Un jugador, una canción
Karim Benzema – Aint’t that a kick in the head?
El intérprete más elegante interpreta la canción de amor más elegante jamás escrita, de la que hay una versión con marimbas en la banda sonora de la película original de Ocean’s Eleven. Su título, Ain’t that a kick in the head?
Hasta su verdadero nombre rezuma carisma: Dino Crocetti. Alguien que comenzó como boxeador y además fue capaz de sobreponerse a haber formado pareja artística con Jerry Lee Lewis está hecho de un material que no es de este mundo.
Añadamos a la ecuación que forma parte del Rat Pack, bautizado así por Lauren Bacall al calificar la apariencia del grupo al terminar una noche de fiesta. La leyenda se bifurca y una de sus versiones sostiene que definió así la pinta de Humphrey Bogart, su marido por aquel entonces, y el resto de sus adláteres al llegar a casa con el sol ya despuntando, sin especificar si se desplazaban por su propio pie, apoyados unos en otros o en vehículo de propulsión autónoma. La otra versión dice simplemente que doña Lauren bajó a primera hora de la mañana de sus aposentos al salón de su casa, donde se había celebrado un encuentro de amigos por el motivo que fuera. Por el salón se amontonaba gente de ambos sexos tirada en el suelo, dormida o no, vestida o no, cantidades ridículamente altas de alcohol o de recipientes que en su momento contuvieron alcohol y ceniceros atestados de colillas. Contemplando cualquiera de las dos escenas que dan pábulo a la leyenda del origen del nombre, su reacción fue exclamar “You look like a goddamn rat pack”. Ahí lo tenemos. ¿Olvidé mencionar que los compañeros de juergas incluían a Frank Sinatra, Sammy Davis Jr., Joey Bishop y Peter Lawford, aunque en un primer momento fueron David Niven, Spencer Tracy o Katherine Hepburn?
Karim es nuestro Dean Martin. Don Dino encarna lo cool, es decir, la tranquilidad, la templanza, el sano desapego y la distancia correcta que tomar con respecto a las cosas. Pertenecer al Rat Pack te da eso, ¿o es al revés? Dean Martin nunca tuvo una gran voz, pero nunca lo necesitó para ser único y resultar irresistiblemente elegante gracias a ese punto de dejadez al terminar cada verso, quizá también exagerado por su pose de borrachín irredento, aún a pesar a que el presunto whisky con el que salía a escena no era sino té helado. Benzema, como Dean Martin, no suda salvo cuando él quiere. La última vez que don Dino lo hizo fue en Río Bravo, así que calculemos. Su presunta indolencia ha sido exagerada hasta la caricatura por gente que, bastante tienen, preferían a Higuaín por delante del hombre de Lyon. Benzema sublima a la altura de arte una actividad que muy bien podría caer en las garras de la zafiedad como es eso de meter goles. Basta ya de pedir ordinarieces a Benzema, por favor. Como decía de manera recurrente en su dipsómano rol, con los detractores de Benzema me pasa como con los abstemios, me dan pena porque nunca en todo el día se van a sentir mejor que cuando se levantan.
Supongo que ha querido decir que formó pareja artística con Jerry Lewis no con Jerry Lee Lewis, ¿verdad?
Tiene toda la razón. No veo a Dino al lado de un fenómeno que prende fuego a su piano.
¡Vaya gambazo!
Debe ser con la única canción que conocido.
Debe ser la única canción con que conocido. La verdad que vienes teniendo unas ocurrencias. Lo de Modric y Floyd me ha superado.