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Tiempo de juego

Tiempo de juego

Escrito por: Jacinto Fernández7 diciembre, 2024
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Buenas a todos. Otra vez soy Jacinto Fernández, el amigo de Javier Vázquez, ya saben.  Hoy me he permitido la libertad de escribir sobre un tema que Javi y yo llevamos tiempo madurando y que podría acabar con ciertas polémicas hartamente innecesarias que se suscitan en nuestro amado y noble deporte del balompié.

Me refiero al tempo de juego efectivo de un partido de fútbol. Ha salido una estadística en la que, paradójicamente, el equipo maestro de las pérdidas de tiempo, sí, el del pueblo, es el que más juega de verdad, seguido del Real Madrid. La paradoja es que, realmente, los que más juegan en un partido de fútbol —que entre tiempo reglamentado y añadidos varios se marcha a unos 100 minutos (tostón en muchos casos)— disputan en torno a 60 minutos de verdad, de rodar la pelotita (qué manía con llamarla la redonda, cuando todos sabemos que no es una esfera perfecta), que el resto del tiempo hasta llegar a esos aproximadamente 100 minutos de competición se van entre fueras de banda, faltas, lesiones varias, desvanecimientos temporales, enajenaciones mentales transitorias, cambios atemporales e innecesarios, espontáneos reivindicando la libertad de los peces del Orinoco y demás protocolos establecidos para parar el juego. Y resulta que el Getafe de nuestro amigo Bordalás es el equipo que menos juega, con poco más de 47 minutos disputados en realidad. Vamos, que los amigos azulones se pasan medio partido entre ponte bien y estate quieta, pero, de jugar al fútbol, nasti de plasti, que decíamos en tiempos antaños.

Todos nos desesperamos cuando nuestro equipo va empatando o perdiendo y el portero rival se tira un buen rato para sacar de puerta, entre que mira el balón, lo coloca aquí, lo pone allá, coge su toalla, bebe agua y saluda a un amigo de Valladolid que está en la grada. Desesperante. Igual de desesperante que, en el minuto 96, cuando se van a descontar 7 minutos, el entrenador del equipo que lleva un buen resultado se acuerda de darle minutos al canterano Romeralinho, que apunta maneras.

Igual de insoportable es ver cómo la entrada de un jugador a otro que, curiosamente va ganando, se convierte en un atentado terrorista de los gordos por las consecuencias fatales del desenlace, a saber, cara de estupefacción en el agresor a lo ni lo he tocado, grito espeluznante del agredido, quejío que se oye (y podría participar) en el festival del Cante de las Minas de La Unión, rodada por el césped (qué manía con llamarle el verde, estos no han visto los campos del norte de los años 70, no… verde, dicen… ja) de, al menos quince metros cuadrados, por la sinuosidad del evento, manos a la pierna tocada como si se la hubieran arrancado, más gesto de dolor inconsolable e incontrolado, remolino de sus compañeros alrededor de él, del árbitro y, si se tercia, colleja al que hizo la falta que, en ese momento, se siente el destripador de York del daño que ha producido, con el follón que se monta, árbitro pidiendo calma, pidiendo los servicios médicos, pidiendo la camilla y pidiendo que se pase pronto esto, por favor, publico enfurecido si el que está en el suelo es el de fuera y encantado si es el de casa y, por supuesto, unos minutos de no jugar al fútbol en los que, al final, en la mayoría (afortunadamente) de los casos, el sufriente jugador sale corriendo tan pichi sin más lesión que el castañazo recibido.

Busquets piscina cuento

Todos hemos sufrido (y aplaudido) en alguna ocasión estas cosas. Así como hemos sufrido y también aplaudido un añadido de unos minutos que, si ganas, te parecen excesivos y, si pierdes, te parecen lamentablemente cortos.

