Yo no tengo conciencia del momento exacto en el que me supe madridista. Hay gente que indica una edad o señala un partido como el punto en el que sintió que su equipo era el Real Madrid. Yo no. Siempre ha estado en mi vida, desde que tengo uso de razón. En mi casa mis padres, mis cuatro hermanas y yo hemos latido siempre madridismo. No he sido nunca de ningún otro equipo, no siento simpatía por otro club. Para mí sólo existe el Real Madrid. Hubo un tiempo en el que fui también de la selección española. Ya no. Desde el momento en el que el periodismo más antimadridista se adueñó de la selección de mi país para utilizarla como arma arrojadiza contra el Real Madrid, me es indiferente lo que haga La Roja o como sea que la llamen ahora. Como reza el himno de la Décima: Hala Madrid y nada más.
Admiro con todas mis fuerzas a los madridistas de Cataluña y a los que viven fuera de España. A los primeros por vivir su madridismo en territorio hostil, con todo el sufrimiento que ello conlleva. Y a los segundos por ser capaces, estando a miles de kilómetros, de sentir con tanta pasión a un club de fútbol que no es de su ciudad ni de su país. Mi pensamiento está siempre con esos madridistas de Cataluña cuando el eterno rival gana un título. Los considero héroes anónimos, gente capaz de ir contracorriente en la vida, que se visten por los pies y salen a la calle con sus principios impolutos.
Al otro lado del charco el madridismo es también la afición más numerosa. Debido a la diferencia horaria con España, los días de partido organizan su vida en torno al Real Madrid. Igual les toca madrugar que aguantar sin dormir o ingeniárselas para librarse del trabajo o los estudios para ver a su equipo. Presumen de sus camisetas por las calles y sueñan con subir a ese avión que les traiga hasta España, rumbo al Santiago Bernabéu. Ojalá todos tengan la oportunidad de visitarlo al menos una vez en su vida. Esa gente, ese madridismo que vive a miles de kilómetros del Real Madrid, que se reúnen para ver los partidos, que se lo enseñan a sus hijos, que son capaces de llorar con las derrotas y sentirse los más dichosos en las victorias, me llenan de orgullo como madridista. Sienten lo mismo que yo, son mi familia en esto del madridismo.
Desde Brasil a Colombia, pasando por Costa Rica, Ecuador, México, Guatemala, Panamá, la República Dominicana, Perú, Venezuela y todos y cada uno de los estados de USA. Allí donde vive un madridista, sé que está también mi casa. Australia, China, Japón, Indonesia. ¡Indonesia! No sé si allí nace algún niño que en el futuro no vaya a ser del Real Madrid. Creo que se merecen que el equipo aterrice alguna vez allí. Es increíble la pasión que le ponen a su madridismo y lo numerosos que son.
Los tengo presentes cada vez que me siento delante de la tele para ver un partido y, sobre todo, cuando voy al Bernabéu. Sé que ellos lo darían todo por ver un partido en Chamartín. No sé cuándo ni de qué manera el escudo del Real Madrid llegó a sus vidas con el inmenso océano de por medio, pero me siento orgullosa de ellos porque su madridismo es el mío. No importa lo lejos o lo cerca que estemos del epicentro del club más grande del mundo porque este amor no tiene fronteras.
El primer párrafo lo suscribo punto por punto y palabra por palabra.Aunque yo con la selección ,más que renegar de ella,la sigo con desencanto.
Yo aporto un caso de un amigo vasco de Bilbao de ambientes un poco "abertzales" pero más madridísta que Bernabéu,y que sus amigos de "cuadrilla" de allí (el concepto "cuadrilla" en el País Vasco ,se refiere a tu circulo de amistades más intimo y que se suele formar con los amigos de la infancia) desconocen absolutamente de su amor a nuestros colores ,y que por el poco cariño que nos tienen por esas tierras,sobre todo en determinados sectores ,un amor que mi colega prefiere disfrutar en la intimidad de su hogar.
