Acaba el parón de selecciones y en una semana hemos envejecido lo que en otras 52. Los últimos siete días los hemos pasado emparedados entre polémicas absurdas y campañas orquestadas de forma sibilina y con intenciones espurias. Es decir, hemos pasado una semana, parafraseando a ese gran madridista que es Jota de Los Planetas, atrapados en el motor gripado de un autobús destartalado. ¿Quién es el verdadero conductor de este autobús? Lo desconocemos. ¿Hacia dónde se dirige? No lo sabemos con seguridad, pero sí que podemos afirmar que es un lugar muy turbio.
El aquelarre mediático que se montó la semana pasada en torno a Vinícius Júnior es la enésima demostración de la infamia que se lleva perpetrando contra el brasileño desde su llegada a España en el verano de 2018. Más allá de si sus palabras se han tergiversado, más allá de si el mensaje profundo de su entrevista con Darren Lewis para CNN haya sido o no captado, esto no tiene un pase. En La Galerna podemos leer a grandes firmas como la de nuestro editor Jesús Bengoechea que han puesto por escrito lo que muchos pensamos al respecto.
Por mi parte, y saliéndome del debate maniqueo en torno a sus últimas declaraciones, tengo claro desde hace bastante tiempo que con Vinícius Júnior se busca su estigmatización y degradación pública. En un caso similar al de Mourinho. Para muchos, hasta que el brasileño no salga de España no cesarán en montar campañas de odio en su contra. Al técnico portugués se le llegó a llamar “nazi” en la prensa. A Cristiano Ronaldo le decían de todo. A muchos se les olvida los insultos repetitivos contra el astro portugués que tenían por foco su nacionalidad y su supuesta condición sexual.
Con Vinícius existe racismo y xenofobia pero también simple odio. Si el racismo y la xenofobia son manchas execrables en cualquier sociedad, el odio total es aún más difícil de aplacar
Es muy típico escuchar desde las gradas ofensas soeces contra los jugadores y aún más si son grandes estrellas. Pero no es tolerable ni tiene excusa alguna. De hecho, tanto la jurisprudencia de cualquier estado desarrollado como los fundamentos de la FIFA que recogen los patrones de conducta de nuestro campeonato sancionan estos comportamientos de forma implacable. Siendo así, muchos nos preguntamos, ¿por qué se ha llegado a este estado degradado en nuestro fútbol? Las instituciones responsables algún día deberían explicarlo y, acto seguido, disculparse con todos y cada uno.
Decía que lo vivido con Vinícius Júnior es de lo más denigrante que he presenciado nunca. Porque con Vinícius existe racismo y xenofobia pero también simple odio. Si el racismo y la xenofobia son manchas execrables en cualquier sociedad, el odio total es aún más difícil de aplacar. Vinícius representa todo lo que odian los antimadridistas. Es un joven talentoso que en sus primeros pasos fue mordido en la cabeza por un rival enajenado y no pasó absolutamente nada. Aquella fue la carta de presentación para el joven Vinícius.
Muchos de sus compañeros en el Castilla cuentan cómo en muchos campos le insultaban de forma sistemática. Cuando ascendió al primer equipo, tuvo que enfrentarse con la inquina del antimadridismo que lo tomó a broma por su falta de puntería. Cuando empezó a encadenar goles de importancia y ser decisivo en los grandes partidos, el odio estalló. Porque no le perdonan ser lo que es. El odio es tal que hasta le censuran por sus declaraciones. Les molesta su mera existencia. Muchos de estos odiadores se excusarán de no ser racistas ni xenófobos, pero en el fondo se suman a estos canallas. Porque el odio no conoce ni de fronteras ni de matices.
Desde hace bastante tiempo que con Vinícius Júnior se busca su estigmatización y degradación pública
Y quien quiera negar que tenemos un problema de racismo en nuestro fútbol, que se asome a lo sucedido este fin de semana en el derbi asturiano. Una señora profirió insultos racistas a Haissem Hassan, actual jugador del Real Oviedo que la pasada temporada militaba en el Sporting de Gijón. Un sinsentido total. Este triste ejemplo es el último de una larga lista. Es decir, no estamos ante casos aislados ni delirios que nos montamos los que lo denunciamos.
Por otro lado, al fin vuelve nuestro Madrid. Este sábado jugamos en Anoeta frente a la Real Sociedad. Llegamos a San Sebastián algo mermados con la baja segura de Ceballos y las dudas de Mendy, Tchouaméni, Güler o Militao. Algunos arrastran sobrecargas y otras pequeñas recaídas en lesiones últimas. Muchos medios apuntan que tanto los jugadores como sus preparadores han querido ser prudentes y por eso muchos de ellos volvieron de sus concentraciones nacionales. Si es así, bueno es. Porque a pesar de que a buen seguro que son lesiones pequeñas, son lesiones al fin y al cabo. Con la mosca detrás de la oreja estaremos todos en el siguiente parón que tendrá lugar entre el 7 y el 15 de octubre de 2024. Esperemos estar versados ya contra toda clase de males.
