Cuando salió la bolita del Manchester City, algunos madridistas torcieron el gesto. El recuerdo de la temporada pasada (1-1 y 4-0) todavía duele. Sin embargo, el que más lamentó cruzarse con los blancos fue el representante citizen, Txiki Begiristain. Tras la broma (o no tanto) del “¡Qué pesaos!”, soltó la clave: “Es una competición que la disfrutan, que la sienten, que cuando la afrontan creen que la van a ganar desde el minuto uno”. Exacto. En Manchester, por muy fuertes que se sientan, aun habiendo ganado la competición el año pasado después de aplastar a los de Ancelotti, se recuerda lo que sucedió hace dos. Entonces también eran favoritos, también ganaron el partido allí, pero, ay, amigos, no pudieron con la magia que define al Madrid en la máxima competición europea.
Los blancos venían de superar al PSG de Mbappé tras una exhibición de Benzema en el Bernabéu y de protagonizar una contrarremontada frente al vigente campeón, el Chelsea. Mientras que el City había dejado por el camino al Sporting de Portugal y al Atlético de Madrid, este último gracias un verdadero ejercicio de cholismo a la inversa (1-0 y 0-0 en el Metropolitano).
Madrid y City se habían cruzado ocho veces antes de 2022, dos en fases de grupos y cuatro en eliminatorias. Y, como este año, el precedente no era bueno: en la 19/20, los de Guardiola habían eliminado a los de Zidane en semifinales con victorias en los dos campos: 1-2 y 2-1. Pero, como buen creyente de las meigas, el técnico catalán no se fiaba y se puso la venda antes de la eliminatoria: “Si tenemos que competir con su historia, no tenemos ninguna posibilidad”. Algo parecido a lo de Txiki, por cierto.
Una vez más, toca remar contracorriente, superar los pronósticos y conseguir el más difícil todavía, con el añadido de jugar la vuelta fuera. Pero que nadie olvide que hablamos de la Copa de Europa y el Real Madrid, la relación más sólida y maravillosa de la historia
La ida, como recuerdan, se disputó en Inglaterra y sin la muralla base: Casemiro era baja, Alaba sólo aguantó una parte y Mendy estaba entre algodones. Kroos hizo de stopper ante Rodri, De Bruyne y Bernardo Silva. Demasiada pólvora, como se vería después. El partido no dejó espacio al aliento y el intercambio de golpes resultó arrebatador, sincero, una lucha de estilos sin importar el escenario. A los once minutos, el City ya ganaba por 2-0, pero fue ahí donde el Madrid sacó su ADN y, tras una batalla inmisericorde, Benzema rubricó un penalti para lograr el 4-3 definitivo. Lo hizo emulando a Panenka y con el precedente de haber fallado los dos últimos lanzamientos de pena máxima. El espíritu suicida de los genios, ya saben.
Antes de la vuelta, el Madrid finiquitó la Liga contra el Espanyol en el Bernabéu y en la celebración de Cibeles se reveló el porqué de la grandeza de este club. Al tiempo que se festejaba el título, la afición coreó el “¡Sí se puede!” en referencia entregada a la remontada.
Todos los números estaban en contra de los madridistas. El City había superado nueve de las diez últimas eliminatorias en las que había logrado imponerse en el primer encuentro y, además, el balance de Guardiola en el Bernabéu apabullaba: seis victorias, dos empates y sólo una derrota. Sin embargo, nada de aquello amilanó a los jugadores, y mucho menos a la afición, que, de forma extraña y con una fe total, ciega y contagiosa, estaba convencida de que aquello se levantaría. Y así fue.
No importó que el City se volviera a adelantar en el marcador. No importó que jugaran mejor. Y mucho menos importó la lógica, el estilo o la posesión. El equipo, en combustión con la grada, volvió a protagonizar una gesta sólo apta para creyentes, convirtiendo, una vez más, lo paranormal en un hecho cotidiano: si en el 89’ iba 0-1, al final un 3-1 con goles de Rodrygo (2) y Benzema (1) volvieron a demostrar por qué lo de ‘luchar hasta el final’ no es un lema facilón, sino una filosofía de vida.
Ahora, una vez más, toca remar contracorriente, superar los pronósticos y conseguir el más difícil todavía, con el añadido de jugar la vuelta fuera. Pero que nadie olvide que hablamos de la Copa de Europa y el Real Madrid, la relación más sólida y maravillosa de la historia.
Getty Images.
Me estoy acordando de aquel socio que salía del estadio con su hijo... en el minuto 86. No volverán a perder la fe.
Yo no pierdo la fe, pero el City es muy superior. Son 100 millones de inversión casi todos los años.
somos seguidores de un equipo de gestas imposibles y memorables , la condición de este equipo es nunca rendirse y no dar por perdido absolutamente nada , el City es un gran equipo , con una buena plantilla y quizas bien dirigido por un entrenador , pero como todos los equipos tiene devilidades , y para eso tenemos a un gran entrenador una buena plantilla que ha demostrado superarse ante las adversidades , quien esta mas preocupado ? , para es un partido win to win por que ? , si nos eliminan caemos ante el vigente campeon de europa y si lo ganamos habremos ganada al accctual campeon de europa , que tienen ellos que no tengamos nosotros ? la impunidad de uefa fifa y premier por consentir el despilfarro que hacen cada año y por contra la persecución sistemática de todos y cada uno de los estamentos del futbol contra los nuestros ,no hay mas que fijarse en los horarios que nos pone la liga , las patadas que reciben nuestros jugadores con el beneplacito de los trencillas etc etc etc , que os voy a contar que no sepais , pero amigos yo creo que les tenemos ganas , que estamos como ellos el año pasado y que son ellos los que tienen que perder mas que nosotros asi que animo fuerza y al toro