Todo fatal

¿Quién dijo que no es posible hacer las cosas mal por una razón y a la vez por la contraria? Ahí está Florentino Pérez para constituirse en el vivo antiejemplo de esa imposibilidad. En las últimas horas, y dependiendo de si atiendes a la prensa oficial o al furor tuitero, Florentino ha denigrado a Iker Casillas y a la vez se ha bajado ignominiosamente los pantalones ante él. Ha sido indigno por dejar a Casillas solo en su despedida y asquerosamente ventajista por haberse fotografiado junto a él en esa hora aciaga. Es la gorda flaca, la puta mojigata. Nuestro colaborador Juanma Rodríguez lo clavaba en su artículo de ayer: "En cualquiera de los casos, hiciera lo que hiciera, la papeleta de Florentino Pérez tenía dibujada una calabaza. Si Iker seguía y no jugaba… porque no jugaba. Si Iker se iba… porque se iba. Si se quedaba y un sector del Bernabéu le pitaba… porque un sector del Bernabéu le pitaba. Si se quedaba y un sector del Bernabéu le aplaudía porque no le aplaudía todo el Bernabéu. Si se quedaba y le aplaudía todo el Bernabéu porque todo el Bernabéu no le aplaudió en el pasado".

Con esto no estamos defendiendo que Florentino Pérez lo haya hecho bien. Estamos seguros de que ha cometido errores (algunos -seguro también- de bulto) en la gestión de un tema espinoso. Pero es imposible cometer todos los errores, incluidos los absolutamente contradictorios entre sí. Hay imposibilidades metafísicas contra las que el más desbocado haterismo va a terminar topando (con perdón) siempre.

As trae a su portada, precisamente, la foto repugnante y ventajista que se tomó Florentino con Iker, foto cuya repugnancia y ventajismo no anula la miseria moral que aparejaría el hecho de que no se la hubiera tomado. Florentino fue un tipejo ruin y mezquino por dejar a Iker solo en la foto y a la vez un indeseable por no haberle dejado solo en la foto. A Florentino no le queda ya ni el triste consuelo que, según Fraga, le quedaba al PSOE durante la transición: "Ustedes, señor González, solo aciertan cuando rectifican". Florentino ni eso.

Y luego está lo de "Gritos: <<Florentino dimisión>>, <<Ramos no se vende>> desde la grada". Por un lado, se recrimina el que no se abrieran las puertas del estadio para el homenaje, lo que dio como resultado una grada prácticamente vacía. Pero eso no impide que los gritos de esa grada prácticamente vacía se consideren lo suficientemente representativos del sentir del madridismo como para llenar con su elocuencia las portadas. "Nada más lleno de ausencia que un estadio vacío", decía Gómez de la Serna. "Y de legítimo antiflorentinismo", remataría Relaño.

Mundo Deportivo saca a Floren (seguramente no por casualidad, pues no da la semiótica puntada sin hilo) arriba a la derecha, y abunda en la línea magnetofónica de As haciéndose eco de los cánticos proferidos por el cemento incandescente de una mañana de julio madrileño. Y utiliza un bello epíteto, casi digno de titular una novela de Corín Tellado ("El impostado adiós"), para referirse al acto de ayer en el Bernabéu. Todo aquello que Florentino Pérez haga aparentemente bien vendrá indefectiblemente marcado por el adverbio "aparentemente". Cualquier acierto es impostado; cualquier error es genuino y fatal. Tampoco es que el tema preocupe mucho al diario del Grupo Godó. Para qué sufrir por nada que pueda suceder a nuestro alrededor cuando existe FEELING LUCHO-ARDA (la relación técnico-jugador, ya asentada tras un largo periodo de mutuo conocimiento, parece proyectar una sintonía definitiva. A Canaletas, que hace calor).

FEELING LUCHO-ARDA. Nos quedamos pensativos, pero no lo suficiente como para distraernos del objetivo de crear más pronto que tarde un combo de reggaetón con tan inspirado nombre.

El titular de Sport es un homenaje a nuestro colaborador Quillo Barrios y su descacharrante artículo sobre los tópicos de la prensa deportiva veraniega. Y no se priva el rotativo catalán en dar pábulo a una nueva palabra despectiva para referirse al acto de ayer en el Bernabéu: pantomima. Nada menos. "Another hero, another mindless crime behind the curtain, in the pantomime", que cantaba Freddie Mercury. Como bien señalaba ayer Richard Dees, es curioso cómo periodistas catalanes que callaron ante la salida vergonzante de Abidal pretendan dar lecciones de nada.

A todo esto, ya nos habíamos olvidado de Sergio Ramos, a quien Marca (repasando la portada no encontramos a nadie más que lo haya hecho) coloca el cartel de INTRANSFERIBLE. Si Iker es el "todo fatal" ya consumado, Sergio es el "todo fatal" por concretarse. La única razón por la cual Florentino no va a ser sometido a la máquina de dar hostias (Siro López dixit en La Galerna) por la doble razón de renovar a Ramos y de no renovarle es porque es imposible que sucedan las dos cosas al mismo tiempo. Bien pensado, no hace falta que suceda ninguna de las dos. La máquina está ya en marcha, sin que por el momento nadie tenga a bien el inclinarse a desenchufarla, aunque solo sea para dar un efímero respiro, por pura misericordia. Es lo que tiene la hostia preventiva: gusta especialmente propinarla, en el afán por ser de los primeros tan consustancial a lo humano.