El verano futbolero es ir y venir de altas y bajas (de las que se confirman un "cerocoma"), bodas de jugadores (de las que ignoramos -no es nuestro papel- las que consolidan los años), agresiones a árbitros en Chile (poca cosa, el chico está perseguido y solo reaccionó) y, cómo no, moscas, muchas moscas.
En coherencia con la presencia creciente del citado insecto a medida que va llegando el calor, As titula que "Cristiano está mosca", citando nada menos que cinco razones para ello, la mayoría de ellas de un peso menor que justamente el de una mosca; tan menor que nos atrevemos a poner en duda que den para mosqueo, sobre todo en el caso de un jugador de élite que, precisamente, lleva tiempo mosca con la prensa, a quien no atiende. No sabemos lo que pesará la portada de As, pero sí venimos comprobando desde hace tiempo que el mosqueo que provoca el Diario de la Ouija entre el madridismo (no hablemos de las facultades de periodismo) tiene que ver -por seguir con el ejemplo- con esa frase hecha que habla de un insecto alado que no duda en revolotear con insistencia alrededor de lo que vienen siendo las gónadas masculinas, también llamadas testículos y también de otros modos menos científicos. Es de rigor reconocer que As no vuela solo en verano y que ha sabido adaptarse a todas las estaciones y a todas los climas, lo que ha obligado a muchos a no esperar la llegada del calor para pertrecharse con soluciones insecticidas como las que, modestamente, plantea a diario este análisis.
Tanto As como Marca se refieren en sus portadas a un detalle reciente de la vida de Neymar, quien parece que agarró a un árbitro del cuello para que pudiera escuchar sin interferencias algunas repetidas alusiones a su santa madre y una expresión de cierta megalomanía, donde también se deslizó la figura de la citada progenitora. Poca cosa. O al menos así parece si fuera cierto que "La CONMEBOL dulcificó la sanción al no entender agresión". Sí, léanlo dos veces o las que haga falta. La CONMEBOL pudo entender que coger a un árbitro por el cuello para llamarle "hijo de puta" cinco veces no es una agresión. Tipos duros estos de la CONMEBOL, gente forjada con las películas de Charles Bronson y Chuck Norris, personas de una entereza tal que ni las moscas cojoneras afectarían, individuos capaces de leer el As sin inmutarse, impertérritos, aun siendo madridistas.
Pero, paren rotativas, porque la prensa catalana obvia cuellos y madres de árbitro para hacer un lacrimógeno plano corto al pobre y desasistido Neymar, doliente para Sport y directamente perseguido para Mundo Deportivo. Ni los más banales telefilmes que alimentan las sobremesas del fin de semana alcanzan tanto nivel a la hora de intentar motivar pueriles sollozos. El homenaje a estas "películas" se confirma con las efectistas imágenes que ambos periódicos incluyen en sus portadas: por un lado, un Neymar cabizbajo y sufrido y, por otro, un Neymar tirado en el césped en la terrible soledad que aporta un plano lejano y con abundancia de vacío circundante. En definitiva, un Neymar incapaz de hacer daño a una mosca, como Norman Bates. Qué desolación. ¡Que alguien corra a levantar a ese chico! ¡Protejámosle! Hasta la madre del árbitro se alza en su defensa. También incluso el árbitro y su cuello. Sube la música. Fundido a negro. Lágrimas de Photoshop.
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