Je suis désolé. Este año, como el pasado, voy a volver a perderme la final de la Copa del Rey.
El año pasado, y bien que lo siento, yo estaba en la ópera. Fidelio, para más señas. A mí me habría gustado presenciar el ejemplar ejercicio de libertad de expresión de los que entonces me faltaron al respeto al silbar el himno nacional e insultar al Jefe del Estado, pero por desgracia tenía otros compromisos adquiridos previamente. Lo lamenté de veras, porque a pesar de mi condición de mesetario yo soy un demócrata de toda la vida y un amante de la libertad, y no se me escapa que para que el insultador vea plenamente satisfecho su derecho a insultar resulta imprescindible la presencia del insultado. Un insulto que no llega a oídos de su destinatario es un quiero y no puedo, una ofensa en grado de frustración, puesto que difícilmente puede ofenderse quien no se sabe ultrajado. Y nada repugna más a mi sensibilidad democrática que haber malogrado las legítimas aspiraciones de mis insultadores.
De forma que hace un año me vi obligado a sustituir el concierto de pito, sublime manifestación sonora de la indignación popular de las hinchadas periféricas ante mi condición de español imperialista -y además madridista-, por los cacofónicos alaridos a los que Beethoven se empeñó en poner música. Casi tres horas -se dice pronto- de bramidos en alemán, que es una lengua que parece inventada precisamente para insultar. El alemán carece de la dulce prosodia del catalán, que arrulla el oído entre suaves susurros independentistas acabados en "t". El alemán no nació para ser hablado, sino para ser gritado entre perdigonazos de saliva, y por eso una alemana -qué sé yo, la ministra de Justicia, pongo por caso- nunca caerá rendida de amor, sino que a lo sumo se empleará en las tareas amatorias con la disciplina y abnegación de un soldado prusiano. ¡Ah, si Wagner hubiese puesto música al catalán en lugar de empeñarse en hacerlo al alemán! ¡Qué insuperable maravilla sería su gran tetralogía si, en lugar de El anillo del nibelungo, se llamase La estelada del ampurdanés! ¡Qué lágrimas de emoción no derramaría Puigdemont en su retiro germano si, en vez del Liebestod de Isolda, Wagner hubiera compuesto la mort d'amor de la Montse al ritmo inefable de la sardana!
Pero decía que este año tampoco voy a poder quedarme ante el televisor. Esta vez el destino caprichoso y cruel me va a llevar a la playa, privándome de la oportunidad de asistir a la emocionante lección gratuita de democracia que nos van a dar a los españoles nuestros vecinos de la Esquinita, ese lugar único en el mundo donde la libertad brota de cada campanario, donde el respeto a la ley es sagrado, y donde la libertad de quienes quieren educar a sus hijos en español encuentra un altar en cada esquina y su templo en el Camp Nou. Yo me pongo a pensar en la hermosa hondura democrática que va a tener la pitada al himno y al Jefe del Estado entre miles de esteladas, con todo el camp convertido en un clam separatista, y maldigo al destino por negarme la fortuna de ser testigo de tan civilizado, elevado e -insisto- democrático espectáculo.
Pero como también soy persona con un firme sentido de la justicia, quiero resarcir a mis insultadores por mi nueva descortesía. Y quiero hacerlo lanzando una sugerencia que -lo digo con humildat jardineresca- puede evitar que se malogre el ejercicio democrático que está previsto este fin de semana en el rutilante Wanda Metropolitano. Porque reparen ustedes en que la Marcha Real que Carlos III erigió en himno nacional tiene una duración tan breve que resulta a todas luces insuficiente para el cumplido desahogo de la histórica indignación de nuestros visitantes, que dicen se remonta nada menos que a 1714, seguramente antes de Cristo. Este inconveniente se ve agravado además por la circunstancia de que la inmensa mayoría de los separatistas catalanes carece de la posibilidad de insultar en alemán, lo que permitiría un alivio algo más abreviado de su respetabilísima cólera.
Así que, habida cuenta de que acaso no sea del todo oportuno adoptar como himno español las tres horas del Fidelio de Beethoven o las cuatro jornadas de la tetralogía wagneriana, lo que propongo es bien simple: reproducir el himno nacional por megafonía cuantas veces sean necesarias hasta que el último de los asistentes al estadio haya agotado sus democráticas ansias de pitarlo. Que los prolegómenos del partido sean una bacanal catárquica, que todos y cada uno de nuestros visitantes puedan expresar su justa indignación sin verse constreñidos por la fascista brevedad de la Marcha Real. Sí, amigos, repitamos el himno hasta que pueda escucharse completo sin que un solo espectador decida interrumpirlo con un silbido. Sólo entonces tendremos la seguridad de haber dado plena satisfacción al derecho de todo barcelonista y separatista catalán a insultar al resto de españoles.
Aun admitiendo que esto puede resultar ligeramente inconveniente para los aficionados sevillistas, convengamos en que es la única manera de garantizar que no sucumbimos a esa pulsión fascista que tan arraigada tenemos los mesetarios. Y de paso nos aseguraríamos de que la Copa del Rey se disputa en condiciones de plena democracia. Qué menos.
