Vinicius, Ansu Fati y las comparaciones

Tras el partidazo de Ansu Fati con la selección española el pasado domingo, de forma ostensible, fueron recurrentes los elogios hacia el jovencísimo jugador del Barça, pero irremediablemente comenzaron a sucederse los comentarios sobre un jugador que descansaba en su casa en esos momentos: Vinicius Junior.

Pese a que este artículo pudiese hacer pensar lo contrario, lo primero que cabría aclarar es que una gran actuación de uno de estos dos jugadores no debería hacer de menos al otro. Resulta un ejercicio absurdo en cualquiera de los casos entrar en comparaciones perniciosas, pero es especialmente lesivo cuando hablamos de jugadores tan jóvenes con tanta carrera por delante y tanto que aprender y madurar. Ansu Fati y Vinicius deberían recibir valoraciones en función de lo que ellos mismos hagan en el campo, sin embargo el que escribe es poco optimista debido al enorme juego mediático que otorgó el “duelo” entre Messi y Cristiano. Ansu y Vinicius están muy lejos de soportar esa comparación, pero sí podemos ir analizando sus principales características.

Ansu Fati es la última y fulgurante aparición en el planeta fútbol. En el ocaso de la era Messi-Cristiano, el mainstream futbolístico está a la caza de los sucesores del trono y Ansu Fati ha entrado con fuerza. El jovencísimo jugador de 17 años tiene un instinto natural para el gol. Es muy raro apreciar en jugadores de su edad esa facilidad para ver la portería. A pesar de partir desde la banda, preferiblemente la izquierda, Ansu siempre tiene como objetivo el gol, sin que ello evite que sea un jugador que produzca asistencias. Criado en la cantera azulgrana es imposible no adivinar en él un sentido claro del juego de posición. Fati normalmente sabe dónde debe estar y las decisiones que debe tomar y tiene un talento especial para perfilarse y girar de forma perfecta una vez recibe el balón. Jugar al lado de Messi le ha otorgado bastante espacio para encarar en el uno contra uno dadas las vigilancias que recibe el argentino. Su habilidad le permite salir muchas veces victorioso del regate, habrá que ver cómo se adapta cuando los rivales comiencen a planificar ayudas a su par. Su aspecto de niño puede hacer pensar que le falta cierta agresividad en su juego, pero esta sospecha pierde todo su peso cuando uno le ve atacar la portería ya sea con el balón en los pies o rematando de cabeza. A sus casi 18 años es previsible que dé un salto físico que le provea de más potencia y velocidad. Ambos recursos lee permitirían sumar más peligro a sus conducciones y ofrecer más desmarques al espacio. En su corta trayectoria ya ha sido capaz de destacar y marcar en varios partidos, pero todavía no ha tenido de ocasión de marcar diferencias en un gran partido. Seguramente esta temporada disfrute de más minutos para intentarlo.

Vinicius Junior es otra de esas grandes apariciones que ha ilusionado tanto al madridismo. Igual que Ansu, vivió su temporada de debut en circunstancias bastantes complicadas para su equipo y en su segunda temporada se ha encontrado con la dificultad de compartir puesto con el fichaje estrella del Madrid, Edén Hazard. Pese a ello y también por los numerosos problemas del belga, Vinicius se las ha arreglado para hacer una segunda temporada a la altura de las enormes expectativas generadas en su año de debut. El brasileño es puro desborde. Por imaginación y creatividad, por potencia y por habilidad. Apenas quedan jugadores en el mundo moderno con la capacidad de driblar que tiene Vinicius. Pese a haber mejorado bastante en el toque final, todavía es una asignatura pendiente para el madridista generar rédito de tantas ocasiones como es capaz de producir. A veces es un problema de toma de decisión y otras veces de golpeo, sin embargo el terrible volumen que produce hace mella en el contrario y le regala metros a su equipo.

Cabe destacar en Vinicius su increíble autosuficiencia. El Madrid puede estar jugando un mal partido, pero siempre tendrá en el extremo brasileño un verso suelto capaz de producir solo. Ese gran atributo lo debe utilizar bien Vinicius para saberse adaptar al plan colectivo cuando toca. Pese a que es de esperar que sus números sigan mejorando, en estas dos temporadas Vinicius ya se las ha arreglado para definir partidos importantes. La ida de Champions ante el Ajax, el derbi en el Calderón o el decisivo partido de Liga ante el Barça son buenos ejemplos de ello. Esa grandeza para no amilanarse en los momentos más complicados le otorgan a Vinicius una confianza que será su gran aliada para el futuro. A sus 20 años ya posee un físico absolutamente de élite que le permite ser diferencial en ese aspecto que tan en boga está en el nuevo fútbol.

Por tanto hablamos de dos jugadores con bastantes posibilidades de formar parte de ese reducido grupo que acaparará portadas una vez Cristiano y Messi se hayan retirado. Vinicius- Ansu Fati, Real Madrid- Barça, si la carrera de ambos sigue el camino esperado serán inevitables las comparaciones. Ojalá se hagan en positivo y no para minusvalorar al otro. Si Fati gana en potencia y sigue desbordando cuando sufra ayudas y Vinicius comienza a ver el gol con naturalidad, estaremos hablando de dos de los mejores jugadores del mundo.