Aún humeantes los rescoldos del vergonzoso clásico del pasado domingo, muchos madridistas siguen con la horca y la antorcha, con intención de arrasar con cada rincón del club y rumiando perspectivas apocalípticas. Obviamente, siendo aficionado de un equipo con esa historia y ese nivel de exigencia, nadie está contento con la goleada que se encajó. Pero una cosa es una lógica desazón y otra muy distinta la pulsión neroniana de calcinar hasta la última brizna de hierba del Bernabéu. El Madrid sigue liderando con holgura la liga y está clasificado para cuartos de la Champions League. Se puede fracasar o triunfar en ambas competiciones y las valoraciones y consecuentes medidas tendrán que llegar a posteriori. Parece de cajón pero, visto lo visto, quizás haya que recordar que lo que ocurrió fue una derrota en un partido liguero; dolorosa por el rival y la forma, pero poco dañina para la consecución de los objetivos.
La figura a la que se ha señalado casi de forma unánime como gran culpable del batacazo es la de Carlo Ancelotti. El italiano está cumpliendo por el momento con lo que se le pide a un entrenador del Madrid, que no es otra cosa que ganar. Hoy, a finales de marzo, su equipo opta a llevarse los dos títulos más importantes y ya se ha adjudicado uno menor.
Otro cantar es valorar la gestión de los recursos hasta la fecha. Y aquí su labor sí es cuestionable. Su total ninguneo de la fantástica generación de canteranos (duele mucho ver a Miguel Gutiérrez en Primera RFEF), su querencia por sobreexplotar un esquema, un libreto y un grupo reducidísimo de efectivos y su incapacidad para preparar citas muy importantes en las que el equipo no ha dado la talla son evidentes. Dicho todo esto, lo que parece normal es la querencia que tiene el Real Madrid por triturar a su entrenador, que sea quien sea ejerce el papel de perpetuo parapeto. Tras ser despedido en su primera etapa en el Bernabéu, en el verano de 2015, el italiano pasó por Bayern primero, Nápoles después y Everton antes de que se le volviera a llamar el pasado año desde el Paseo de la Castellana. Solo a un grande de Europa se le ocurrió la idea de contratar a un técnico crepuscular con un método perfectamente conocido, que no sorprende o engaña a nadie. Ancelotti no es amigo de rotar, y quizás por eso sus equipos no hacen grandes segundas vueltas y apenas ha ganado 4 Ligas en 25 años de trayectoria, dirigiendo a algunas de las más potentes escuadras de Europa. Lo que quiero decir es que hay responsables de volver a optar por este perfil, en una política de contratación de entrenadores que parece buscar personalidades cómodas y no a aquellas con exigencias de mando en plaza y obsesión por dotar de sello personal a sus equipos. Es decir, se busca un director que se apañe con el guion y el reparto que ya hay preparado y no a uno que venga a escribir sus líneas y a exigir varios nombres en el casting. Y se vuelve a desprender de esta decisión cierto aroma de desdén y desconfianza hacia la figura del técnico, al que se suele ningunear en los éxitos (que se lo cuenten a Zidane) y usar como escudo en los fracasos. No parece lógico que un club que pretende reunir en su plantilla a los mejores jugadores que existen, que posee la cantera más prolífica del planeta y que está reconstruyendo su estadio para que siga siendo un icono futbolístico en este siglo, degrade una posición ejecutiva tan importante como es la del entrenador. Al fin y al cabo es quien se encarga de explotar la principal materia prima de cualquier equipo, es decir, a sus futbolistas.
A la dirección deportiva del Real Madrid (que existe y funciona como cualquier otro departamento del club) hay que reconocerle sus innumerables méritos. Sin ir más lejos, la construcción del equipo que conquistó las 4 de 5 Copas de Europa. Pero también hay que señalar sus inevitables errores, entre ellos el modo en que se ha gestionado la renovación tras esta saga legendaria. Es cierto que se ha impuesto una contención de la inversión en fichajes debido a las consecuencias del Covid, como también lo es que se ha errado más de lo que se venía haciendo. Fruto del ciclo victorioso también se emprendió una política de renovaciones largas que a la postre ha supuesto un importante lastre. El entrenador ha dejado de contar con buena parte de su plantel, pero muchos de esos jugadores están de vuelta, o no tienen nivel suficiente para estar hoy en un equipo donde el listón está siempre altísimo. Que se busque sacar del Madrid a alrededor de un 40% de los futbolistas que tienen este año taquilla con su nombre en el coliseo blanco no es algo atribuible a Ancelotti, desde luego.
