"Amo la traición, pero odio al traidor". La frase se le atribuye a Julio César, y en la portada de hoy de nuestros bien amados amigos del diario de Prisa parece traslucirse justamente lo contrario. Contraviniendo a Julio César, Relaño parece odiar la traición sin que ello le impida amar al traidor.
Las portadas de As se parecen últimamente (Dios nos perdone por la comparación) a esos relatos de Adolfo Bioy Casares en los que la historia narrada se desprende del testimonio referido a la luz de la luna por un explorador belga a un jesuita danés, que a su vez la cuenta al violinista de cuyas memorias leemos (el relato lo es, se supone) un extracto en este momento. Parece ser que As se hace eco de la confesión hecha por algún dirigente del Manchester (el explorador belga) a un redactor del Daily Star (que nos perdone -por el mismo precio- el jesuita danés) de la cual se hace eco en sus memorias un periodista español gastado y amargo.
La sensación, pero no nos hagan mucho caso, es que As pretende tranquilizar a todo el madridismo respecto al asunto Ramos a base de decirle al madridismo que Sergio Ramos podría ser un traidor. Si los del Manchester se sienten traicionados, ¿será porque por fin Sergio se queda? Lo que tranquilizaría al madridismo, en este momento, no son especulaciones de portera (o, lo que es peor, especulaciones de uno de los más deplorables tabloides británicos), sino que el asunto Ramos se resolviese de forma razonable, bien con una renovación al alza que tuviera en cuenta el coste de oportunidad sufrido por Sergio al no jugar en mercados más halagüeños fiscalmente -pero (atención) también sus escasos méritos recientes y su edad-, bien con una ruptura definitiva de las negociaciones que permitiera al Madrid mirar adelante en pos de una desinversión jugosa y un reemplazo de garantías.
El periodismo hace extraños compañeros de cama. As citando en portada al Daily Star no es el más chocante de los ayuntamientos carnales si uno atiende a la línea seguida por Relaño y amigos en los últimos tiempos. El pestilente rotativo inglés no ha alumbrado aún una atrocidad como la de la ouija de Juanito. Hasta el más nefando amarillismo tiene límites.
Por lo demás, la elasticidad emocional de Sergio a las filtraciones nos asombra. Se quiso (¿se quiere?) ir del Madrid enfadado por las filtraciones del club respecto a las negociaciones y ahora recula en su deseo de ir al Manchester por mor de las filtraciones llevadas a cabo por los directivos británicos. Falta por conocer, claro, el proceso por el cual nosotros hemos llegado a saber de su desagrado por tanta filtración. Pensemos que As se lo inventa: es lo más tranquilizador y hay razones históricas que fundamentarían la asunción.
Marca, en cambio, está a otras cosas. Concretamente, anda convenciéndonos de que todo, absolutamente todo, es color de rosa. No sabemos exactamente qué les pasa para que ahora podamos poco menos que prescindir de los titulares para ganar la Champions con los de la foto y cuatro canteranos. Oigan, ni tanto ni tan calvo. Una cosa es que en el equipo deban existir reemplazos para cuando se produzca el estallido sintomático de la hernia de Bale (dado que aún no se han disculpado por aquella portada, es de suponer que aún esperan dicho estallido en cualquier fatal momento), y otra muy distinta que nuestros suplentes sean ahora la recontraporonga. Vienen aquí que ni pintiparadas las palabras del eterno Manolo Preciado: "Ni antes éramos la última mierda que cagó Pilatos, ni ahora somos el Bayer Leverkusen". Incluso a nosotros, acusados por ambos flancos de florentinistas, nos produce algún alipori tanto entreguismo y deseo artificial de generar ilusión en el aficionado.
Para compensar lo que para Marca quizá sea también en conciencia un exceso, y dejar claro que pese a todo son un medio equidistante, nos obsequia el diario con un apasionante reportaje sobre el primer año de Rakitic en el Barça. Hip hip hurra. El cráneo de Rakitic siempre se ha asemejado, a nuestros ojos, al de William Hurt, y nuestra cara al ver el anuncio de semejante entrevista en un medio de la Central Lechera nos pone una cara como la que el actor lucía durante la práctica totalidad del metraje de "El turista accidental".
Una cosa, medios catalanes. ¿Por qué no priorizamos, y en lugar de entregar la práctica totalidad de vuestro espacio en portadas a fichajes improbables y traspasos potencialmente sonados (como el de Pedro por el Manchester, perejil de todas las salsas caniculares) dais más importancia a lo que de momento solo insinuáis?
Nos referimos, claro, al sugerente recuadro superior derecho de Sport: "Neymar disfruta en alta mar". Comprendemos bien hasta qué punto el esbozo de una historia activa la imaginación en mucha mayor medida que la exposición completa de la misma. El eterno encanto de la sugerencia, siempre superior al del burdo exhibicionismo. No estaría de más, sin embargo, que algún día dejaseis para el recuadro superior a Pedro y el Manchester, a Luis Enrique y Alberto Moreno, a Ricardo Rodríguez y Jan Vertonghen (¡Jan Vertonghen!), para dar la foto central a las garotinhas con quienes a buen seguro disfruta Neymar sus vacaciones en Ibiza. Probemos con ese intercambio de espacio, aunque sea por un día.
Luego ya sí. Luego, al día siguiente, volvéis a lo del eterno encanto de la sugerencia y el fichaje de Ricardo Rodríguez, a quien el Wolfsburgo ha colocado tanto en el Madrid como en el Barça en el curso de los últimos quince días.
Bien por el Wolfsburgo, y una aspirina, camarero.
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