Quizá sea tarea de los especialistas en baloncesto crear un diccionario aplicado a este deporte. Si este medio madridista suele prestarse a dar entrada a la sintaxis, ampliaré el campo filológico, para inspirar una posible recopilación de lexicografía baloncestística. Existen voces y expresiones nada ignotas para el madridista común: “Liga de Petrovic”, “Liga de Djordjevic” “Triple de Herreros”, “Madrid de Laso” e, incluso, el “Llul, Llul, Llul”. Estos titulares merecerían un espacio en el acervo que está por construir. No obstante, aunque parezca sorprendente, para esta entrada he optado por partir de una expresión que no está en principio vinculada al Real Madrid: “el triple de Ansley”.
Para hacer inteligible el concepto debemos situarnos en la mágica temporada 94/95. Aquel año el Madrid había conquistado su octava Copa de Europa de baloncesto. Un triunfo singular, equivalente a la séptima en fútbol. Se anhelaba durante décadas y por fin se pudo alcanzar en la ciudad de Zaragoza. En cambio, en la liga, el equipo que dirigía Obradovic cayó en semifinales y no pudo aspirar al título de la ACB. Aquella final tuvo un protagonista inesperado, un americano que jugaba de ala pivot en el Unicaja de Málaga y que responde al nombre de Mike Ansley, quien se definía a sí mismo como el mejor 4 del baloncesto europeo.
El 18 de mayo de 1995, Ansley rompe todos los moldes y sistemas del juego de su equipo. Pese a ser un jugador alto sube el balón al campo contrario, lo hace con cierta mesura; demuestra su control del bote. Sin otorgar ninguna opción al resto del quinteto, llega al perímetro y lanza un triple ante la perplejidad de su defensor. El aro escupe el balón. El triple de Ansley no entra. Sin embargo, aquella final se recordará siempre por su arrojo, por su alteración del orden del juego. Desde las categorías inferiores se prohíbe a los jugadores interiores que suban el balón en ataques estáticos, que lo boten y, mucho más, que inicien y finalicen las jugadas por ellos mismos. Ansley, con su decisión, se encargó de desafiar todas las enseñanzas de los académicos. Quizá al no meterla –era un tiro ganador, de final- la acción de este americano no encontró muchos imitadores en lo sucesivo en el baloncesto español.
El caso es que lo que en su momento fue transgresión, osadía, excepción, en la actualidad puede convertirse en un recurso natural. Anthony Randolph, flamante incorporación del Real Madrid, es un jugador de 2,11 capaz de recorrerse el campo botando con seguridad, de cuadrarse en el exterior y de lanzar con fiabilidad. Lo hace sin inmutarse, sin que sea noticia. Este jugador había cautivado desde hace tiempo a Alberto Herreros –quien no se perdía sus partidos en el Lokomotiv Kuban- y en los cuartos de final de la pasada Euroliga infligió al Barcelona una derrota concluyente. Su poderío anotador, su aptitud para abrir el campo jugando de cara al aro, su facilidad para las transiciones –lo cual le hace afín al modelo de juego de Laso- y su capacidad para modificar tiros, taponar y rebotear en defensa le convertían en el jugador más codiciado del mercado. El Madrid se anticipa una vez más.
Retorno brevemente a la temporada 94/95 para rescatar la hegemonía de la pareja formada por Sabonis y Arlauckas. Desde entonces, aunque la integrada por Felipe y Hervelle nos llenaba sentimentalmente, no ha existido una pareja de tanto poderío como la que van a formar Randolph y el recién renovado Ayón. El mexicano ha decidido continuar en Madrid. Un jugador determinante en las dos últimas temporadas. Después de regresar a Europa tras su aventura americana ha experimentado una evolución planificada. En el club se trató de explotar su velocidad y ligereza. Se quería un 5 dominante, pero que pudiera correr la pista con agilidad. Perdió peso. El resultado vuelve a dar la razón a los técnicos del equipo.
