Pese a que lo esperábamos, no hemos podido evitar una carcajada histérica al ver de nuevo al negro jugador francés llamado Paul en las portadas catalanas. Aclaremos que, por prescripción facultativa, no le llamamos esta vez por su más conocido apellido, con el objetivo terapéutico de tomar distancia, para que así parezca que hablamos de otra cosa y nuestra vida pueda salir del bucle al que nos han condenado este verano Sport y Mundo Deportivo. No podrán con nosotros, nos ha dicho el psiquiatra, aunque nosotros a veces lo dudamos.
Así que en defensa de nuestra (y vuestra) salud mental, y siguiendo el asesoramiento de nuestro servicio de especialistas, hemos decidido no mostrar hoy las portadas catalanas (coño ya), aunque todos las tengamos de hecho grabadas a fuego en nuestra mente, por ser las mismas portadas de todos los días, no sabemos ya si hasta el Juicio Final, oh por Dios Santo Iker. Pese a lo que diga nuestro psiquiatra, nos tememos que la imagen del juventino francés llamado Paul como eterna postal de portada tal vez ya sea tan imposible de borrar como la primera vez que vimos, en una lejana Nochevieja, el Thriller de Michael Jackson, o como el "quieto todo el mundo" de Tejero, o como aquella performance televisiva de Fernando Arrabal, que avisaba -ebrio, pero no de gozo- de la llegada del "mineralismo". Pese a este temor, seguimos las recomendaciones de los que saben y hoy nos damos (os damos) un descanso. Como diría el Padre Suances, consideramos que es justo y necesario. Qué paz. Estamos mal con lo del espigado jugador francés llamado Paul, pero no tanto como para traer a colación sin motivo una portada de otro día al presente Portanálisis. Si lo hacemos, si volvemos a mostrar la portada de Marca de este pasado domingo (hace solo tres días), es para demostrar (y también denunciar con risas) las bromas que nuestra prensa nos hace sufrir. En efecto, la portada que As nos presenta hoy es casi la misma que nos presentó Marca hace tres días. Todo un hallazgo, Relaño. Toda una declaración de intenciones, una dejadez, un "paso de todo", un "me importa un carajo", lo que viene siendo una vergüenza, al menos desde el punto de vista periodístico. Como se puede comprobar, la foto escogida es exactamente la misma, e incluso ambas portadas colocan (perdón, As copia de Marca) un escudo del Madrid a la izquierda de la imagen, demostrando una vez más que en este negocio de la prensa deportiva ya todo vale, sobre todo reírse del lector. Sólo queda atemperada la severidad de nuestro juicio por nuestra admiración hacia Bill Murray, Andy MacDowell y Harold Ramis, principales hacedores de esa obra maestra que es El día de la marmota. Si con el francés Paul la redundancia es llevada al límite en Cataluña, en Madrid no podían ser menos y As se atreve a ofrecer su particular versión del carácter repetitivo del tiempo; una versión ciertamente chusca y sonrojante, pero versión.
Dejadez aparte, reconocemos a As que sea el único periódico deportivo que hoy informa en portada del expediente que ha abierto la UEFA al Barcelona por mostrar símbolos de carácter político (en forma de esteladas y cánticos de reivindicación independentista) en la pasada final de Champions. Se podría decir que es un exceso de la UEFA esto de querer fuera de los estadios cualquier tipo de señal política, y reconocemos que el asunto da para debate mesurado y matizable. Pero también se puede decir que el Barcelona sigue acumulando sanciones y problemas judiciales que, como poco, podrían hacernos dudar de la imagen impoluta y angelical que pretende vender el modelo de més que un club y que no pocos compran sin reservas. Una prueba de esa compra es que solo As informe en portada de esta apertura de expediente. Nos hacemos cargo de que en Sport y Mundo Deportivo anden ocupados analizando el corte de pelo del jugador francés de la Juventus llamado Paul, pero lo de Marca ya nos extraña más, aunque todos sabemos que en realidad no nos extraña casi nada.
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Un comentario en: El verano de la marmota
Oh, lo que disfrutaría si, el 31 de agosto, saliera nuestro Florentino a presentar al juventino Paul como próximo jugador blanco. Los hamijos del Sport Deportivo se tendrían que comer las portadas del francés como se comieron las de Cristiano, Beckham, Ozil, etc.
O como aquellas míticas columnas de "opinión" sobre Neymar cuando sonaba para blanco.