Por su calidad, hemos decidido publicar este cuento participante en nuestro III Certamen de Cuentos Madridistas de Navidad.
En Madrid, a 16 de diciembre de 1947
A Sus Majestades de Oriente:
No puedo sentirme más satisfecho y, por ende, agradecido. Todo cuanto he deseado y me he propuesto en estos 4 años, se va cumpliendo, incluso mejor de lo que esperaba. Acabamos de inaugurar el nuevo estadio y hemos alcanzado los 70.000 espectadores. ¡70.000! En unos días llegará el primer partido oficial y si seguimos con la misma asistencia podremos lograr el sueño que me acompaña desde que fui nombrado: traer aquí a los mejores jugadores y convertir a este club en el mejor de todos.
Pero siempre hay que rendir cuentas antes de pedir. En mi favor, puedo decir que he servido al club con honradez y dedicación, pero los hay que me suelen hacer un reproche: el fichaje de Luis Molowny. Pero, vamos a ver, ¿a quién se le ocurre anunciar a los cuatro vientos que piensa intentar un fichaje y tomar un barco para lograrlo? Pues si el futbolista es uno de los mejores, yo mando a alguien en avión, que estamos ya en el siglo XX, y para el día siguiente lo tenemos fichado. Así que pienso que mal no me comporté, solamente fui el más rápido.
Y qué os pido, entonces. Pues simple y llanamente, que todo siga igual. Que cada domingo nos vengan los 75.000 espectadores que caben, un partido tras otro. Porque así podremos fichar a los mejores, y puede que demos con alguno tan bueno que no se haya visto otro igual. Y podremos ganar el campeonato y ser el mejor equipo de España. Y podremos enfrentarnos a los campeones de otros países de Europa, igual que van a hacer en Sudamérica, donde han organizado un torneo entre campeones nacionales. Y nos enfrentaríamos, si lográsemos ser campeones de Europa, al campeón americano…
Y no sigo, porque esto empieza a parecerse al cuento de la lechera. Pero creo que, si nuestros aficionados viniesen siempre al campo como hace dos días, en 50 años dirán del Real Madrid, que ha sido el mejor club del siglo.
Afectuosamente,
XXXXXXX
16 de diciembre de 1997
Queridos Reyes Magos,
Como cada año, aquí tenéis mi carta. Igual que un niño, mantengo mi confianza en vosotros, pero este año no os voy a pedir sólo para mí, porque yo ya lo tengo casi todo.
Sabéis que lo que más amo en esta vida es a mi familia y al Real Madrid y en ambos ámbitos he sido agraciado al máximo. Desde que soy presidente, y solo llevo dos años, el equipo de fútbol ha ganado la Liga y la Supercopa y el de baloncesto la Eurocopa, así que no debería quejarme. Pero hay una espina que tengo clavada, la de todo el madridismo, la Copa de Europa. En baloncesto las seguimos ganado, aunque haya épocas que se nos atasca, pero con el fútbol es distinto. Tal vez en el año 80 no estábamos a la altura del Liverpool, pero ¿y el equipo de la Quinta? ¿Acaso se ha visto algo igual? ¡Aquel equipo estaba destinado a ganarla! Había heredado la fortaleza y el coraje de los García, a la que añadía la alegría, la juventud y el desparpajo de unos chavales que cambiaron la sociedad española y el fútbol mundial. ¿Qué más faltaba?
Por eso os escribo hoy, para pedir “eso” que les faltaba. He fichado a los mejores que he encontrado y hemos formado un buen equipo. Quizás soy un poco padrazo y les consiento demasiado, pero es que me doy cuenta de que el trabajo y el talento no resultan suficientes. ¿Es actitud, lo que falta? ¿Es el deseo de ganar? ¿Es el espíritu de Di Stefano o de Pirri? Debemos volver la vista atrás y recuperar esas ganar de pelear, de ir a por todo y de pensar sólo en ganar el siguiente, nada más terminar cada partido.
