Soy absolutamente incapaz de apasionarme con la selección española, al igual que me ocurre con el reggaetón, la comida tailandesa o el vino (que me perdone mi suegro, que es viticultor). Para que el acto de sinceridad sea completo, he de comenzar admitiendo que nunca, ni cuando sentía más apego, he vivido sus partidos con la intensidad con la que sufro o disfruto los del Real Madrid. Esta peculiaridad no es exclusivamente mía; es algo mayoritario en nuestro país, donde los clubes son mucho más populares que el combinado nacional.
Nunca, ni cuando sentía más apego, he vivido los partidos de la selección con la intensidad con la que sufro o disfruto los del Real Madrid
Lo que ha cambiado en los últimos años, y ha terminado por convertir a España en algo ajeno para mí, ha sido esa instrumentalización de los antis de lo que se supone que era el equipo de todos y su invasión de cada instancia de la Federación, aislando permanentemente al club que, merced a su inigualable historial, debería ser la bandera del fútbol español. ‘La roja’ se usa para atacar al Madrid, para que sus enemigos se puedan apuntar minúsculas victorias, imaginarias la mayoría, en una era en la que la aplastante superioridad del objeto de sus fobias más atávicas apenas les da respiro.
He visto casi todos los partidos de esta Eurocopa, aunque habitualmente de fondo, acompañando a otras actividades. Por ejemplo, el otro día no me perdí la semifinal entre España y Francia, pero no celebré ninguno de los tantos de la selección de mi país. Cantar un gol sale de dentro, no entiende de razonamientos y sí de corazón. Y el mío no me empujó a disfrutarlo. Han sido demasiadas afrentas, años de alejamiento sistemático y de usar la camiseta de la selección española como un arma más para arrojarle a la cara al equipo del que soy socio desde que pude permitirme pagarlo. Lo que se rompió durante más de una década, no es fácil de recomponer.
Han sido demasiadas afrentas, años de usar la camiseta de la selección española como un arma más para arrojarle a la cara al Madrid. Lo que se rompió durante más de una década no es fácil de recomponer
Por supuesto, tengo muchos amigos madridistas que siempre han apoyado incondicionalmente a la Selección, o que han regresado al redil durante estas semanas. Estos últimos me intentan convencer para que vuelva a alentarles con una serie de argumentos que, tengan o no peso, son inútiles ante el cariz sentimental de mi desapego. Este equipo ya no juega a ese estilo manido, desfasado y supuestamente propiedad de un club; aquello que se conoció como tiki-taka. Son más directos, vibrantes y divertidos. Coincido plenamente. El grupo es más sano y, aunque pueda haber discrepancias en varios nombres, el combinado nacional ya no parece un grupete de amigos en el que un delantero del Braga con cuatro goles acaba siendo convocado por haberse formado en cierta cantera y estar representado por agentes muy concretos. Siendo todo esto verdad, no cambia nada para mí. Lo que haga España me es del todo indiferente.
También tengo amigos madridistas que siguen enrabietados y desean que ‘la roja’ pierda cada partido. No les juzgo, igual que no lo hago con aquellos que vibran con cada encuentro. Ante la perspectiva de la final del domingo, que veré como el que pierde la mirada en el paisaje cuando viaja en tren, solo me apena algo muy concreto. Por una vez, la vomitiva labor de los líderes y de los altavoces del antimadridismo ha hecho mella en mí. Asumo la derrota; que en esta ocasión han ganado y han logrado arrebatarme algo que podría disfrutar, o que incluso debería disfrutar como aficionado al fútbol y español que soy. Sus reivindicaciones, reproches o insinuaciones cuando se trata del equipo nacional ya no me afectan para nada. Mi apatía con todo lo que rodea a la selección española, y la repulsión que siento al ver los golpes en el pecho ahora de los que se pasan la vida llamándonos forofos a los demás, es una consecuencia más del paupérrimo estado del fútbol español. Si sus responsables no son capaces de fidelizar ni a buena parte de la masa social más numerosa en España, es que han hecho las cosas increíblemente mal. Nada que sorprenda.
Getty Images.
Me ocurre algo similar... el otro día cuando marcó Francia, me quedé impavido, cuando marcó España el empate, me quedé impavido y cuando marcó el gol de la victoria, me alegré pero tampoco como para tirar cohetes. En fin... ni fu ni fa. Que pena.
Si te quedaste impávido ante el tremendo golazo de Lamine es que no te gusta el fútbol.
Yo tampoco puedo apasionarme con una selección en la que uno de los mejores jugadores de España no fue convocado (ni lo será nunca) debido a la presión de la prensa y de la poca personalidad del seleccionador.
Luego algunos argumentan que no convocan a jugadores del RM a la selección porque no hay.
Hola Jose Luis. Es que no hay más jugadores en el Madrid que puedan ir a la selección. Si quitas el caso puntual de Brahim en el que podemos estar de acuerdo, qué te queda. Brahim no es Maradona, habría sido suplente en la selección como es en el Madrid, tampoco tenemos que exagerar. Acogerse a ese argumento para no ir con tu selección me parece poca cosa la verdad. Apoyar a la selección debería estar por encima de cuántos jugadores del Madrid van.
Pues a mi como si se la pilla en una puerta, igual me da que me da igual..grande Jude
Éste es el cuento de nunca acabar hasta el próximo mundial, quién quiera que gane la selección española o que pierda o que le dé igual todas las opciones son válidas seas madridista o no, para mí si el motivo es la rfef o los periodistas (se supone que ciertos periodistas) me parecen unos motivos bastante flojos y hasta espurios, es que cuando iban más jugadores del Madrid os gustaba más la selección? Y la rfef desde que está Villar da pena (antes no sé) así que se supone que desde el 1988 o así ya ninguno queréis que gane, y lo de los periodistas ya es de traca, hacer caso a unos lacayos de sus empresas y alfeñiques de tres al cuarto para que os dicten vuestros gustos no tiene mucho sentido.
Coincido 100% contigo, Antonio. No puedo ilusionarme con una selección que los medios de comunicación patrimonializan para atacar al Real Madrid, venga a cuento o no.
Afortunadamente esta página que se llama "La Galerna" en honor a Paco Gento mantiene una inmaculada imparcialidad en lo que se refiere a apoyar o no a la selección. Hay muchos artículos que propugnan la indiferencia y hay hay hay otros que no.... A mi estas actitudes indiferentes me causan repugnancia y me parcen una falta de respeto a Gento por ejemplo, que se partió el pecho por la camiseta patria. Pero hay que entender que se trata de algo largamente maquinado desde las alturas. Alturas a las que solo se sube con muchisimo dinero para comprar voluntades y estómagos agradecidos. El que quiera entender que entienda. Y NADA MASA
Quise poner Y NADA MAS
Un saludo a todos los madridistas y españoles de bien
A esta gente con poder me refiero a poderes internacionales ajenos a España. No se me mal interprete
Afornadamente este medio como he dicho al principio, ha demostrado una esquisita imparcialidad. Y da cabida a todas las opiniones pese a que creo que hay gente en otros lugares interesada en crear un desafecto a la seleccion
Un saludo
Lo mismo me pasa a mí.
Yo empecé en la era Clemente.
No digo nada más para no herir a nadie.