Un día en las carreras es una de las comedias delirantes de los Hermanos Marx. La propietaria de un hospital se encuentra en apuros económicos y la viabilidad del centro depende, en gran medida, de una rica paciente. Groucho es veterinario, pero se hace pasar por médico con el fin de conseguir que la acaudalada enferma prolongue su estancia. Además, optan por apostar en las carreras de caballos como solución a los problemas pecuniarios.
El pasado domingo acudí al Jarama Classic. Pensaba que pasaría un día en las carreras y sin embargo disfruté de mucho más, una oferta de ocio bien organizada y diversificada que no solo incluye el aspecto deportivo, por lo que todo el mundo sale ganando, quien acude se divierte más que en una simple carrera de coches y quien lo organiza hace rentable su inversión y puede ofrecer cada vez mejores eventos y experiencias relacionadas con el mundo del motor.
En el circuito, comentaba estas cuestiones con el galernauta Juan Carlos Servera —responsable, entre otros, de la buena marcha del Jarama— y rápidamente salió a colación el Real Madrid en la conversación. Aunque suene a frase de Groucho, el Madrid es un club de fútbol que paradójicamente se ve obligado a explotar una serie de recursos ajenos al fútbol para poder seguir siendo el mejor club de fútbol.
Lo más llamativo del Madrid, y su razón de ser, es la victoria, la cantidad ingente de campeonatos de fútbol y baloncesto que gana, sin que sirva como excusa nada, ni siquiera no contar a priori con el mejor equipo, situación acaecida no pocas veces. La actitud y la exigencia son máximas, y los éxitos continuados en el tiempo lo han aupado al primer lugar de la historia.
Durante los últimos lustros, el Madrid ha renovado sin prisa pero sin pausa una plantilla ganadora con otra que promete darnos alegrías durante muchos años sin apenas barbecho en la cosecha de trofeos; ha mantenido un equilibrio económico ejemplar incluso ante catástrofes imprevistas como la pandemia de Covid-19; está liderando, enfrentándose a quien sea menester —como siempre ha hecho—, la renovación que necesita el fútbol para no morir; ha vencido a numerosos equipos que contaban con más recursos económicos o arbitrales y, mientras tanto, ha ganado Champions como si no hubiera mañana.
A pesar de lo homérico de los logros, considero que no han sido la clave, sino el establecimiento de las bases que permitan continuar durante años en el primer puesto, reinventarse para poder seguir siendo el mismo.
Aunque suene a frase de Groucho, el Madrid es un club de fútbol que paradójicamente se ve obligado a explotar una serie de recursos ajenos al fútbol para poder seguir siendo el mejor club de fútbol
Quizá nunca se pondere como merece el hecho de que Florentino y su equipo fuesen capaces de prever en qué se convertiría el fútbol y tomasen las medidas oportunas con antelación al problema que iba a suponer enfrentarse a clubes con otra naturaleza jurídica y dinero cuasi infinito, al contar muchos de ellos con el apoyo de un estado económicamente exuberante por mor de sus recursos naturales.
La conversión de un buen estadio de fútbol como el Santiago Bernabéu en un lugar capaz de acoger todo tipo de espectáculos y eventos es una de las transformaciones más importantes que ha experimentado el club. La metamorfosis del Bernabéu es vital para la supervivencia del Madrid: crea la fuente recurrente de ingresos necesaria para competir en el nuevo paradigma del fútbol.
El próximo objetivo es conseguir una competición adaptada al día de hoy y preparada para el de mañana, con un formato en el que prime el espectáculo, que permita la viabilidad de los clubes que participen en ella mientras vela por los intereses de futbolistas y aficionados. Para ello es necesaria la supresión de los actores que no aportan valor y solo parasitan. Es el propósito de la Superliga, si bien lo importante no es cómo se llame la competición, sino acometer los cambios necesarios en el sistema para alcanzar estos objetivos.
La vida no es cine y la manera óptima para resolver los problemas no es al modo de Un día en las carreras. La gestión de un club obliga a enfrentarse a multitud de retos para, primero, asegurar su viabilidad y, segundo, intentar encumbrarlo a la cima. No todas las entidades los afrontan de igual manera, unas hacen pasar por médico a un veterinario y apuestan en las carreras contra el futuro para subsistir un día más en el presente, y otras colocan al profesional adecuado en cada puesto y trabajan con anticipación para resolver los problemas del futuro y subir al primer puesto del podio en la carrera del presente: un día en el Real Madrid.
Getty Images.
Jojojojo. Tremebundo artículo. Al leerlo , cada cual sabe perfectamente quién es quién. Y "qui és qui". Da igual cuando lo leas.