Vinipé

El show debe continuar

Vinipé, o Mbanicius, la versión del Vegetto de Bola de Dragón de que disfruta la Generación Z, es la pareja de moda, sin duda, del fútbol mundial. Apenas llevan cinco partidos jugando juntos, pero ya se detestan, a tenor de lo que publican algunos medios deportivos. Son dos divas y todas las risas y el cariño que se dedican en público es, como la canción, puro teatro.

Fútbol. 7️⃣/9️⃣ pic.twitter.com/mwb0UCjRoz

— Vini Jr. (@vinijr) September 2, 2024

En realidad, se odian porque, como todo el mundo sabe, son incompatibles, no sólo por la posición de los dos en el campo sino por una cuestión de status: dos pollos, un corral, ya saben, la historia más vieja del mundo. Esto es así, ya digo, porque lo dice gente muy sesuda en los periódicos. También dicen que la culpa de que el español promedio gane lo mismo que hace veinte años es de Putin y que el cambio climático es el responsable de que nuestras fronteras sean el coño de la Bernarda.

Si en algo es experta nuestra prensa es en ofrecernos cada día un guion alternativo de la realidad para que no nos fijemos nunca en los problemas fundamentales. En esto, como en prácticamente todo, la prensa deportiva funciona exactamente igual que la generalista. No hay distingos. Mientras la Guardia Civil informa de la existencia de pagos en negro del Barcelona a una cuenta a nombre de la mujer de Enríquez Negreira o el responsable del videoarbitraje en España es socio capitalista de ese club, por otro lado imputado, la cosa es Vinícius y Mbappé. Y que el Madrid no marca goles. Es un puro delirio continuado al que parece que ya nos hemos acostumbrado y al que asistimos como si fuera lo normal.

Mientras la Guardia Civil informa de la existencia de pagos en negro del Barcelona a una cuenta a nombre de la mujer de Enríquez Negreira o el responsable del videoarbitraje en España es socio capitalista de ese club, por otro lado imputado, la cosa es Vinícius y Mbappé

Con esto entretienen a la gente, nos echan alpiste. Al fenómeno, revelador, de que cada vez más gente se da al fútbol pirata, no le hacen ninguna pregunta sino que, siguiendo los dictámenes del Poder, agitan el dedo acusador contra el currito. En el país con la tasa de paro más alta de la zona euro el fútbol, verlo por la tele o en el estadio, cuesta tanto como si fuésemos la primera economía del mundo. Sin embargo, si no pagas lo que no tienes por un producto a todas luces fraudulento que no obstante se sigue vendiendo como algo sin mácula eres un auténtico hijo de puta.

Así las cosas, el endeble inicio liguero del Madrid es la comidilla nacional. Qué le pasa al Madrid, que no carbura. La culpa es de Ancelotti, de Vinipé, de Florentino, de Kroos y del auge de la ultraderecha en Alemania. Al mismo tiempo, el Barcelona de Flick es un cohete, como la economía del país de Pedro Sánchez: probablemente compraron a los árbitros desde que Núñez llegó a la presidencia pero, ¿has visto qué golazo de Raphinha? Como todo consiste en invertir la realidad, al final va a terminar pasando que la culpa de que la Liga española sea una mierda es del Madrid de Florentino, que es el único club del mundo con un proyecto de futuro y una ética de trabajo en todos los niveles de su estructura, objeto de estudio y admiración fuera de España.

Probablemente compraron a los árbitros desde que Núñez llegó a la presidencia pero, ¿has visto qué golazo de Raphinha?

El Madrid, que es lo único que funciona en este país en vías de subdesarrollo, es el ogro total, el culpable de todos los males. Bien pensado, tiene sentido. Para sostener este entramado, todo este estado de cosas, es necesaria una dosis muy fuerte de propaganda. Y la propaganda necesita invariablemente un chivo expiatorio. Cuando el Madrid se dejaba hacer y pedía perdón por existir, todo era más fácil. Ahora que lleva diez años rompiendo en dos la Historia del fútbol y ganando con avaricia todos los títulos posibles, haciéndose un estadio nuevo que es una nave espacial y no sólo fichando sino además criando a los mejores jugadores del mundo, la intensidad de la propaganda tiene que ser por fuerza insoportable.

El nivel de inanidad y de tontería también es propio de la época. Propaganda ha habido siempre, no es nuevo de ahora, pero también la propaganda es elaborada según la capacidad cognitiva de a quién va dirigida. No es que ahora seamos biológicamente más tontos, pero es indiscutible que este es un tiempo de una indigencia intelectual atroz. No sé si ha habido épocas peores, pero esta es muy mala. Por ejemplo el toro, que es un animal intelectualmente de los más limitados que existen, embiste cada vez que le muestran el trapo porque tiene bravura. Y además, en cuanto pasa más de veinte minutos en la plaza, ya se sabe casi todos los trucos de los humanos que lo lidian, lo que lo vuelve peligroso. Pero ¿y nosotros? Aquí nadie embiste sino es contra sí mismo, y la lidia del ciudadano/aficionado al fútbol está exenta de cualquier grandeza, siendo más bien un espectáculo de circo, un vodevil de bomberos-toreros.

Para sostener este entramado, todo este estado de cosas, es necesaria una dosis muy fuerte de propaganda. Y la propaganda necesita invariablemente un chivo expiatorio, el Madrid

En fin, así están las cosas a la llegada del primer parón de selecciones. Esta es otra. Supongo que ya la campeona de Europa habrá dejado de ser la selección de la España plurinacional y diversa para convertirse en la de los fachas. Viendo cómo ha variado en un par de semanas el discurso de la socialdemocracia mundial sobre la inmigración, y lo que pasó en la recepción oficial en La Moncloa, no me extrañaría. La competición de verdad, la de los clubes, se para porque la rueda fifera tiene que seguir girando. Nadie alza la voz, ni siquiera el Madrid, que también sigue concursando en la Liga como si no existieran indicios muy serios de que el Barcelona se compró durante décadas el Comité Técnico Arbitral de la Real Federación Española de Fútbol. El show debe continuar. Menos mal que Vinipé seguirá metiendo goles.

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