Nada más lejos de mi intención que tratar de convencer a un atlético para que deje de serlo. Necesitamos la rivalidad entre los equipos de la ciudad para mantener, ahora más que nunca, una de las mayores motivaciones que la maldita pandemia nos ha querido debilitar: la rivalidad futbolística.
El amor por su club de ese hipotético aficionado colchonero es tan loable como el de cualquier aficionado por el suyo, ya sea el Real Madrid, el Betis , el Valencia...o el Rayo Majadahonda.
Pero no es de recibo tener que soportar la coletilla de que ser del Real Madrid es lo fácil , ni esa otra que reza que ser del Atlético es "otra forma de entender la vida", como si solo ellos pudieran constituir una religión. Yo nací en mayo de 1966 y tuve la suerte de que mi padre era madridista. Y me hizo socio en febrero de 1968. Si mi padre hubiera sido atlético, bético, o culé, a buen seguro yo le hubiera seguido. Pero era madridista. Yo no elegí nada. Me tocó ser madridista. De hecho empecé a ir al Bernabéu con él en 1971, pero seguro que hubiera hecho lo propio con el Vicente Calderón si los colores de mi padre hubiesen sido rojiblancos. Por tanto, yo también tengo mi religión, la religión BLANCA. No la elegí. Me la regalaron, pero la tengo.
Naturalmente que ambos clubes tenemos formas diferentes de entender la vida. Los atléticos no quieren la nuestra (lo cual sería inútil y gratuito, ya que les resulta inaccesible) ni nosotros queremos la suya, por razones obvias.
Nuestros vecinos, siempre respetables, presumen desde una perspectiva siempre algo demagógica, que ya nadie compra, de que su amor por el Atleti es "otra forma de entender la vida". ¡¡Gracias a Dios!! Yo he visto a mi club ganar hasta veinte veces la Liga española, y hasta siete veces levantar la Copa de Europa, tras esperar treinta y dos años escuchando maravillas de las seis anteriores. Naturalmente que ambos clubes tenemos formas diferentes de entender la vida. Los atléticos no quieren la nuestra (lo cual sería inútil y gratuito, ya que les resulta inaccesible) ni nosotros queremos la suya, por razones obvias.
No permitamos más engaños. Cada aficionado al fútbol vive y siente su club, su historia, sus logros y sus fracasos como le corresponde. Y todas las versiones son plausibles. Ninguna está por encima de la otra. Todos tenemos nuestra religión futbolística y nuestra forma diferente de entender la vida. A mí me tocó la ganadora, pero no tiene necesariamente que ser la mejor. Es simplemente la mía.
Como diría Spencer Tracy en "La costilla de Adán", "¡¡¡Vive la differénce!!!"
Fotografías Imago.
El rollo patatero de los atléticos ya no se lo creen ni ellos. "Otra forma de entender la vida", jajajajaja. Para descojonarse. El Real Madrid es el mejor equipo de fútbol de la historia porque es el que más títulos importantes ha ganado, ni más ni menos (¿Que eso lo hace especial?, pues sí, es especial porque es el primero). El Atlético en este ranking estará en el número 47, más o menos. La filosofía barata yo no me la creo ni cuando concierne a otros equipos ni cuando concierne al mío, que es el Madrid.
La verdad es que si no fuera por la propaganda antimadridista el 90% de los aficionados seríamos del Madrid. Y eso tampoco tiene gracia.
No quiero saber nada de los seguidores indios (perdóneme, estimado cicatriz). No es que no los pueda entender, es que no los puedo soportar. Son tan cansinos...
También es verdad que no tengo relación con aficionados culés, que seguro que soportaría aún peor.
Mi padre también era madridista y así he salido yo. Me casé con otro madridista, como no podía ser de otra manera. Si no, no me caso 🙂
¡Si es que ser madridista es lo mejor del mundo! Fin.
Usted demuestra ser bastante inteligente.
Discutible... Más que nada por lo de casarse. Que conste que lo digo , en cierta medida, en broma.
Yo piqué, qué le vamos a hacer...era madridista, no sé podía pedir más...ja, ja, jaaaa
¿Lo de "yo piqué" no irá por lo de cierto jugador del Barcelona? jajaja
El aficionado atlético hace gala de un complejo de superioridad moral (que recordemos consiste en sentimiento de inferioridad camuflado) que no les compra nadie más que ellos mismos (aunque parezca más gente por la ingente cantidad de colchoneros en los medios). Los madridistas, a pesar de la tergiversación constante, tienen la templanza y bonhomía del que es realmente fuerte y no sólo lo aparenta; el Madrid es el león que ríe.
Bendito su padre y usted por coincidir , en este caso, con él. Mérito compartido. Me consta , no sólo por propia experiencia, la existencia de situaciones futboleras entre padres e hijos que se quieren como tales y, sin embargo, con filias y fobias diferentes en cuanto a lo político-deportivo.
Creer que por ser aficionado de un equipo u otro tiene que ver con el tipo de persona que eres es como creer en el horóscopo. Una soberana gilipollez.