We´re still standing

Buenos días. El Madrid ganó en Eibar (o en Éibar, si nos atenemos a la discusión que a propósito de esa tilde tuvimos ayer en la redacción de La Galerna, que si sí que si no, que si el Euskera no tiene tildes que si la RAE dice que la lleva) pero eso no importa a efectos de crisis: seguimos sumidos en ella. El Madrid, en efecto, ganó 0-2 en Ipurua (o en Ipurúa, la tenemos liada igual si nos referimos al nombre de la localidad que al del estadio) pero pocos paños calientes parece otorgar esta circunstancia. No vamos a levantar oficialmente cabeza hasta que no ganemos con alguna autoridad el partido de vuelta en el Nou Camp, y es posible que haya que asumir el que la hecatombe del 0-4 deba tener por consecuencia eso precisamente, es decir, que nada sirva ya nunca para enmendar el error, siquiera parcialmente, hasta que volvamos a enfrentarnos a ellos "con sangre en el ojo", como celebérrimamente dijo Zamorano que recibiríamos al Barça antes de devolverles un 5-0. Es posible que en este caso sirva con ganar 0-1 en Barcelona para recuperar el crédito mediático, pero está claro que hasta entonces nada, absolutamente nada de lo que haga el Madrid servirá para mucho en lo concerniente a esa recuperación del crédito.

Nosotros compartimos este aire taciturno que se trae el madridismo por estas fechas (cómo no seguir aún bajo el síndrome post-traumático), pero nos rebelamos con un escorzo de disgusto -y casi de autoafirmación- ante esta suerte de fátum terrible que parece dominar a tanta y tanta gente más allá de la prensa que cada día nos castiga con su insidia y su afán torticero. Señores, ya está bien. No puede ser. Las temporadas no se acababan en noviembre ni cuando jugábamos con Pablo García y Gravesen en el eje de la medular. ¿Cómo se van a acabar ahora?

Sí. Hemos estado en la lona con toda justicia durante un tiempo más que prudencial. Tal vez necesitábamos regodearnos en el espanto y abrazar la desesperanza para poder remontar. No perdamos el tiempo en martirizarnos por haber llegado a perder la fe, pero tampoco escatimemos esfuerzos en tratar de recuperarla. Remontemos el ánimo. Hay argumentos para ello.

Marca y As -no respectivamente sino ambos en ambas instancias- ponen Eibar e Ipurua así, sin tilde, lo que -unido a las pesquisas nocturnas de Mario de las Heras con la RAE- nos mueve a nosotros a ponérsela. Nosotros no vamos a quitar ninguna tilde que previamente hayan quitado unos señores capaces de exponer contra Bale -o contra quien sea- sus malas estadísticas mientras ha estado lesionado. Porque estamos ahí. Exponemos las estadísticas de un jugador en los periodos en los que guarda reposo por lesión porque esas estadísticas, las únicas capaces de producir un futbolista con la pata en alto, refrendan (?) nuestras tesis. Estamos ahí.

"Bale levanta el vuelo: no marcaba desde agosto".

Pero oiga, que Bale ha estado lesionado desde mediados de septiembre hasta mediados de octubre, cuando reapareció efímeramente para volver a lesionarse durante casi otro mes. El galés solo ha tenido posibilidad de golear con el Madrid en uno de los tres meses que han transcurrido desde finales de agosto. ¿Cómo puede ser usted capaz de exponer esas cifras presuntamente negativas sin que se le caiga la cara de vergüenza?

Minucias. Utilicemos el argumento a conciencia contra él, la estadística. Ya decía Bernard Shaw que la estadística, en la eventualidad de que mi vecino tenga dos coches y yo ninguno, es la ciencia que me demuestra que cada uno de nosotros tiene un coche. Si además resulta que yo no tengo carnet de conducir, la estadística resulta particularmente simpática. A muerte con ella.

Bale no metió ni un solo gol cuando estaba en la enfermería entre septiembre y octubre. Qué vergüenza de jugador. Ni ayudado por la calma que proporciona el ambiente relajado de dicha enfermería fue capaz de perforar la red rival. Menudo paquete.