¿Y cuál es la mejor manera de arreglar este desatino? Muy sencillo, adaptándonos a los tiempos modernos, que diría el gran Charles Chaplin. Haciendo como en otros deportes que, a lo largo de los años, han acabado con las pérdidas de tiempo injustificables acoplándose y aprovechando las nuevas tecnologías, que para eso están. En baloncesto, hace muchos años, se jugaban parados los últimos 2 minutos de cada tiempo, ahora, todo el partido. En balonmano, se juegan también los últimos minutos de cada tiempo a reloj parado y, además, cada vez que lo dice alguno de los árbitros se detiene el tiempo, amén de que, para evitar las tediosas posesiones, existe la regla del juego pasivo, en la que los colegiados, cuando consideran que un equipo se está pasando con el ataque sin intentar lanzar a portería, levantan el brazo izquierdo, les permiten dos o tres pases más y si no lanzan, pierden la posesión de la pelota. Hasta en el rugby hay situaciones de reloj parado. En hockey sobre hierba ya se juega el tiempo de verdad desde hace bastantes años, en waterpolo también, en fin, casi todos los deportes olímpicos se disputan con un tiempo establecido y jugando exactamente ese tiempo, ni un segundo más, ni uno menos.

Pues hagámoslo en el fútbol. Ya sé que habrá enteraos que digan que se pierde la esencia, que se pierde la continuidad, que se pierde… Se pierden las trampas, ¡cáspita! ¿Qué se está demostrando, que los encuentros donde más se juega son de 60 minutos? Perfecto, dos tiempos de 30 minutos cada uno y a correr. Se acabaron los fingimientos exagerados, los cambios en el último minuto del descuento, los saques de puerta interminables, los saques de banda de diez metros más adelante de donde se ha producido la acción, los árbitros que añaden lo que quieren en cada partido, sin un control mínimo de cuánto tiempo, de verdad, se ha perdido y qué tiempo, de verdad, del que se ha perdido, debe ser descontable o no. Se juega lo que se debe jugar. Y si un córner se saca con 25 segundos por delante, date prisa en rematar porque si entra fuera de tiempo no es gol. Sólo en caso de penalti o de falta directa en el último segundo, habría que lanzarlo, igual que los tiros libres en baloncesto o las faltas directas en balonmano, sin tiempo. Lanzamiento y ya.

Pero claro, poner esta gloriosa (por supuesto) iniciativa en marcha daría al traste con la caterva de tramposos de medio pelo que utilizan el tiempo de juego efectivo para conseguir sus espurios objetivos cuando se sienten inferiores al equipo que tienen enfrente. ¿Cuántas veces hemos visto perder tiempo reiteradamente a un equipo y, cuando le marcan en el 85 de partido, montar en cólera porque el otro retrasa un saque de banda? Muchas, demasiadas, quizás. También acabaríamos con las artimañas de los trencillas de turno que utilizan el añadido al tempo reglamentado para decidir o, intentar decidir, el resultado de un encuentro en un sentido (sí, el que está usted imaginando) o en otro. Vale, es un poder omnímodo del colegiado decidir cuánto tiempo se va a añadir, como si tuviera en la muñeca una mesa de cronometraje baloncestil, pues acabemos con esto también para gloria de la limpieza y del deporte sano. Bastante poder tienen ya como para mantenerles el control del tempo. Se acabó, Acabemos con esta patraña de los 45 minutos por tiempo que, además de ser mentira, favorecen las añagazas y las trampas de los fulleros que, lamentablemente, campan por sus respetos en los campos de fútbol del orbe.

Hágase.

Y ya saben lo que dice mi amigo Javi, ser del Real Madrid es lo mejor que una persona puede ser en la vida… ¡Hala Madrid!

 

Getty Images.

Madridista de Sevilla que vive y padece la dicotomía del fútbol hispalense.

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3 comentarios en: Tiempo de juego

  1. Interesante columna, una vez que se ha puesto lo del VAR la esencia del fútbol en ese sentido se ha perdido y ya no es lo mismo un partido de primer nivel que el resto del fútbol organizado y de competición que se juega por el mundo.
    Yo creo que aunque se jugará a parar el tiempo seguiría habiendo cambios inoportunos, fingimientos etc porque aunque ya no sé perdería tiempo si se iría enfriando el partido con esas cosas pero aún así lo considero algo que se puede hacer y debería de probar a hacerse.

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🎂Cumple 33 años el hombre que le enseñó a Bellingham lo que significaba «chilena», el hombre tranquilo que no flaqueará jamás ante un penalti decisivo, el gran @Lucasvazquez91

¡Felicidades!

Lamine Yamal es muy joven.

Enormemente joven.

¿Y?

#portanálisis

👉👉👉 https://www.lagalerna.com/lamine-yamal-es-muy-joven-y/

En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.

La explicación completa, aquí

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Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.

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