Tirar la Liga

Existe un amplio consenso periodístico sobre algunos mitos, nunca refrendados por datos y sí avalados por prejuicios y sensaciones. Por ejemplo, eso de que a ‘los grandes’ siempre les favorecen los arbitrajes (mejor cerrar los ojos ante el saldo arbitral del Madrid), las victorias basadas en la pegada merengue, o lo que nos ocupará en las siguientes líneas; las cuatro Champions madridistas en cinco años, cimentadas en que antes se ‘tiró la Liga’ para centrar todos los esfuerzos en conquistar otro cetro europeo.

Si atendemos a esa teoría, los equipos a los que el Madrid mira desde arriba y de lejos en la clasificación liguera esta temporada deberían estar paseándose por la Champions, un torneo de pocos partidos y que, en realidad, no es tan complicado. No es una invención de este articulista; durante muchos años se intentó inocular en la opinión pública la idea de que la Liga superaba en importancia y dificultad a la Copa de Europa. Hasta ese punto se llegó para minusvalorar una gesta difícilmente igualable. Lo cierto es que los cuatro equipos españoles que acompañaban al Madrid representando a la liga esta temporada han dado tumbos en la primera fase de la competición y varios de ellos no van a poder centrarse en la Champions en lo que queda de temporada, pero porque han quedado eliminados a las primeras de cambio.

No se preocupen, ya tienen preparada su coartada. Si el Madrid ha superado a los rivales de su grupo, mientras varios equipos españoles se han estrellado ha sido únicamente por las bolas calientes. Los oponentes del Madrid han sido conjuntos con nivel de regional (o como ahora se llame en el batiburrillo que ha creado Rubiales), mientras que los de Barcelona o Sevilla fueron formidables escuadras casi imposibles de doblegar.

El lenguaje empleado nunca es casual. El Madrid ‘tiraba la Liga’ una y otra vez, mientras este año la lidera con holgura por la ‘dimisión’ de sus rivales. Y la realidad es que si tomamos por ejemplo la diferencia con el máximo rival; el Barcelona, a estas alturas de la temporada nunca hubo tanta distancia entre ambos en las cuatro campañas en las que se conquistaron las cuatro de cinco. Ahora nadie habla de que el Barça tire la liga. De hecho, es llamativa la euforia que hasta hace nada se transmitía desde los medios y los opinadores culés, pasando por encima de la situación deportiva presente del Barcelona. Y, al mismo tiempo, el pesimismo generalizado entre la mayoría de los tertulianos sobre el futuro del Madrid. O sería llamativo si no atendiera a un patrón, a un bucle mediático eterno.

En esa suerte interminable de malabarismo argumentativo, los que nos contaron que el Madrid tenía solo la tercera mejor plantilla de la Liga, ahora apelan a la falta de rotaciones y el negro porvenir para el conjunto de Ancelotti, a supuestos problemas con Bale, Hazard o Isco, a la falta de dominio o juego (me gustaría saber qué equipo está jugando mejor que el líder de la Liga) o al bajo nivel en general de la competición (solo este año). Cualquier cosa antes que asumir la realidad, que no encaja con su discurso. Como este discurso no va a cambiar, mejor deformar lo que ven para transformarlo en lo que desearían ver.