Western crepuscular

"Tengo mis capillitas, pero tú eres mi catedral". El varón mexicano acostumbra a defenderse de este curioso modo cuando es sorprendido en un renuncio por su pareja cuando esta descubre la existencia de alguna aventura paralela. En la mente de Alfredo Relaño, esto es lo que anda diciendo Benítez a Cristiano Ronaldo tras su desliz, equivalente a un affair extramatrimonial. Parece que Benítez dijo que había varios posibles candidatos a mejor jugador del mundo -todos en la plantilla madridista- y que ahora recula (en la mente de Relaño, insistimos) declarando que el mejor del mundo es Cristiano. Benítez tendría así sus capillitas (primera declaración) pero su catedral sería el de Madeira (segunda declaración).

Todo esto sucede, volvemos a consignarlo, en la mente de Alfredo Relaño, lo que no sería nada preocupante si no fuese porque el contenido eventual de dicha mente, la ocurrencia del momento, se plasma cada día en la portada de una publicación que leen cientos de miles de personas.

Y nos preguntamos con alguna zozobra: ¿este año no coge vacaciones Relaño? El tío estaba apostado tras una duna junto a Roncero, rifles en mano como Eastwood y Freeman en "Sin perdón", desde que acabó la temporada pasada. Sabía que aprovecharía el menor movimiento en las filas rivales para desatar la ensalada de tiros crepusculares, y ya veis que no necesita gran motivo para hacer que silben las balas. Aquí hay que tener un cuidado infinito porque un simple estornudo ("Hay varios jugadores que podrían ser considerados los mejores") activa su gatillo. No es que dispare bien porque los años no perdonan, pero nunca sabes dónde puede ir a parar una bala torpe en su errática trayectoria. A Benítez le acaba de atinar una que dice "se pliega (¡se pliega!) ante el Balón de Oro" en plena cantimplora, y otra que susurra "Hace una semana le equiparaba a Bale, James y Benzema" se ha hundido en la arena a escasos centímetros de su bota izquierda.

Los westerns crepusculares qué bonitos son. Ese malditismo, ese viejo pistolero que muere matando en lugar de resignarse a un apagamiento progresivo frente a la sopa de las damas de caridad de Wisconsin. Qué astucia -el que tuvo retuvo- la de ese viejo ajado que espera durante horas, sin desviar ni por un instante el ojo de la mira de su rifle, hasta que tú deslizas incautamente, en medio de un chit chat intrascendente, palabras que él va a elevar a la categoría de asunto determinante. Qué astucia la de ese viejo pistolero con los calzones de cuerpo entero raídos por debajo del chaleco cuando apunta a palabras que se dicen por decir y que no importan un carajo como si sentaran cátedra, y que a todo eso le llama "plegarse", y que recuerda lo que uno dijo la semana pasada como si fuera contradictorio con lo que uno acaba de decir. Oye, viejo, ¿por qué no te das cuenta de que ha podido llegar la hora de la sopa de las damas de la caridad de Wisconsin? Ya lo cantaban los Eagles en aquella otra canción de ocaso y Oeste.

You know you ain't getting younger. 

Your pain and your hunger

are driving you home. 

Qué coñazo de western crepuscular e idiota.

Para que no haya respiro en la pesadilla canicular, en el viacrucis abrasador que nos asola, Marca viene con lo de Ramos. Parece ser que el Manchester le pide que anuncie públicamente que se quiere ir, pero él prefiere esperar a esa charla pendiente con Florentino.

Nosotros querríamos que Ramos se quedara, que lo hiciera por una cantidad razonable en función de su rendimiento reciente y de lo que el club pueda darle, y que Benítez saque en adelante lo mejor de él.

Pero si se produjera ese momento, es decir, el momento en el que Ramos anuncia que quiere ir al Manchester, desearíamos que el Madrid se olvide de De Gea (hasta el año próximo) para no brindar al asunto ramificaciones complicadísimas, y que no ceje en su empeño de firmar la desinversión más millonaria de la historia del club.