Muy estimulante el artículo, recordatorio adecuado de los millones de seguidores que tiene este club en todo el planeta. Pero también un artículo que da para meditar sobre todo al que manda. Porque la otra cara de la moneda nos desvela que en España las cosas no siguen el mismo camino. El Madrid está perdiendo el terreno desde hace años con el aficionado patrio y especialmente en Madrid. Y la culpa es de los que piensan sólo en el negocio y olvidan el sentimiento sobre todo en los niños. Desde cuando el Madrid no saca fotos en el estadio con los pequeños? Damos una imagen desde la presidencia de equipo marciano y el mejor ejemplo es Real Madrid tv que parece un desfile de modelos antes que la imagen de un club. Cuando dejaremos de dar esa imagen distante y pulcra tan alejada del verdadero fútbol? Eso sí los chinos o los africanos nos verán cada vez más pero el problema está aquí. Y el que no lo ve o está ciego o prefiere mirar para otro lado.
Bravo Paula. Hala Madrid y nada más!!
Artículo excelente con gran sensibilidad. A mí me sucede parecido con la selección Española. Para que digan ser madridista es por ganar y tal....en la época más gloriosa de nuestro fútbol patrio, no puedo con ello, no puedo ( me viene ahora Chiquito de la Calzada)
Un saludo
Me has emocionado hasta las lágrimas, nadie hasta ahora ha podido describir como tu la emoción de ser madridista fuera de España. Gracias.
Muy buen artículo... asi es.. soñamos con ir al Bernabéu.. Y no somos pocos.. por eso a veces molesta el comportamiento de la "afición" cuando el equipo necesita apoyo.. esto es como el matrimonio, en las buenas y en las malas... Saludos desde Venezuela.. Y Hala Madrid
Bienvenida, Paula!
Me ha encantado tu artículo y me he sentido muy identificada con tu retrato de los que estamos 'del otro lado del charco'. Por supuesto que en Buenos Aires tienes una familia y un hogar que siempre te recibirá con los brazos abiertos y te estrechará en el más madridista de los abrazos.
Escritora Julia, intuyo que no somos pocos a los que nos tiene expectantes. Estará al caer su suelto, imagino.
Acá, en "la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto" somos millones los seguidores del "deporte más hermoso del mundo", y la inmensa mayoría somos MERENGUES. Mi sueño, o el primero de ellos, como bien nos cuenta la autora, es visitar el Bernabéu para ver jugar al "Glorioso", a nuestro Real Madrid Club de Fútbol. Ojalá algún día vuelva nuestro amado club a pisar estas tierras caribeñas, y que se lleguen nuestros jugadores al Camagüey legendario, terruño de la señora madre de Don Santiago.
Un abrazo gigante, bien cubaneao, del tamaño del mar...
HALA MADRID Y NADA MÁS!!!
Estrechos y afectuosísimos abrazos madridistas a mis hermanos blancos de América y el resto del mundo.
¡Hala Madrid!
Desde el principio de su artículo , y antes -empezando por el titular-, ya me he sentido un tanto conmovido o emocionado por sus palabras sobre el madridismo. Coincido con sus sentimientos al respecto. Y algo que me apetece explicar es que yo sí tengo conciencia de, con 4-5 años , ser --¡qué curioso!- del Real Madrid y del Atlético al cincuenta por ciento. Pasando ya, con casi 6 años, a ser leal y exclusivamente del Real Madrid. De tal guisa que puedo afirmar , rotundamente, que solo el Real Madrid me ha hecho sentir plenamente fiel y leal de manera continuada y/o perseverante.
Con la selección también me ha pasado lo que a muchos madridistas. Ya hace que me cansé de que fuera una herramienta política y , lo peor, utilizada por los ciudadanos periodistas en contra del Real Madrid.
¡ HALA MADRID Y NADA MAS !
Ya era hora de que Paula escribiera en La Galerna. Muy buen articulo. Identificado con cada letra, punto y coma de él.
Acá en Guarenas, Venezuela tiene un primo que la recibirá a ella y a todo su hogar madridista.
Saludos madridistas.