Viento de Galerna: el vídeo y la historia

Primero ved el vídeo y luego os cuento.

El autor de la canción es Pepe Begines, el legendario alma máter de los no menos legendarios No Me Pises Que Llevo Chanclas. El autor del vídeo es José María López Casado. La intrahistoria es simple, tan simple como algunas de las mejores cosas de la vida.

Al aproximarse el sexto aniversario de la creación de La Galerna (hoy, 21 de mayo), me preguntaba qué tipo de celebración podíamos tener que fuera a la vez original y atractiva. En años anteriores habíamos publicado los clásicos textos colectivos con las felicitaciones, los parabienes y el cariño a raudales de amigos ilustres. En el V aniversario, hicimos un vídeo, obra de Dani Beltrán, lleno de conspicuas talking heads glosando las maravillas del galernismo. En el IV, Juancho Gallardo, director de Marca, nos explicaba por qué es fiel lector del portanálisis pese a las proverbiales leches que en él recibe la publicación que dirige (aunque suele ser, pues así lo merece, la mejor parada de entre los cuatro jinetes del Apocalipsis).

Este año queríamos algo, si cabe, más especial. ¿Por qué no un himno?, se me ocurrió. Y, puestos a hacer un himno, ¿por qué no encargárselo a mi admiradísimo Pepe Begines, cantante y compositor de los Chanclas, de quienes soy groupie desde el añorado tardochentismo?

Mi amistad con Pepe viene desde el día en que, tomando como excusa esta entrevista para La Galerna, me personé en Sevilla con las piernas temblorosas ante la presencia del ídolo. Bien es cierto que, en diez minutos, Pepe te quita el temblor a punta de coñas marineras o marismeñas. Los Chanclas son una catedral de la música pop, un hito infravalorado por la desgracia de ser graciosos, valga el oxímoron.

-Qué curioso que me pidas un himno para La Galerna- me respondió al teléfono Pepe, hace unas cuentas semanas-, porque resulta que precisamente ahora llevo un tiempo flirteando con una melodía que es un chotis o algo parecido.

El resto es historia, la que se escribe con la tinta de las más felices casualidades (la última es que el hijo de Pepe viva en Madrid en el mismo edificio que mi hermano). Viento de Galerna queda ahí para la posteridad (porque hay una posteridad jocunda para quien hace reír) como una de las más hermosas odas al madridismo que se han hecho y se harán, sencillamente. La paradoja, la maravillosa paradoja, es que Pepe no es madridista, o no al menos madridista en primera instancia. En la referida entrevista, se me confesó como "sevillista, bético consorte y admirador del Real Madrid", cosas que en conjunto son por supuesto rigurosamente imposibles. Como Pepe no sabe que ser todo eso a la vez es imposible, él lo es. Omnipotencia agropop.

Hay algo íntimamente prodigioso en el hecho de que un señor de Los Palacios capte la esencia del chotis de manera tan cachonda y a la vez rigurosa, con ese impagable acento de Chamberí para la ocasión. Como lo hay también en que un no madridista (o no apasionado del Madrid) dé a luz una composición tan respetuosa con las esencias del club de Concha Espina. Con ocasión del cumpleaños de un humilde portal vikingo, un sevillano se marca un chotis con reminiscencias tangueras. No se me ocurre mejor expresión de la universalidad del Madrid. Por el camino, Pepe homenajea a los héroes blancos, en particular a D. Alfredo y a La Galerna, la de verdad. La del Cantábrico. Viento de Galerna está transido de un casticismo que se hace planetario a su paso por el Guadalquivir, y Pepe es por supuesto un no-madridista madridista, como lo son José Luis Garci o Rafa Cabeleira aunque digan ser otras cosas muy respetables que sin duda también son.

Gracias, Pepe, por honrarnos con este prodigio que ha hecho sonreír a D. Paco. Solo por eso ya habría valido la pena. Pero además nos has hecho felices a los demás. Gracias.