madre en la calle Alcalá, 89. También fundó una peña madridista con su nombre, activa hasta los años 50. Pues bien, los cataríes han enviado uno de sus GAC a 1932 y pretenden acabar con Félix, con su local y con sus bebidas. Al ser un local propiedad de un ilustre madridista, Xavi Hernández no ha dudado en señalar este objetivo como prioritario. Además, esta taberna era un establecimiento limpio y alegre, en el que se anunciaban los próximos partidos de fútbol y hacía una gran labor social y psiquiátrica despachando vino a muchas personas sin otro aliciente en la vida.
Arbeloa mientras tanto está recibiendo noticias del pasado en directo por parte de Ignacio Zoco, destinado en la taberna por la organización para averiguar qué está ocurriendo. Juan Padrós observa preocupado mientras se mesa la barba y juguetea con las llaves de su Harley; se ha convertido en un sibarita del vino y contempla con honda preocupación la desaparición de este.
—Hay algo más —irrumpe Arbeloa—. Me acaba de informar Zoco que los árabes no han escatimado en gastos y han creado un vaticinador del pasado, una computadora que prevé tiempos pretéritos en función de la variación de ciertos parámetros. Según este artefacto, si cae la taberna de Félix Pérez, tendrá un efecto dominó sobre el resto de establecimientos del mundo y en apenas cinco años, el alcohol desaparecería de la tierra. El escenario para la cultura occidental es apocalíptico, no solo para el Real Madrid. Tenéis que ir a 1932 ya y evitarlo o terminaremos todos bebiendo zumos de kiwi como Emilio. No quiero ni pensarlo.
Padrós, Puskas y Doncic bajan a la portería, saludan a Herrerín y marchan a 1932. Esta vez no los acompaña Zamora para proteger el arco espacio-temporal porque sería reconocido y su lugar lo ocupa Bodo Illgner vestido de Hugo Boss.
Madrid, año 1932
Nuestros héroes llegan al Retiro, cerca de la Casa de Vacas y Bodo Illgner oculta la portería entre los árboles y permanece alerta. Por suerte, en esta época no hay runners y el peligro de dar con un patoso vestido de fosforito es menor.
—¡Mirad, son ellos! —grita Puskas en voz baja a sus dos compañeros mientras vigilan frente local de Félix Pérez—. Van vestidos como occidentales, pero son árabes porque se desplazan en alfombras voladoras.
—Cierto y también está Xavi Hernández —indica Doncic—, es el que va sobre la alfombra con el pelo de lana más corto.
—¡Dios mío, acaban de sacar amordazados a Félix Pérez y a su señora madre! —exclama Padrós.
—¡Y se llevan todas las barricas de vino sobre esa alfombra gigante! —señala Puskas angustiado.
El GAC catarí, sobrevuela en sus alfombras con los rehenes y el vino sobre las cabezas de Padrós, Puskas y Doncic y se adentran en el Retiro. Los tres los persiguen y observan que se dirigen a una portería junto al Templete del Retiro, a escasos metros de la suya.
—Van a atravesar su portería con Félix Pérez, su madre y el vino. Quién sabe qué será de ellos —anuncia Padrós—. Voy a llamar a Illgner para que intente evitarlo, que está más cerca.
—¡Bodo! —grita Puskas apartando a Padrós— ¡vete a esa portería que tienes en frente y que no entre nada ni nadie. Sobre todo, que no pase ningún barril de vino!
Bodo Illgner escucha el grito tremendo del magyar y llega corriendo a la portería catarí antes de que lleguen las alfombras voladoras. La primera que intenta traspasar la meta es la que lleva a la madre de Félix Pérez, pero Bodo se estira hasta la base del poste y desvía a la señora hasta un césped cercano que amortigua su caída porque está alto y lustroso.
—¡Bien Bodo! —grita Luka.
El siguiente reto al que se enfrenta Illgner es al propio Félix Pérez, que vuela a toda velocidad amordazado hacia la escuadra derecha. La palomita del teutón es de época y consigue amarrarlo y depositarlo en el suelo. Pero el segundo que tardan ambos madridistas en lanzarse una mirada de complicidad es aprovechado por Xavi Hernández para amenazarlos con un cortacésped monstruoso. En ese momento los árabes introducen las barricas de vino por la portería sin oposición. Puskas pone el grito en el cielo.
—¡No os preocupéis, yo lo resuelvo! —se postula Doncic.
Luka se despoja del miedo que nunca tuvo, olvida que tiene que jugar los playoffs con los Mavs y se introduce de cabeza en la portería. Llega a una mansión oriental en 2020 y comienza a lanzar uno a uno los barriles de vino de nuevo hacia afuera de la portería con su característico movimiento step back. Cuando salva todo el preciado caldo, atraviesa de nuevo la meta catarí y llega al Retiro de 1932.
Solo queda Xavi Hernández a punto de hacer pedazos a Félix Pérez y Bodo Illgner con una cortadora de césped de proporciones bíblicas. Juan Padrós y Puskas llegan en ese momento. Mientras Padrós fumiga con herbicida el pelo de Xavi Hernández, Puskas lo lanza con un chut de empeine a la escuadra izquierda de la portería catarí. Acto seguido, utilizan el cortacésped gigante para hacer trizas la portería y, como era de madera, para celebrarlo, hacen una lumbre, asan panceta y beben vino de Félix Pérez entre risas y alivio antes de regresar a 2020.
Madrid, año 2020
Bodo, Juan, Pancho y Luka llegan a O’Donnell 43 entre los aplausos del Buitre y Arbeloa. En ese momento entra Mariano Rajoy por la puerta con una copa en la mano y proclama su célebre: «¡Viva el vino!».
Continuará...
"Regreso a O'Donnell", todos los viernes en La Galerna.
ÍNDICE de Regreso a O'Donnell:
Capítulo 1: El reclutamiento
Capítulo 2: El Real Madrid al fondo de un bazar chino
Capítulo 3: Fernando Hierro ficha por el Atlético de Madrid
Capítulo 4: Kubala no debe fichar por el Real Madrid
Capítulo 5: Alfredo Di Stéfano en peligro
Capítulo 6: Ante Tomic renueva con el Real Madrid
Capítulo 7: La resistencia frente a los alemanes
Capítulo 8: Nicolas Cage o el efecto mariposa
Capítulo 9: Xavi Hernández y el cortacésped monstruoso
Capítulo 10: Cristiano Ronaldo envía un burofax al Real Madrid
Menos mal que todo acaba bien. Por un momento entre en pánico
La perversa maniobra de Hernández, tendría como víctima colateral al propio Koeman, Joaquín dixit. ¡Qué canalla el cortador del césped!
Qué bueno lo de "el que va sobre la alfombra con el pelo de lana más corto".
Je, je.
Buenísimo, he pensado yo también..
En otro orden de cosas, no me gustaría que desapareciera el vino 🙂