The leftovers es una serie maravillosamente dolorosa que habla principalmente sobre la pérdida. Sobre qué hacemos los seres humanos cuando perdemos a nuestros seres queridos y cómo tratar de darle sentido a nuestra vida cuando ya la hemos perdido (por haberse ido ellos) y seguir adelante a pesar de todo. Y como en la vida no hay nada más parecido a ella misma que el Real Madrid, pues aquí estamos, escribiendo sobre la pérdida de Toni.
Toni se marcha y deja un vacío tan enorme en el madridismo como ese 2% de la población mundial que desapareció del planeta de un momento a otro sin explicación alguna al comienzo de la serie. La ascensión de las almas, arguyeron los religiosos para tratar de encontrarle sentido a tan insólito acontecimiento. Desde luego, si Dios —que como parece está ahí arriba siguiendo cada temporada futbolera con una camiseta blanca como nuestro corazón— tuviera que otorgarle semejante honor a un futbolista, no creo que nadie pudiera echarle en cara que fuera a Toni Kroos.
Me gusta el término “ascensión”. El antropólogo Steven Erikson lo utiliza en su saga “El libro de los caídos” para referirse a aquellos humanos que han trascendido tanto en la vida de tantísimas personas que han elevado su condición de humanos a ascendientes, a camino entre lo humano y lo divino sin llegar a ser ni lo uno ni lo otro. De modo que no, Toni no se retira. Simplemente ha ascendido.
Toni no se retira. Simplemente ha ascendido. Kroos, a camino entre lo humano y lo divino sin llegar a ser ni lo uno ni lo otro
Su carrera, tanto en Alemania como en el Real Madrid, ha estado marcada por la pulcritud y la ejemplaridad. Toni ha sido y es aún un jugador de clase infinita (lo que intentaron que fuera Beckham en su día al colocarle en una posición o rol que era más de Toni que de David), clarividencia por no decir omnisciencia, y una inteligencia privilegiada que le hace destacar tanto en el campo como fuera de él. Honesto hasta el final (vamos Real), ha cumplido doblemente una promesa que el madridismo tardó demasiado en querer creerse. En primer lugar, se retira en el Madrid, como tantos otros han dicho en el pasado que querían hacer, para luego dejar que algún otro capricho o reto se impusiera a su voluntad inicial; y se retira en el punto álgido de su carrera, esto quizá no demandable al resto de jugadores que, sin embargo, sí deberían aprender del alemán a anticipar algo más el bajón físico del que nuestro cuerpo nos va dando señales a todos tarde o temprano.
No voy a hablar del Kroos jugador, pues todos le conocemos desde hace demasiado tiempo y sería redundar absurdamente en nuestros recuerdos. Y francamente tampoco es cuestión de meter el dedo en la llaga sobre lo que estamos perdiendo sobre el campo. Os dejo su mapa de pases para que quien quiera autoflagelarse lo haga bien a gusto
Sin embargo, y volviendo a The leftovers, si hay alguien que sabe no sólo lidiar con la pérdida sino también crecer a partir de ella (los personajes de la serie tardaron 3 temporadas en hacerlo), es el Real Madrid. El club blanco lleva años sumido en una gestión tan brillante que la repentina marcha de Kroos, que en cualquier otro club sería terriblemente traumática, aquí va a ser tomada como una oportunidad para que los jóvenes jugadores que ya se ficharon hace años vayan cogiendo galones en el campo. Florentino, JAS y Juni no se van a volver locos para encontrar en este verano a un nuevo Toni (os lo anticipo ya: no lo hay) sino que se va a seguir confiando en el proyecto y en el vestuario que han ido conformando a lo largo de estos años.
