Del madridismo del Fari

Buenos días. Esta noche, a las 20:00 horas, saldremos todos a nuestros balcones a aplaudir a los abnegados portanalistas de La Galerna, esos héroes anónimos (nunca mejor dicho) que cada mañana se dejan las pestañas y la cordura tratando de concebir algún pensamiento relevante o ingenioso que decir sobre las portadas del día en medio de la guerra contra el coronavirus. “Del amor en los tiempos del cólera” no es nada comparado con “Del portanalismo en los tiempos del Covid-19”, y que nos perdone Gabo, pero por el momento bastante tenemos con sacar adelante cada mañana esta sección como para meternos a escribir esa novela. Sería una obra magna, no nos malinterpretéis, pero bastante tenemos con lo que está pasando ahí fuera, que nos horroriza tanto como a vosotros, como para agregar a nuestras mentes atribuladas tareas más titánicas que la de sobrevivir. Este es un portanálisis de campaña. Las balas vuelan sobre nuestras cabezas y nos besamos como si nada pudiera desmoronarse. We can be heroes, and not precisely for one day.

Hemos escogido la portada de Mundo Deportivo para inaugurar esta nueva entrega del portanálisis porque nos parece vale la pena consagrar el pasmo que nos comunica el hecho mismo de estar aquí hablando de Trincao, que suponemos se escribe Trincão.

Qué hermosa lengua es el portugués. Se parece mucho al español, pero tiene falsos amigos de los que hay que cuidarse. Si os invita a comer un amigo portugués, no le digáis nunca al término del ágape que los víveres estaban exquisitos. En la lengua de Camões, exquisito significa raro, pero raro por el lado de lo desagradable. No queremos con esto decir que Trincāo sea raro ni desagradable, Dios nos libre, y tampoco que Abel Ruiz sea un falso amigo de Trincão. Abel Ruiz es el jugador del filial culé que comparte confinamiento por el Covid-19 con Trincão, y que dice sobre él maravillas como la que registra la portada del diario cataculé. “Es un zurdito interesante”. Bella frase más propia de peluquería de cincuentonas que de primera plana de medio futbolero, pero esto es lo que hay. “Es un zurdito interesante”, dice doña Aurora con un guiño rijoso en referencia al joven vecino de izquierdas que acaba de mudarse al edificio de al lado. Nos hemos quedado atrapados en cuarentena en medio de un salón de belleza de maduritas y, chicos, qué queréis que os digamos: podía haber sido peor.

Nos preguntamos si Trincão no será, amén de un zurdito interesante, un zurdito exquisito también, y si su exquisitez será una exquisitez a la lengua española o a la lengua portuguesa. La sensación es que al Barça este zurdito le va a salir exquisito, pero mantengamos en todo caso el diminutivo.

Zurdito. Es importante. El Barça ha sido siempre muy pero que muy de diminutivos afectuosos. Los valors es lo que tienen. Busi. Abi. Pedrito, un diestrito interesante. Y luego está Messi que es un diminutivo en sí mismo y sin necesidad de apócope sencillamente porque Trincão muere por jugar con él. Trincao. Trincaíto de Viana do Castelo, pedazo (pedacito) de nombre de torero portugués, de esos que al final de la lidia no sacrifican al toro, al torito bravo. El Fari es otro buen diminutivo. Busi, Abi, Fari. Solo que el Fari era madridista con probabilidad igual a uno, no fastidiemos. Es cierto que ejerció de taxista y que en ese gremio cunde el sentimiento que no podemos entender, pero alguien tan grande como él hubo de ser merengue, merengón, aquí no cabe el diminutivo. Nos preguntamos si al Fari esto del “zurdito interesante” no le habría sonado al epítome del hombre blandengue, ese hallazgo de término que él acuñó y que lo cierto es que (ay) nos encaja un poco. Vemos a Abel y Trincaíto de vuelta de la compra con sus mascarillas y sus bolsas de plástico y nos parece que el Fari no habría aprobado nada de eso. Otro temazo del Fari es “El dinero”.

El dinero.
El dinero hay que ganarlo.
Pero luego
tienes que saber gastarlo.

No sabemos si fichar a Trincão es lo mejor que el Barça ha podido hacer con su dinero (tienes que saber gastarlo, sobre todo cuando no te sobra), pero el nombre de este portugués con cara de ser buen chico no resulta en sí mismo prometedor. Trincão suena a 3% de manual, pero si Abel dice que es un zurdito interesante pues oye, quiénes somos nosotros para discutir con la perla (?) de la Masía.

Hay otras portadas, pero están en esa.

Pasad un día de confinamiento razonablemente bueno. Y, sobre todo, que sigan a salvo los vuestros.