¡ Muy bueno!..
Dicen que el alemán era el idioma que Carlos I de España y V de Alemania usaba para hablar con sus caballos. También tengo entendido que el catalán no tiene insultos graves, así es que también carecen de la posibilidad de insultar en esa lengua...me veo que al final lo tendrán que hacer en la lengua, diría yo que más universal, le pese a quien le pese, el castellano.
Genial idea la de repetir el himno las veces que sean necesarias hasta que ya no quede ni un solo espectador sin tener satisfecha su liberad de expresión jajajaajaj y la prueba de eso lógicamente la tendremos cuando ya no se oiga ningún pitido porque ya habrán satisfecho esa necesidad jeje...
Saludos
Jonh ! Me parece una solución bastante buena . Hay muchas soluciones , más o menos drásticas , todas generarían su polémica en mayor o menor grado , pero esta que propone es de las pocas que se harían por el bien de Cataluña , Piqué, Puchi ,y todo el Pruces !
Elevemos la petición a quien corresponda ! . . . FEF . . . Presidencia del Gobierno. . . Casa Real . . . Asociación para la defensa del Ornitorrinco. . . Club nacional del cannabis! . . . Alguien ! Por Dios ! Que haga viable está gran propuesta por el bien del independentismo!
Que así sea !
Este es un buen momento para recordar el artículo que Segurola escribió en vísperas de la Final de la Copa del Rey de la temporada 2011-2012, publicado originalmente en La Gazzetta dello Sport, y cuyo título, traducido al español, era: "Los extremistas de Madrid arruinan la fiesta de una Copa democrática".
Como dice Falstaff, esa pulsión fascista que tenemos los mesetarios nos pierde jajaajajajaj....menudo sinvergüenza y cobarde está hecho Segurola, que fácil es hablar de "extremistas" de Madrid y qué difícil le ha resultado siempre hablar de los Herri Norte....sólo por poner un ejemplo de grupo violento que tiene relación con el club de sus amores...... aquí sólo arruinan fiestas democráticas los extremistas de Madrid...me encienden estos cobardes como Segurola que sólo son capaces de denunciar a gente que de verdad no es violenta....de los violentos de verdad siempre se ha guardado muy mucho y muy bien....
Esto de la "libertad de expresión", pitos al himno y al rey, es como el "trabajo" que hace el cuLERDO confeso Óscar Lago (realizador de Bein Sports y responsable de pinchar MIL VECES las jugadas susceptibles de perjudicar a la Farsa y PASAR DE HACERLO en las que PERJUDICAN AL MADRID) que un@s aplauden y otr@s se cabrean.
Según Juanma Rodríguez habría que preguntar si decir ¡Puta Cataluña! también sería considerado como "libertad de expresión".
Opino (entre pitos y flautas) que deberían crear la Copa Puigdemont y jugarla entre todos los equipos que sean independentistas, ¿no?.
Debería haber escrito lo siguiente: y otr@s NOS CABREAMOS.
Estás en esos dias verdad?ánimo. Y a ver si consigues un revolcon,te hace falta.
Lo que es evidente es que, tú, estás en "esos" años.
¡Qué DECEPCIÓN, Gonzalo! No me has mandado a FREGAR, Gonzalo. ¡Qué DECEPCIÓN, Gonzalo!
Gonzalo,
Tócate
El palo.
Revolcón es el que os están dando estos años en la Copa de Europa, uno detrás de otro. Hala, a celebrar mañana otra Copita del Rey, a tomarte la pastilla y a dormir, Gonzalito.
No, que la ganaría siempre el Farsa. Este y la Copa de Cataluña serían 2 títulos más cada año. Luego tendrían razón al echarnos en cara que tienen más títulos que el Madrit y sus botijos europeos.
Eso,a la cueva!!!ahi en la Opera estás bien,repites porque ya ni esperais pasar de semis o cuartos. Tranquilo que NADA de lo que propones tendrá lugar. Mediocre,a jugar a pala!!Jajajaja.
"Ni esperáis pasar de semis o cuartos" ... anda, como la Farsa en la Champions.
Gonzalo ! Ay Gonzalo ! Entiendo tu cabreo ! Lo entiendo perfectamente! Tranquilo , no te alteres ! Es normal que estés así ! Aburrido , entrando en webs madridistas para intentar paliar tu desazón ! Pero . . . Parate a pensar . . . Sólo un momento . . . Gonzalooo . . . Gonzalitoo.. . ¿ lo has entendido ya ? ? ?
Mira , voy a ser bueno y te lo voy a explicar , venga pero sin discusiones ¿ vale ?
Escucha Gonzalo : La diferencia entre tu , y Yo , es que yo se quien es mi Papá, pero tu ! . . Tu nunca sabrás quien es el tuyo ! ( y eso . . . Eso es duro Gonzalo )
Un artículo sublime. Cómo escribís y qué gusto da leeros, coño.
La Galerna es mi sitio madridista favorito, y más si de vez en cuando entra un ardido Gonzalo para recordarnos que el llanto de un culé ardido es como... como... PUES COMO LA BILIS DE UN CULÉ Y YA!!!