¿Y cuantas asistencias dio?, eh, eh. Demostrando una vez más su nulo compromiso con el equipo, no robó ¡ni un solo balón! en ese periodo. Se da la circunstancia sangrante de que no participó en absolutamente ninguno de los goles marcados por su equipo en ese tiempo, dando pábulo de nuevo a los detractores que le acusan de individualista. No andan desencaminados quienes eso arguyen: tenemos razones para pensar que, presa de su congénita falta de adaptación, el de Cardiff, entre mediados de septiembre y mediados de octubre, o en el último mes antes de su reaparición, ni siquiera se duchó con sus compañeros después de cada partido.

Y lo que es peor. Lo que resulta más imperdonable de todo: durante sus dos convalecencias casi consecutivas, Gareth pasó por otra lesión, pero no sufrió ni una sola hernia, que es lo que venimos esperando de él desde el mismo día de su fichaje.

Ya está bien, hombre. A la calle con él.

The Ouija Daily no trae a su portada las catastróficas estadísticas de Bale, pero lo hace a conciencia en su versión online. "Bale no marcaba desde agosto", y la más bonita de todas: "Bale vuelve a marcar... TODO gracias a Modric". Ya lo sabéis, queridos niños: TODO gracias a Modric, que le dio el (fantástico) pase que no hubiera resistido convertir en gol ni la mismísima Cándida, aquella deliciosa empleada del hogar popularizada por Gomaespuma. Pones a Cándida ante ese centro de Modric e igual te mete no uno sino dos goles del mismo testarazo. TODO gracias a Modric, que para eso no es en este momento el culo sobre el cual queremos pegar nuestra patada a Florentino siendo ese culo el de Gareth Bale. Cándida también habría marcado dos goles del mismo cabezazo si el balón lo hubieran servido Cazorlita o Beñat, pero esa es otra historia que os contaremos otra noche, queridos niños, cuando os veamos con más ánimo de afrontar este Halloween permanente, esta Pesadilla antes de Navidad que ni Tim Burton habría orquestado mejor.

La portada de As, sin embargo, prefiere hacer uso de otro comodín desestabilizador: James. Resulta que fue sustituido y hay culos especialmente mullidos que también son más que dignos para recibir las patadas cuyo destinatario último es el presidente. Benítez, según dice Relaño en su editorial, manifiesta la siniestra tendencia de disparar al pianista, siendo el pianista colombiano. Aunque imaginamos que la frase viene originalmente del Far-West, o de Chicago en los años de la ley seca, la de no disparar contra el pianista es petición que ya puso en circulación Elton John en uno de sus primeros discos. Inspirados asimismo en Sir Reginald Dwight, y reticentes a citar The bitch is back ante cada nuevo enredo malintencionado del director de la Ouija, que para eso recibimos una esmerada educación, responderemos a Alfredo con otra memorable canción de Elton. Una canción de confianza, autoafirmación y desafío ante el enemigo que pretende hundirte.

Well, look at me, I´m coming back again (...)

And if you need to know, 

while I´m still standing, 

you just fade away. 

I´m still standing

better than I ever did, 

looking like a true survivor (...)

I´m still standing 

after all this time.

El Real Madrid, pese a la catastrófica (?) cosecha de títulos en lo que va de siglo, a la cual se refiere hoy Juanma Rodríguez en su impecable artículo, sigue de pie y podrá ganar o perder, pero seguramente estará en la pomada por todo o casi todo cuando llegue el final de la presente temporada. Tan cierto es que todos queremos más como que NO hay que dar por hecho que NO se logrará.

Os podríamos traer un panorama de desolación en las portadas de la prensa catalana, pero os estaríamos engañando. Las portadas son las que son: Neymar dice (MD, en chiquitito abajo) que el tridente culé debería estar nominado en su integridad al Balón de Oro y el Premio Nobel de la Paz mientras silencia las continuas llamadas de Florentino, desesperado por enmendar el error de no haber pagado, en su momento, los 57 millones y punto. Ante esto, solo nos resta repetir lo rápido que cambian las tornas en este mundo del fútbol.

No tenemos certeza alguna (también os engañaríamos si así habláramos) de que las cosas van a mejorar. Solo habría un error más grave que no tomar las oportunas medidas para garantizar el máximo rendimiento de la plantilla actual y a futuro: dejar de creer, mientras se buscan los cambios precisos, que los que están son capaces de devolvernos a nuestro sitio.

Nosotros pensamos que aún lo son, que hay algunas razones para seguir apoyándoles y que, en el hipotético caso de que ya no las encontremos, mientras existan opciones de ganar algún título habrá que rebuscar dentro de los bolsillos en busca de esas razones.

Hala Madrid, cojones ya.