Una supercopa en fuera de juego

Hoy comienza en el King Abdullah Sports Center de la ciudad saudí de Yeda la Supercopa de España. Una Supercopa de España que se juega en Arabia Saudí y que, además, ya no la disputan sólo el campeón de Liga (FC Barcelona) y el de Copa (Valencia) como ha sido durante las 35 ediciones anteriores, sino que esta vez se han añadido dos equipos más, en este caso el Atlético de Madrid y el Real Madrid, que tiene diez títulos de esta competición y fue protagonista de la primera edición en la versión moderna del Torneo, disputada en 1982 y que ganó la Real Sociedad.

La Real Federación Española de Fútbol se ha sacado, por tanto, de la manga un nuevo Torneo, completamente diferente a lo visto hasta ahora. Rubiales y sus asesores / ideólogos han apostado por meter con calzador en el ya cargadísimo calendario un evento de altísima exigencia, obligando a aplazar una jornada de Liga y ‘adelgazando’ la Copa del Rey con la excusa de dar más vuelo a los equipos modestos penalizando a los aficionados de los clubes de Primera División, que ven reducido su abono de partidos como locales.

Todo ello, en beneficio de una Supercopa que, por una cuestión exclusivamente económica, se disputará en Arabia Saudí, sumando a lo apretado del calendario un viaje en plena ‘cuesta de enero’ que para el Real Madrid supondrá 13.344 kilómetros a cuenta de inventario. Una barbaridad que podría traer sus consecuencias en un momento muy delicado de la temporada en el que hay que hacer cosecha de puntos para optar por estar en la pomada por el título de Liga en mayo y reservar fuerzas para encarar la fase decisiva de la Champions League. Un marrón en toda regla.

Al margen de distancias dignas de Marco Polo, calendarios cargados y exigencias máximas para disputar un torneo menor, está el hecho de que el país elegido por la RFEF como sede no es el mejor posible por múltiples factores: marginación de la mujer, sistema casi feudal en muchos aspectos y un espacio geográfico en ebullición política y militar y más aún tras los sucesos vividos durante esta Navidad en la zona del Golfo Pérsico. Solo el dinero justifica una elección de este tipo. Para escarnio del deporte, sus valores y lo que debe transmitir, no es la Supercopa de España la única que ha cedido ante los petrodólares: Mundial de fútbol, Mundial de clubes o Mundial de Atletismo, por citar algunas grandes citas también se han jugado en esta ‘zona gris’ en muchos aspectos para la escala de valores occidental. Los dirigentes deportivos deberían reflexionar sobre este punto. No lo harán, pero los aficionados debemos recordárselo siempre que podamos y esté en nuestra mano.

En el plano estrictamente deportivo, el Real Madrid acude a Yeda en su mejor momento de forma en dos temporadas, pero con dos bajas de última hora que merman sensiblemente el potencial blanco. Benzema y Bale se han caído de la lista. En frente, Valencia, Atlético de Madrid y FC Barcelona. Tres gallos duros de pelar. Esta Supercopa nace en fuera de juego, pero cuando el Madrid salta al césped de un estadio, debe hacerlo siempre con la intención de, primero, competir y, segundo, ganar. No cabe otra opción. Por prestigio, porque lo verán millones de personas en todo el mundo, porque jugamos contra eternos rivales a los que no hay que dar ni un metro de ventaja, el Real Madrid debe salir a ganar esta Supercopa. Eso sí, vaya marrón señor Rubiales…