Florentino, JAS y Juni no se van a volver locos para encontrar en este verano a un nuevo Toni (os lo anticipo ya: no lo hay) sino que se va a seguir confiando en el proyecto y en el vestuario que han ido conformando a lo largo de estos años
Los personajes de The leftovers tratan de buscar sentido a sus pérdidas a través de acciones inverosímiles y que en otro momento de sus vidas ellos mismos encontrarían sin ningún sentido, desde alistarse en una secta de fumadores mudos hasta ponerse un chaleco antibalas y pedir a un desconocido que les dispare o incluso buscar a un individuo que dice ser capaz de quitar el dolor a través de un abrazo, actos que, por cierto, empiezo a ver cada vez más razonables y plausibles cuando me detengo a pensar en la marcha, perdón, ascensión de Toni Kroos. Sin embargo, de este club salió el mismísimo Cristiano y nadie del mismo perdió ni un ápice de compostura. Se realizó una gran inversión al año siguiente con Hazard (plan A) y lamentablemente no funcionó, pero se confió en el crecimiento de una joven promesa como Vinicius (plan B) y llevamos 3 años recogiendo los frutos.
El Madrid ha ido poblando en estos años un centro del campo ya de por sí excelso con jóvenes talentosos pensando precisamente en este momento. El equipo lleva años jugando a lo que piensa Kroos, sí. Igual que llevaba años dependiendo de los goles de Cristiano primero y del juego y goles que propiciaba Benzema después. Benzema se marchó (ascendió) el año pasado y el Madrid se iba a atascar en ataque y a faltarle gol en liga y Champions. Eso decían los agoreros, pero el proyecto del Madrid confiaba en que sin Benzema se produjera un crecimiento futbolístico de aquellos a los que dejó huérfanos y, ya sea por casualidad o perspicacia de nuestra inexistente dirección deportiva, el Real Madrid ha sido máximo goleador de esta liga y está en la final de Champions habiéndole metido 4 goles a City y Bayern.
El Madrid jugará diferente sin Toni y tendrá que hallar la manera de ganar sin él. Como ha hecho siempre, vaya
Con el centro del campo sucederá algo similar, como ya sucedió con Casemiro (del que ya expliqué aquí que su marcha iba a ser diferente de la de Makélélé). Estos años, este especialmente, el Madrid ha jugado al son de Toni. Cuando un jugador blanco recuperaba balón, salía en transición o sencillamente no sabía cómo continuar la jugada, buscaba al germano y este proporcionaba claridad y desatascaba el entramado rival. El año que viene no estará, lo que obligará a los que se quedan —los “leftovers”, si gustan del concepto— a crecer como lo han hecho los atacantes este año sin Benzema.
El Madrid ni puede ni desea pedirle a ningún jugador de la plantilla que haga la labor de Toni, sino que “fuerza” a que los que están encuentren su propio camino para hacerse un hueco y un nombre en la historia de este club. El propio Kroos vino por Xabi Alonso pero la demarcación del donostiarra la ocupó realmente Casemiro. Y nadie dice hoy que Kroos ha sido el nuevo Alonso, o que Alonso fue el nuevo Makélélé o que este fuera el nuevo Redondo. Como nadie dirá en el futuro que Valverde, Camavinga o Bellingham fueron el nuevo Kroos. Porque así es como el Madrid lidia con la pérdida: pasando página y tratando de escribir una nueva con la mayor excelencia posible. El Madrid jugará diferente sin Toni y tendrá que hallar la manera de ganar sin él. Como ha hecho siempre, vaya.
Porque así es como el Madrid lidia con la pérdida: pasando página y tratando de escribir una nueva con la mayor excelencia posible
No resta sino agradecer a Toni Kroos su profesionalidad y su dedicación a la hora de poner su inconmensurable calidad al servicio de la entidad blanca (honor recíproco) y desear que esta decisión, digo ascensión, le traiga la mayor de las felicidades en su vida personal y familiar. Es innegable que se lo ha ganado tanto como nuestros corazones amén de los títulos, grandes momentos, impensables asistencias, estéticos pases a la red e incuestionable entrega que nos deja su legado. Me niego, eso sí, a que tengamos que decir adiós, pues uno no se despide de alguien a quién vamos a tener tan presente durante todas nuestras vidas, ¿verdad?
Getty Images.
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Pensaba ayer, tras leer a horas intempestivas, sobre lo bien escrito que me parecía el artículo y, sin embargo, no había ningún comentario al respecto. Ni que fuera para agradecerlo Que al día siguiente escribiría al respecto. Ya está.
Muy agradecido, Corazón tan blanco. Desde horas intempestivas también. Un abrazo.