Para San Sebastián se estima que puede volver Jude Bellingham. La vuelta del centrocampista británico es buena cosa, pues estamos más necesitados que nunca de efectivos en la medular. Jugar con Bellingham es jugar con un jugador que se multiplica. El internacional inglés no solamente aporta talento, facilidades tácticas y soluciones en el último pase, también es un chute de oxígeno para sus compañeros. En su rol de jugador total, su presencia en el once nos acerca aún más al gol y, además, suma poderío a balón parado y seriedad en el repliegue defensivo.
En los primeros partidos del campeonato liguero el equipo ha echado en falta tanto a Bellingham como a Eduardo Camavinga. En su estilo, jugar con Camavinga también es hacerlo con un jugador que vale por dos. Tanto en defensa como al ataque, el joven francés es capaz de ofrecer un arsenal de habilidades y recursos que facilitan la vida a sus compañeros y amargan al contrario. Su presencia física e inteligencia táctica, es garantía de excelencia en defensa. Y sus recursos en el ataque, una auténtica fuerza anárquica con esas galopadas capaces de romper líneas en pocos movimientos.
En los primeros partidos del campeonato liguero el equipo ha echado en falta tanto a Bellingham como a Eduardo Camavinga
Para terminar, quisiera poner una nota más positiva. Quisiera sumarme a las felicitaciones al gran Luka Modrić, que cumplió el pasado lunes 9 de septiembre unos espléndidos 39 años como soles. Un fichaje que llegó en su día procedente del Tottenham por 42 millones de euros y para tapar vergüenza según la prensa culé. Un hombre que trajo Mourinho convencido que enamoraría al Bernabéu y jugaría durante años en el club. Doce años más tarde, ni los más optimistas del lugar imaginaban que el croata llegaría a ser capitán del equipo, jugador con más títulos en la historia del mayor club del mundo, Balón de Oro en 2018 y el jugador más mayor en jugar con la camiseta blanca. Un Luka Modrić que para celebrar su cumpleaños consiguió un golazo de falta el pasado domingo con su selección. El madridismo únicamente puede desearle lo mejor a un señor de la honestidad de Modrić.
Getty Images.
De acuerdo total con todo lo leido
Excelente articulo, la primera parte definiendo la cruda realidad que padece Vinicius y la segunda parte exponiendo como está el equipo.
Con Vinícius, como pasó con Bale o con Cristiano, se juntan el racismo o la xenofobia más básicas y rastreras, la mera búsqueda del clickbait a base de polémicas espurias por parte de algunos "periodistas" y otras intenciones, mucho más sibilinas, que tratan de sacar de sus casillas a rivales -público, estamento arbitral y jugadores- y al propio Vinícius, deseando que se genere más polémica por alguna reacción (alrededor) del brasileño. Dentro de estos últimos, se incluyen también los quieren generar ruido exclusivamente porque es el jugador más desequilibrante del Real Madrid, y distraerle del fútbol es restarle puntos al equipo, y sembrar en él la duda de si merece la pena seguir jugando en esta Liga es un victoria...
No solo no le pasó nada al "mordedor", sino que fue exhibido por todas las radios de España para reirle la gracia.
Solo el antimadridista es incapaz de ver y/o reconocer la deplorable campaña en contra de Vinicius , repleta de conductas racistas y violencia. Solo la rabia , el odio y el rencor de seres vilmente contaminados posibilita no poder y/o no querer ver que se trata de una víctima en vez de un culpable. Del vulgo nunca he esperado mucho . Quién mayormente merece mi desprecio
son los directores de estos ataques: instituciones y medios de comunicación antimadridistas que, con tal de desgastar al club de la capital, no reparan en el modo. Especialmente lamentable es el comportamiento al respecto de los politicastros. Y no lo digo solo por el alcalde almeida, lo digo en general. Son políticos los que están al frente del CSD . El citado organismo depende de y está supervisado por el Ministerio de Cultura y Deportes. No me olvido del Parlamento y sus derivados tuiteros , adalides en la defensa de los derechos humanos que ,sin embargo , hacen mutis por el foro ante semejante injusticia. La sociedad española ha tolerado el silencio, cuando no complicidad y connivencia , ante un grave caso de violencia sexual como el de pampos alves y se ha cebado en el caso de Vinicius. El agresor sexual con larga trayectoria culer salió bien parado teniendo en cuenta la gravedad de su delito. rafa mir es probable que pague por lo suyo y por lo del culer.
Tengo el mismo derecho que los derrotados, además de desanimados y desilusionados, independentistas catalanistas a reivindicar mi utopía, con tantas posibilidades reales de serlo como la suya, de que el Real Madrid sea una nación independiente y liberada de la opresión nazional-culerista. Que nadie dude de la vertiginosa decadencia moral en la que está inmersa la otrora noble España y, ahora, en manos de sus enemigos.
Munuera y hh para el sábado..los hijos de negreira al poderte el robalona a lo suyo robar sobornar y adulterar