Por su calidad, hemos decidido publicar este cuento participante en nuestro II Certamen de Cuentos Madridistas de Navidad. Recordamos que el ganador se dará a conocer el día 24 a las 5 de la tarde.
Ferenc vislumbraba recuerdos en la poltrona carmesí de su sala de estar, la que tenía vistas al Danubio. No había vivido allí, pero en cuanto pudo compró aquel pequeño ático. Ya no recordaba a quien lo hizo, ni cuánto costó, solo recordaba dos nombres, y tampoco sabía relacionarlos: Bernabéu y Real Madrid.
Escuchaba mucho jolgorio a su alrededor, familiares que entraban y salían de su cuartito de estar, un cuarto en el que se acumulaban trofeos y fotos suyas con gente que no recordada, todo mezclado con los sonidos de aquello que se empeñaban en repetir: Navidad. Él, escuchaba eso y le aparecía otro nombre, Raimundo, eso sí, siempre junto a los eternos en sus oídos: Madrid y Bernabéu. ¿Que tendrían que ver? ¿Por qué en sus frágiles recuerdos? Esos que amenazaban con disiparse para siempre en aquel blanco inmenso. Se esforzaba por recordar, aunque también iba perdiendo el sentido de lo que esa palabra significaba. Al fondo se oyó un alboroto, volvían a poner en la televisión aquello que llamaban la Séptima, pero él volvía a indagar en aquella mente que por alguna extraña razón había dejado de funcionar.
Le llovían finos esos recuerdos, mientras veía luces de colores a través de la ventana y no hacían más que llegar postales y flores a su casa, Navidad le decían, ¿estaría relacionado también con aquellos enigmáticos nombres? Entre fugaces destellos de memoria que iban y venían solo había blanco, era una voz que le surgía de entre lo más recóndito del cerebro para enlazar esos nombres.
De repente aparecían como estrellas fugaces otros nombres y otras voces…Alfredo, Raymond, Paco, Héctor, Zoco, Pirri, Luis, Muñoz, Glasgow, Milán, París… Infinidad de nombres con una relación clara y única: Real Madrid. Una relación que a su vez se le iba al blanco manto que cubrían los aledaños del Danubio mientras miraba por la ventana.
¿Sería real aquello que veía? ¿Esas voces que escuchaba de fondo se dirigían a él? “Pancho, Pancho” se oía con algarabía. No sabía cuánto tiempo había pasado desde esas voces hasta que otra le hizo volver “no hay nada que puedas hacer, esto es lo más grande que puedas ver, seguirá aquí, te has convertido en un ser mitológico, una leyenda, un ser celestial,
pero recuerda… es gracias al Real Madrid y a cada uno de vosotros”, que simpático aquel señor bajito que lo hablaba como si le echase la bronca, le sonaba mucho, pero no recordaba donde, eso sí, el nombre del Real Madrid retumbaba en sus oídos y su cabeza como si todo ese jaleo estuviese en aquella sala de estar.
Navidad, decían, donde la ilusión y los sueños forman parte de la realidad. Noche cerrada ya en la ciudad, luces destellantes, el manto blanco en el suelo. Entonces ocurrió, una vida entera, en segundos, pero lo recordó todo: a Santiago, a Alfredo, a todos aquellos, Chamartín hasta la bandera, goles imposibles, camisetas blancas llenas de barro pero que no empañaban el blanco radiante, Europa, el fútbol, el Real Madrid.
Y por fin su mente pudo descansar. A lo lejos sonaban villancicos, familias al calor de los hogares que se juntaban y la suya propia que recordaban sus épocas pasadas. Olvidó quien era, pero no olvidó lo que iba a ser él y su Real Madrid para siempre: Leyendas.
Descripción entrañable del final de una de las figuras más importantes de la historia del fútbol. La humanidad del protagonista sobrepasa su talla futbolística tal como lo evidencian las crónicas de su vida. Le debemos muchísimo a Ferenc Puskas. El RM es el más grande por gente como él.
Extraordinario relato de J. Marcos Rubio. Muchas gracias por recordarnos a uno de los personajes más importantes de la historia de nuestro club.
Felicitaciones Sr. Rubio. Muy buena semblanza de una persona entrañable para los madridistas, me ha tocado la fibra más intima. Gracias. Desde Montevideo le deseo Feliz Navidad para usted y para todos los genios de la Galerna.
Espectacular resumen de toda una gloria del fútbol y del Real Madrid. Gracias Pancho!!!
Lo he leído varias veces y me encanta realmente, por desgracia muchas veces nos olvidamos del pasado rápidamente, sin tener en cuenta que gracias a estas estrellas como Ferenc estamos donde estamos.
Espectacular relato ... enhorabuena