El FC Barcelona o la leyenda del jinete sin cabeza

Buenos días. El desánimo de los diarios de autoayuda culé casi nos hace zozobrar a nosotros también. Venga, hombre, que no se diga. Que no somos nada sin ese proverbial optimismo cósmico azulgrana. Un portanalista necesita de esa positividad cataculé, de esa manera primaveral de mirar las cosas, las cifras, las repeticiones, la historia. Esa suerte de revisionismo titiritero y alipórico es lo que nos mueve, incluso lo que nos conmueve. Sport y Mundo Deportivo alicaídos es como ver a Rafaella Carrá cantando fados. Vamos, arriba ese ánimo. Pensad en la salud de vuestros fieles lectores que de verdad creen que dos ligas en once años indican sin ninguna duda que al Madrid le favorecen los árbitros. No piensan que le favorecen al que ha ganado ocho de once posibles, no. Piensan que le favorecen al Madrid. ¿Qué va a hacer esa gente si les dejáis solos? Ahora mismo sólo vemos culés perdidos, extraviados, sin rumbo. Caminando por las calles sin nada a lo que asirse. Desprovistos de esas pequeñas y grandes fantasías, de las pequeñas idiosincrasias que les mantienen vivos cada día.

Más que un sorteo (“terrorífico”) de Champions parece que hoy ha habido un funeral en Culeland. Un ataque aéreo parecen haber sufrido en Sport, cuyo BOMBAZO CHAMPIONS ha dejado un socavón anímico como para reírse con un cuento de Juan Rulfo. Es como si hubieran llamado a Stephen King y le hubieran pedido la portada. Ellos pueden. Si el Barcelona puede traer a Calathes,  Sport puede traer a Mr. King y hasta al mismísimo Poe (bueno, a Edgar Allan no, que es madridista) o a Lovecraft redivivos. Lo que sea para que Mirotic no parezca tan triste, porque serlo lo es como bueno también, igual que un cuento de Juan Rulfo; aunque nosotros preferimos los cuentos de Scott Fitzgerald, por ejemplo, llenos de chicas y de chicos jóvenes y de música y de cosas bonitas como si estuvieran brindando siempre con Copas de Europa.

La tragedia no parece haber alcanzado de un modo tan atroz a Mundo Deportivo, donde parece que ya están en fase de recomposición. Aunque cualquiera diría que en vez de sacar unas simples bolas hubieran caído guillotinas y yaciesen unas cuentas cabezas por los suelos. Lo suyo no es un Mundo cruel sino un bombo cruel, que es peor, naturalmente, porque el Mundo (Deportivo o no) ya se lo suelen fabricar ellos mismos a gusto y conveniencia. Nosotros esperamos que esta caída moral signifique un nuevo impulso hacia una nueva y creativa y flamante positividad, donde nosotros, los portanalistas, y, sobre todo, los lectores, podamos volver a encontrarnos en ese punto de felicidad, de dicha incomparable, que produce una buena portada radiante de ventoleras.

La CARA DE CAMPEONES no es precisamente la que se nos suele quedar cuando contemplamos una portada de As, suponemos que por la inoportunidad ordinaria con la que nos suelen obsequiar cada día, y que en esta mañana de sábado vuelve a regalársenos por representar el optimismo rancio del que nos alejamos siguiendo la estela que va dejando la nave de Zidane.

Nos vamos a ir casi viendo doble, pero sólo tras un primer vistazo, porque no es lo mismo que aparezca la figura y el rostro imponentes de Karim Benzema señalando el cielo de su gloria que la imagen de Del Bosque para recordar los diez años de la Copa Mundial de España. Ya nos hemos centrado y estamos A UN PASO, como Marca, de irnos a dormir, porque este es un portanálisis nocturno y plácido como la noche de verano que lo alumbra, con las olas del mar a lo lejos, los grillos a medio camino y José Feliciano que canta para cerrar la fiesta de los vecinos.

Pasad un buen día.