Thibaut Courtois, Luka Jovic y Julio Iglesias

Buenos días. Courtois está recuperado, lo que supone que Zidane se ve abocado a dirimir qué dos porteros que no pertenezcan a su familia deben ocupar respectivamente banquillo y puerta del Real Madrid en el duelo de mañana en Getafe. El morbo está servido, pero amigos: ¿Cuándo no lo está? El morbo se despacha en Concha Espina en la modalidad bufé, self-service, all included, coma cuanto pueda, como en un rodizio interminable, bandeja en mano, primero a las ensaladas, luego a las carnes rojas, dejen hueco para un buen postre. Así es el Madrid siempre pero más aún lo es ahora, cuando no queda sino dejar que agonice la temporada con esta especie de laxitud consternada a la que no estamos acostumbrados, y cuando esa laxitud es el mejor caldo de cultivo para que campen a sus anchas el rumor y la polémica.

Este dilema Thibaut vs Keylor al que Zidane queda abocado por obra y gracia del retorno del belga (y por si fuera poco por obra y gracia, también, de la insistencia en recordarlo por parte de Relaño) coincide, además, con una información vertida ayer por Sergio Valentín de esRadio, en el sentido de que el Madrid se plantea vender a Courtois y quedarse con Keylor. No damos a la información ni mucho ni poco crédito, y os remitimos tanto al artículo de Mario de las Heras que recomendaba el adiós del belga como al que publicó ayer Ramón Álvarez de Mon oponiéndose a la hipotética transacción.

Unos que vienen y otros que se van, cantaba Julio Iglesias, o mejor en este caso unos que podrían venir y otros que podrían largarse. Nos gusta Jovic con su porte de gorila intimidatorio. Vamos a ver si el año que viene en lugar de pasar miedo lo infundimos. Jovic remata como un sicario que no hace prisioneros, se bate el cobre con los defensas y no es cojo fuera del área. Se da la circunstancia de que además se llama Luka, como Modric, como Doncic, ese gigante con sonrisa de niño que se ha convertido en el mejor embajador del Real Madrid en USA y que siempre será nuestro, sobre todo cuando vuelva de verdad, que es lo que el futuro nos tiene reservado como contrapunto a los sinsabores de esta temporada.

Para eso habrá que esperar unos años, pero no así para volver a vibrar con nuestro equipo de baloncesto, ya que estamos con dicho deporte, que ha vuelto a encaramarse a la enésima Final Four. Las portadas no le dan gran bola a esta recurrente hazaña. Nuestros corazones sí. Qué grande es el Madrid de Laso. Leed en poco rato la crónica de Joe Llorente sobre la machada de ayer.

Os dejamos las portadas filoculés porque querréis verlas.

Pasad un buen día.