Caminando sobre las aguas turbulentas del negreirato (es decir, trascendiéndolas a lomos de su propia grandeza), el Real Madrid se encamina con paso firme a Stamford Bridge, donde el martes puede rubricar sus undécimas semifinales de Champions en los últimos trece años. Mientras, en el putrefacto campeonato nacional, se va a proclamar campeón, con un millón y medio de puntos sobre el segundo, un pseudoequipo que lleva una década haciendo el ridículo en el contexto europeo y dos años siendo eliminado sistemáticamente tanto en la propia Champions como en el sucedáneo flojo de la Europa League. Esa es la liga española, el régimen donde campa por sus respetos un club tramposo en el contexto del negreirato o del negreirato revisited, que tanto da. Se trata de un régimen que facilita con todo el descaro el camino al triunfo a dicho pseudoequipo mientras las aficiones de aquí y de allá, abducidas por el relato imperante desde la vertiente mediática del Tinglao (vertiente dirigida por un avalista y socio del pseudoclub, sin que nadie levante una ceja ante el conflicto de intereses), incurren en insultos racistas contra jugadores no del pseudoclub, sino de su némesis el Real Madrid, por cometer crímenes como regalar una camiseta a un madridista entre el público. Es un caldo de cultivo intragable, con el presidente de la Federación correspondiente untado en detritus por sus tratos comerciales futbolísticos con el otrora capitán del pseudoequipo, y con un presidente de la liga que opera obsesivamente contra el Real Madrid y cuyo único mérito conocido es su animadversión al presidente de la Federación antes aludido.
Caminando sobre las aguas turbulentas del negreirato (es decir, trascendiéndolas a lomos de su propia grandeza), el Real Madrid se encamina con paso firme a Stamford Bridge, donde el martes puede rubricar sus undécimas semifinales de Champions en los últimos trece años
Por lo demás, en la antesala de Stamford Bridge, ayer hubo fútbol y del bueno. Del mejor. En un partido pleno de hambre y virtuosismo, algunos de los hombres que a priori no cuentan para el once londinense le predijeron a Carletto que está equivocado en la decisión que aún no tomó. Qué ejemplar manera de subirse al carro.
Nacho reventó la resistencia numantina de los falialejos con un chutazo raso cuando ya comenzaba a tomar tierra el sindiós de que la exhibición blanca, traducida en ocasión tras ocasión, fuese baldía. Asensio estuvo dinámico y voluntarioso en todo momento, sentenciando la victoria con un tiro angulado marca de la casa. Ceballos fue arte y porfía, Tchouaméni compensó errores con acciones de mucho mérito, Rüdiger regaló camisetas —intolerablemente como fue dicho— y Rodrygo (pero Rodrygo empezará en Londres) regaló por la izquierda slaloms para el recuerdo.
Solo once podrán contar de salida en Stamford Bridge. Algunos de los mencionados esperarán su turno en el banquillo, con la ilusión de haber presentado ayer una candidatura sólida a ser importantes partiendo de ese ámbito. Como sucede con todas las cosas de la vida, no es el banquillo, sino cómo te tomes el banquillo, lo que define tu estado de ánimo. Ceballos declaró,
al término del choque gaditano, que jugar en el Madrid es un privilegio sea en el partido que sea, sea en la competición que sea. Hasta tal punto es así que jugar en el Madrid es un privilegio incluso en un partido de la Negreira League. Quizá, por puro contraste con la degradación del torneo, lo sea de manera especial.
Getty Images.
Lo hagan mejor o peor, tengan más o menos suerte que sepan QUE SIEMPRE ESTAREMOS ORGULLOSOS DE VOSOTROS.
Y a Rudiger un mensaje
QUE NO SE SORPRENDA DE ESTAS DESCONSIDERACIONES. ESTO ES ASI EN UNA PARTE DE ESPAÑA, UN PAIS DE ENVIDIOSOS, CORRUPTOS Y MALNACIDOS QUE RESPONDEN A TU NOBLE ACTO CON INDULTOS. Que pensará el niño al que le hacía ilusión tu camiseta?
GENTUZA
Perdón : INSULTOS
Ambos. Insultos e indultos son apropiados.
Ya sabemos , por experiencias múltiples, que según quien (y contra que) cometa las infracciones legales no habrá reacciones en justa correspondencia. Ya se ha visto en tantísimas ocasiones , anteriormente y en la actualidad. Ante semejante estado de cosas,por una cuestión de higiene mental y para evitarme indignaciones , no veo partidos LFP. Carlos Martínez es un esbirro del Tinglao. Es mala gente.