Sé que sólo depende de nosotros. Nadie nos puede regalar un trofeo, pero necesito vuestra ayuda para recuperar el espíritu de lucha, de sacrificio y la convicción de que podemos ganar a cualquiera. Si llegásemos a jugar la final de la Copa de Europa, seguramente no seremos favoritos, pero este grupo se tiene que sentir capaz de ganar, esté quien esté en frente.
Nos dicen que nuestra Copas de Europa son en blanco y negro. Pues yo creo que, si recuperásemos el espíritu ganador, aquellas y las que vendrán, serán simplemente en blanco, el color de nuestra camiseta.
Con cariño,
XXXXXXX
Madrid, 16 de diciembre de 2022
Queridos Reyes Magos:
Deseo en primer lugar que os encontréis bien, allá en oriente, en estos días previos a vuestra particular Copa de Europa de cada inicio de año. No es fácil hacer felices a tantas personas, lo sé bien.
Siempre he intentado llevar adelante mis ideas, tanto en la empresa como en el Club. Para ello me he rodeado de profesionales competentes que me han ayudado a afrontar los desafíos. En la empresa, siempre ha bastado con cumplir las previsiones y presupuestos, y tener contentos a accionistas, clientes, proveedores y empleados. Pero con el Real Madrid todo está sobredimensionado. Empezando por los “accionistas” y “clientes”, tenemos más de 90.000 socios, casi un millón y medio de madridistas de carné, y muchos millones más de aficionados por todo el mundo. Y en cuanto a empleados, casi 900, de los que al menos el 10% (las plantillas de las tres secciones, JAS o Juni Calafat), son la élite de su profesión a nivel mundial. Y por si esto no fuese suficiente tenemos una legión enorme de “antis” en todos los ámbitos, algunos muy influyentes, atacando a diario. Pocas empresas habrá que manejen cosas parecidas.
Y a pesar de ello, las cosas van bien. La última década está a la altura del Madrid de la Edad de Oro. Incluso, y sin querer pecar de falta de modestia, podríamos ganar 6 Copas de Europa en menos tiempo que aquellos, si lográsemos la próxima Champions. En unos meses finalizaremos la reforma del estadio, que a sus 75 años será el mejor del mundo. Y en baloncesto, acabamos de culminar una década comparable al equipo de Ferrándiz, quien, desgraciadamente, nos dejó hace unos meses.
Pero tenemos por delante retos apasionantes. Por un lado, la estabilidad económica de la institución, que espero podamos lograr con la explotación del estadio y los triunfos deportivos. Por otro, recuperar el interés y la pasión de los aficionados, en estos tiempos en los que los jóvenes parecen perder interés por el deporte rey. Y, por último, conseguir que la sección de fútbol femenino encuentre la senda del triunfo, como sus hermanas mayores.
Y os escribo por eso. He querido lograr todo en la vida con mi propio esfuerzo y el de mis colaboradores, pero hay cosas que no he conseguido alcanzar. Necesitamos mantener nuestro nivel de excelencia, a través del inconformismo y la exigencia que nos caracteriza, pero también el apoyo, el cariño y la confianza de nuestros seguidores. Jamás he conseguido que uno de mis colaboradores trabaje mejor, diciéndole que es un mal profesional. Tampoco lo conseguí comparándole con nadie, porque su único rival a batir siempre era él mismo. Y tampoco he conocido a una empresa que triunfe con recursos ajenos; los suyos son los que dispone y, sin mirar lo que tienen otros, debe saber utilizarlos para alcanzar sus objetivos.
Así que solo os pido eso, la confianza y el apoyo incondicional de los madridistas con el Club. Cuando ganemos y cuando no lo hagamos. Cuando triunfemos y algunos digan que jugamos mal. Cuando fichemos promesas y no sean superestrellas desde el primer día. Cuando busquemos mejorar el fútbol y muchos digan que queremos acabar con él. Cuando nos comparen con los clubes estado siendo unos de los pocos que todavía es de sus socios.
Yo creo que, con esa confianza y apoyo, cuando el Bernabéu cumpla 100 años, seguiremos siendo el mejor club deportivo del mundo.
Un fuerte abrazo,
XXXXXXX
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