Una vez hemos finalizado con la glosa del concepto que nos ocupa, se debe hablar de la actualidad y, en consecuencia, celebrar las renovaciones de Maciulis, Thompkins, Taylor y Nocioni. Entre estos cuatro jugadores el argentino seguirá ofreciendo lecciones de compromiso. Un jugador competitivo como pocos, cuyo liderazgo y carácter ejercen una gran ascendencia en el vestuario. Además resulta previsible; en los partidos decisivos aparece siempre. El resto de renovaciones apuntalan el valor del equipo. Maciulis es un activo principal en la Lituania de Kazlauskas pero también se adapta a un rol de menos brío en el equipo, no ceja en su empeño de ganar la posición en el rebote y cuando ha de lanzar lo hace sin prestarse a conjeturas. Por su parte, una vez que ya han completado la primera temporada, Thompkins seguirá deleitándonos con su mecánica de tiro y su nivel de acierto, mientras que Taylor aportará el músculo, el valor atlético y su destreza para ser antídoto defensivo en un momento determinado.
Estamos hablando de que Randolph puede ejercer de base y subir el balón –en su etapa universitaria entrenó para tal fin- y esa semblanza a alguno le puede conducir al sentimiento de nostalgia que despierta la marcha de Sergio Rodríguez, un jugador a medida de Pablo Laso. Una baja sensible que ha desencadenado movimientos. Vuelve Dontaye Draper que en Krasnodar ha coincidido con Randolph. Draper ya vivió una primera etapa en este Madrid, y fue un jugador aplaudido con ahínco tanto por la afición como por Laso. Su esfuerzo defensivo, su intensidad y su lanzamiento exterior serán medios para cambiar el ritmo de un partido. Y quien encarna el descaro, y al que le llega su oportunidad es a Doncic. En relación a pasadas temporadas, el puesto de base gana en físico. Todos los rivales tendrán problemas para frenar a un Doncic que aventaja a sus posibles pares y que contará con licencia para marcar jugadas que, en ocasiones, tendrán a él como principal ejecutor de las mismas. En otras será Rudy. En otras se buscará un pase interior para Ayón, o una circulación con pase extra para que Randolph lance desde el exterior después de bote, o una penetración con canasta y falta de Llull, o la búsqueda de Carroll según sale de un bloqueo colocado por Felipe. Parecía difícil, pero este equipo adquiere un punto de mayor versatilidad, de mayor equilibrio entre el juego interior y el juego exterior. La anotación se va a repartir más. Y, de forma más taxativa que lo anterior, en el exterior el equipo va a ser más sólido en defensa, entendiendo que Sergio no era muy ducho en ese cometido.
El Madrid sigue con un proyecto continuista, es el equipo de autor, en el que se conjuga el espectáculo, la plasticidad y el rendimiento. Los reflejos de la dirección deportiva están fuera de toda duda. Ante la temporada más cargada de partidos que se avecina, el club recurre a una plantilla larga con jugadores que se conocen exhaustivamente el manual de Laso. Otros equipos, retrasados en lucidez y diligencia, deben ahora inventarse proyectos nuevos.
Hasta que empiece la temporada hay que familiarizarse con el nuevo concepto. El triple de Ansley será sustituido por el triple de Randolph. Aunque mejor en plural: los triples de Randolph. ¿La principal diferencia? Los de Randolph entran y, especialmente, cuando el Barcelona es el rival de enfrente.
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Muy acertado el simil de Ansley para definir a Randolph. Uno de los aspectos que más atraen del Madrid del año que viene es la presumible evolución del equipo. A priori dada la confección de la plantilla se debería equilibrar la tendencia marcadamente exterior del juego ofensivo de los de Laso hasta hoy, pero con lanzadores como Randolph, Thompkins o Nocioni es posible que el balance tampoco se equilibre tanto como en principio se podría presumir por el potencial del juego interior.
Mayor evolución, como señala Dani, es la que creo que puede derivarse de que Doncic dé un paso, más, al frente. De ser así el equipo jugará a algo distinto a lo visto hasta ahora con el Chacho. Y dada la calidad del niño creo que todos estamos deseosos de comenzar a comprobarlo.
¡Por favor, qué bueno! Gracias, Dani, me ha encantado tu artículo y si ya me parecía bueno Randolph ahora tengo más fe. Por cierto, muchas gracias poder disfrutar de tus análisis y comentarios por aquí como lo he hecho escuchándote en RMTV. Un placer leerte, también.
Fdo: @gabichuein
Que pedazo de análisis has realizado. Enhorabuena Benavides. Me ha encantado tu reflexión baloncestística.
Muchas gracias.