Buenos días, amigos. El Real Madrid dio un golpe de autoridad ganando en San Mamés, con gran mérito, a un Athletic que no dejó de apretar y que llegó a embotellar a los blancos. Sin embargo, los de Ancelotti hicieron valer el gol del primer tiempo de Benzema (con un remate propio del Balón de Oro que es) y el segundo, al borde del final, marcado por Toni Kroos al más puro estilo Toni Kroos.
“Muy vivos”, titula elocuentemente Marca. Y tanto. Vivísimos. Vivérrimos. Y todo ello después de haber sido dados por muertos por agoreros propios y extraños. Fue un triunfo pleno de solidaridad, oficio, dinamismo y, por momentos, brillantez. Camavinga despejó cualquier duda respecto a su capacidad para dirigir el juego blanco (habrá que ver qué hace Carletto cuando vuelva Tchouaméni), Ceballos aportó muchísimo en ataque y defensa, Valverde volvió por sus fueros y tanto Militao como un descomunal Nacho pusieron el candado con una eficacia concienzuda. Aquellos del turno de mañana que no hayan leído la crónica y las notas de Ramón Álvarez de Mon pueden hacerlo ahora.
As juega con el sobrenombre que se otorga desde tiempos inmemoriales a los futbolistas de San Mamés para aplicarlo a los vikingos, y lo cierto es que lo de Benzema en la foto guarda similitudes con el rugido del león de la Metro Goldwyn Mayer. As vuelve a aludir a la “pegada” de los blancos, y vuelve a haber inexactitud (cuando no mala intención) en el estereotipo. Si la clave hubiera sido solo la pegada, el Madrid habría sentenciado mucho antes en el segundo tiempo en ocasiones clarérrimas de Nacho y Asensio, que marró por centímetros tras una combinación brillantísima con Valverde y Benzema. Asensio estuvo participativo, implicado y muy dinámico. Parece haber ganado enteros ante Rodrygo, si bien el brasileño disputó muy buenos minutos cuando entró, robando el balón y gestionando de modo idóneo la jugada del 0-2. La competencia es buena, y eso, aunque lo parezca, sí que no es un estereotipo como la pegada.
Resulta que había vida tras el apocalipsis supercopero en el desierto, amigos. Realmente ha sido un apocalipsis de mierda que ha dejado al equipo en cuartos de Copa y a tres puntos de un líder renqueante en la Liga que nos relata Roures. Como fin del mundo, el asunto ha dejado bastante que desear. Tal vez no había en el cielo presupuesto para un armaggedon como Dios manda, como sucedía en aquella película de José Luis Cuerda. Nos extrañaría, porque nos consta que las finanzas del cielo son tan robustas como las del Real Madrid, valga la redundancia. A ver si lo que estaba sucediendo, sencillamente, no era el apocalipsis…
La prensa cataculé destaca la pírrica, mediocre victoria de los de Xavi ante el Getafe, utilizando eufemismos como “poco brillante” y permitiéndose descalificar la del Madrid en San Mamés (repetimos: en San Mamés) con la reiteración, otra vez, de lo de la “pegada”. Al menos admiten que Ter Stegen “frustró las ocasiones del Getafe”, que es lo que en la jerga periodiquera (y atención: no solo cataculé) se llama “salvar al Madrid” cuando quien lo hace es Courtois.
En Sport vemos que debuta (?) hoy Josep Pedrerol como columnista, y ello sin ningún TIC TAC previo para cebar el estreno. También escribe Albert Masnou para informarnos de los presuntos contactos entre Asensio y el Barça. Sería divertido que nuestro presunto amigo superliguero, con quien por esa causa tantas deferencias tenemos, anduviera tocándonos las pelotas por la espalda. No vemos entonces por qué no podría el Real Madrid, por ejemplo, hacer lo propio con Gavi, que todavía tiene ficha de juvenil pese a ser, según dicen ellos, poco menos que la fusión de Lothar Matthaus, Pirlo y Donadoni.
Por cierto que, junto a Pedri, Gavi engalana hoy la portada de Sport, sin que en cambio se señale en ella (ni en ninguna otra parte) el nuevo festival de impunidad hostil (que viene de hostia) que dio el chaval. Su patente de corso para sacudir, pese a hacerlo siempre del modo más aparatoso y dañino, es un caso único en la historia del fútbol.
El otro que ayer sacudió de lo lindo en el Camp Nou fue Dembélé, a quien se condonó la expulsión tras una entrada criminal. Para más escarnio, las imágenes muestran cómo el propio jugador francés, tras su salvajada, mira al árbitro y dice “Roja, ¿no?” Pues no. Por primera vez en la historia del balompié mundial, un futbolista recibe de un árbitro un tratamiento más favorable del que el propio futbolista cree merecer.
—Tranquilo, Ousma— respondió Soto Grado—. No te juzgues con tanta dureza. Hieres en exceso tu autoestima. Aprende a quererte. La entrada es vil, pero la vida continúa y ni el VAR ni yo tenemos lo que hay que tener para mandarte a la calle. Ve y no peques más, hijo mío. Amarilla para cubrir el expediente y que los medios de Roures no me acusen de exagerao.
Pasad un buen día, amigos.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos
5 comentarios en: Un Real Madrid vivérrimo en San Mamés
Gavi caso único... Me viene a la mente un tal Mascherano, con idéntica tendencia al reparto cual párroco rural en misa de 12:00 de Domingo... y por supuesto la misma bula papal.
Lo del chaval este ya es de traca... hasta el día en que lesione a alguien, pero seguro que cuando pase ya lo blanquearán o le echarán la culpa al lesionado.
Si lesiona a Vinicius da por descontado que la culpa será del brasileño.
Gavi sucede a Mascherano en la impunidad. Y Camavinga sucede a Casemiro en recibir tarjetas, aunque no venga a cuento.
Repito lo de ayer:
Ésto, ha tenido el mismo castigo que la no falta de Camavinga.
tinyurl.com/2p94rtt2
El juego de Gavi: tinyurl.com/yzr5samj
Otra perspectiva de la de Dembelé: tinyurl.com/3ytpvh5p
A ésto, se le llama jugar con las cartas marcadas.