Estoy convencido de que el Real Madrid, como institución que sigue los preceptos de Santiago Bernabéu, sigue en una permanente búsqueda de la perfección. Y encontrar un técnico en el que confiar un proyecto largo debería ser una parte esencial en la hoja de ruta. Para lograrlo hay que cambiar ciertos tics internos, y también hacer un proceso de selección que dé con el candidato más brillante al puesto de director técnico, y no con el que sea capaz de manejar sin rechistar las piezas que se le ofrecen. Eso pondría en valor una figura, la del entrenador, que lleva siendo crucial en el fútbol casi desde que se inventó. Y apagaría, al fin, la picadora de carne que parece ser el banquillo del Bernabéu.
Fotografías: Getty Images
Pues de acuerdo con casi todo lo escrito y vaya por delante que yo no me considero un incendiario Nerón por querer fuera del Madrid a Carleto la próxima temporada.Cierto es que la “dirección deportiva “se lo ha puesto en chino mandarín,pero que el actual técnico no es el apropiado para emprender una renovación de plantilla y una adecuada gestión del juego que se lleva ahora en Europa es evidente.El gran problema es el de siempre,a quien traes?
Yo optaría por técnico joven,pero con cierta experiencia,español o extranjero,me da igual,y que se le dé al menos un 50% de responsabilidad en la confección de plantilla.
Dos cuestiones.Si el articulista vio ayer a Miguel Gutierrez tendrá clarísimo porque no está en el primer equipo.Y en cuanto a entrenadores, ni un solo tecnico,de categoría, querrá venir a un club,en el que no puede trabajar con independencia.
Yo creo que aquí todos los técnicos trabajan con independencia. El problema es que la plantilla no la diseñan ellos, salvo Mourinho, y eso al final pasa factura. Florentino prefiere técnicos de perfil bajo, con experiencia, antes que técnicos jóvenes o de carácter que le pidan jugadores y le canten las deficiencias de la plantilla. Yo creo que en el término medio está Raul, al que le daria el puesto el año que viene pase lo que pase en liga. Para mi está preparado, tiene experiencia y sabe lo que quiere. Ancelotti solo tiene experiencia.
Yo no sé si está o no preparado Raul, si nos fijamos como marcha el Castilla, es para ponerlo en duda pues su labor no es como para tirar cohetes, el entrenador que le hace falta a nuestro equipo, yo no lo se, pero si fuera Presidente , traeria a un entrenador aleman, y desde luego para defensa central del equipo, a un jugador argentino o uruguayo, son los que mantienen el area con autoridad, hace muchos años que lo sabemos, pero el club no lo hace, no se porque.
Antonio, Zidane tampoco subió con el Castilla y tenía una generación de jugadores mucho mejor: Odegaard, Valverde, Hakimi, Llorente, Febas... Yo creo que no se puede juzgar a Raul por sus resultados con el Castilla. Por supuesto hablamos de sensaciones, pero creo que Raul es joven y tiene ambición, más o menos como Zidane en su momento. Traer a entrenadores con su ciclo acabado como Ancelotti o Low no tiene demasiado sentido.
La plantilla la tiene que confeccionar un director deportivo con maximos poderes y responsabilidad si la hace un entrenador que a media temporada se va o le echan mal negocio le pasó al Valencia con Valdano y sus sudamericanos luego vino Raineri y no le valia ninguno, el Madrid lamentablemente siguiendo los ciclos ahora necesita un Mouriño que despierte al equipo y después otro con mano blanda y asi uno detras de otro, para mi el ideal seria Pochetino que con el PSG durante 2 horas y medianos dio un baño y este si tira de la cantera como lo demostró en todos los equipos en los que estuvo en Inglaterra
¿Y Alonso, que os parece? ¿Querría él dar el paso?
Hola,
En más de una ocasión Florentino ha dejado claro que el entrenador es, para él, un mal necesario. Salvo Mou, todos los entrenadores elegidos por el club han sido fáciles de acomodar al deseo del presidente.
