Grandiosos 20 minutos iniciales, quizá irresistibles para cualquier equipo actual, que me recordaron la presión lograda por el Milán de Sacchi, última asignatura pendiente para el Real.
La varita mágica sigue apuntando a Asensio, que quizá no debió pegarla desde tan lejos pero la metió -e incluso no angulada-, solo los dioses saben cómo. También jugó con soltura, incordiando y amenazando a la manera de Isco, y no es exagerado decir que ganó el partido del Bernabéu, tras poner totalmente de cara la eliminatoria con el golazo de Barcelona. Vaya chollo un jugador como él, y menudo estímulo para su arte que las cosas le salgan tan bien. En un par de años alcanzará la cima de su potencia física, y si para entonces refina aún más su técnica –sublime ya en controles orientados, por ejemplo- podría convertirse en una especie de Zidane con más gol.
También brilló con luz propia Benzema, no solo por habilidad sino por coraje en las disputas, cosa que no siempre exhibía. Debe agradecer al destino que un corpachón como el suyo acompañe a un espíritu dado en tanta medida a la destreza, y al trazo sutil de cada jugada, sobre todo en distancias cortas.
Asensio podría convertirse en una especie de Zidane con más gol.
Con el 2-0 se acabó sustancialmente la cosa, y el Barça pudo marcar varios tantos, asistido por el tipo de pifia no forzada que trae ser el ganador en cualquier caso. Solo Kovacic mantuvo quizá el sobresaliente, con esa capacidad inaudita para cortar y salir en vertical que redefine las contras del equipo.
Ceballos no se lució, y tampoco Theo, uno porque sus adornos se quedaron en tales, y el otro porque centró a las nubes, aunque salieron tarde –sobre todo el segundo-, y su cartel se mantiene intacto. Un pelín más de concentración, y bien podrán ser estrellas en cada puesto.
Bale e Isco se quedaron en el banquillo por razones muy distintas. El galés debe ganarse el puesto, y Zidane le abre los ojos con el desempeño de sus compañeros. Probablemente baste para activar un motor Rolls Royce de su calibre, y entretanto el Madrid sigue levantando trofeos.
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Gracias Antonio, escueto tu artículo pero lleno de aciertos, sobre todo el de Benzema. No soy Benzemista, pero tampoco me gusta silbar a mis jugadores, para eso ya están los rivales ( culerdos y antimadridistas ) Yo siempre animo y a veces pienso - solo lo pienso - que podía haberlo hecho mejor. Con Asensio ya hay que descubrirse, esto no es luz de un día. Tenemos un próximo "Balón de Oro", disfrutemoslo mientras que podamos qué ojalá sean muchos años.
Hemos visto el mismo partido. Sin embargo ya le daría más mérito a Benzemá que ayer jugó como los ángeles y ayudó muchísimo al equipo. Theo sólo tiene que aprender a centrar y a Ceballos le sobra el último regate, tal y como le pasaba a Isco los primeros años; ambas cosas tienen fácil arreglo con entrenamiento. Creo yo, vaya.
Vaya lujo tenerle por La Galerna, aún bajo la sorpresa. 🙂
Por cierto gran análisis del partido, que comparto.