Una plantilla brillante, solo puede trascender con un entrenador excepcional. Tuvimos mucha suerte con ZZ. Pero si el club decide dejar en manos de Carlo esta plantilla con Mbappe, Haaland y Vinicius...perderemos otro año.
Hay que traer un entrenador único, como la plantilla. Raúl no está preparado, ni es tan brillante como ZZ. Alonso tampoco está listo, pero apunta alto.
Presi, please, trae un entrenador capaz de liderar un proyecto único.
Buenos días:
La senda de Santiago Bernabéu, precisamente, no sigue. Para el manchego, el eje principal sobre el que giraba el club era el aficionado. De ahí un estadio más grande, múltiples secciones, comportamiento de consideración hacia el socio y el aficionado, eliminación de cualquier actitud por parte de los jugadores (de cualquier sección) que pudiera ocasionar vergüenza el en madridista....
Florentino ha decidido que es más importante el aficionado con dinero que el aficionado fiel. Y así ocurre, que el club va año a año ganando en repercusión mediática y, probablemente, en dinero pero lo hace a la misma velocidad que pierde en esencia, valores e identidad.
Querido contertulio:
No puedo estar más de acuerdo contigo.
Verás cuando mi padre me hizo socio,julio de 1954,se le recuerda una anécdota a Don Santiago,les dijo a la plantilla de aquel entonces que cuando.acudierana los entrenamientos en la antigua Ciudad Deportiva vinieran en coches normales,y dejarán los " Ferrari " en casa.
Porque la masa social era a base de mucha gente que le costaba muchísimo pagar la cuota de socio.
Don Santiago en estado.puro.
Carlos Santandreu Muñoz
Socio número 1058 del Real Madrid C.de F.
Pues, en completo desacuerdo. El nº de aficionados que podrían llenar un estadio Santiago Bernabéu inmenso, nunca podría alcanzar la cifra de 200.000. Sin embargo, la cifra de aficionados del Madrid que pueden ver a su equipo, hoy, gracias a la televisión, asciende a cientos de millones. Y a ese aficionado mundial es al que, hoy día, también seguiría don Santiago Bernabéu, como hace don Florentino Pérez.
Volver a los viejos tiempos del antiguo estadio Bernabéu, además de un anacronismo, es una estupidez, hoy día. Nos convertiríamos en un Escalerillas F.C. No es el aforo del estadio el que permite mantenernos en los primeros puestos del mundo del fútbol.
Querido contertulio:
Cuando se le da más importancia al "Dios Dinero " que a los valores que Gracias a Dios me hacen ser socio de un Club desde hace Sesenta y ocho años,y a mucha honra mal vamos.
No sé si le suena eso que dijo:
España prefiere Honra sin barcos,que barcos sin Honra.
Pues eso
Carlos Santandreu Muñoz
Socio número 1057 del Real Madrid C. de F.
Querido contertulio: mi comentario no iba sobre el dinero (tan sólo) sino sobre que son muchos más los aficionados del Real Madrid que no pueden acceder al estadio que los privilegiados que sí podemos hacerlo por lo que, primar a estos no me parece lo más lógico ni equitativo. Es más, ni honorable que sólo se mire por los “patricios” o “aristócratas” que tenemos acceso al campo. Me hice socio del Madrid en el año 1964. Si de “alcurnia social” hablamos, no estamos tan lejos. Sí en lo de pensar en los demás y en un Real Madrid que siga siendo grande en este siglo y los próximos.
Don Santiago Bernabéu construyó el estadio para conseguir que el Real Madrid fuera el primer equipo del mundo, gracias a los ingresos que se conseguía con un estadio de mucho más aforo. Hoy día, éso no es suficiente ni mucho menos. Y, por supuesto, que “el Dios Dinero” no es lo más importante pero, su ausencia sí que lo es.
Lo de preferir honra sin barcos antes que barcos sin honra, no me parece muy adecuado en este contraste de pareceres. No viene al caso. No sé qué tiene que ver la honra con tener un equipo limitado por no tener posibilidades de conseguir a los mejores jugadores mundiales. Ésa sí fue la senda que siguió don Santiago Bernabéu.