Temporada de transición madridista

El análisis de las portadas de los periódicos deportivos de hoy

Buenos días. En mañanas como hoy, nos gustaría titular el portanálisis con un suspiro que fuera a la vez de alivio, de satisfacción profunda y de expectativa. Por desgracia, es un suspiro no transcribible en el castellano escrito. Son mañanas en que acabamos (es el plural mayestático que usamos para hablar del equipo e incluirnos en sus glorias) de coronar el más alto puerto de montaña. Tranquilos, nos previene la experiencia: se trata de ganar el Tour.

Son de hecho no uno, sino dos tours de Francia (Liga y Champions) los que aspiramos a coronar en cabeza del pelotón, dos ambiciones del máximo nivel (sobre todo la Champions) que nos tienen ahora mismo de puntillas, y por eso, porque la actualidad se ha convertido de manera casi sorpresiva en apasionante, es por lo que nos extraña que Marca se dedique hoy a "pajiplantillear" para el futuro, contándonos quiénes se quedarán (sí o sí) en la plantilla el año próximo. No decimos que no sea interesante, pero nuestra mente está ahora en el Getafe.

No nos cuenten quiénes seguirán el año que viene, Marca. Ya no es la temporada de transición que habíamos calculado, o si lo es se trata de una transición con potencial de campeonar, o sea, una temporada de transición madridista. Contadnos mejor quién va a estar sano para Getafe. Eso es ahora mismo lo que nos consume.

Por lo demás, nos parecen bien los nombres que Marca identifica como intransferibles. Ojalá sea verdad que el ejecutar fichajes tan resonantes como los que se plantea ahora el club sea de verdad compatible con mantener a estas joyas. Lo que nos dicta el sentido común es que, más que intocables, lo que son Vini, Rodrygo, Valverde y Ødegaard es “difícilmente tocables”, o mejor dicho “carísimos de tocar”. Solo una oferta mareante, de las que ni la biodramina deja de hacer tentadoras, les haría salir.

Nos parece bien, sí, Marca, pero esta ya no es una temporada de saldo como preveías, como (ay) quizá preveíamos, malos madridistas, madridistas cenizos (toma oxímoron) como a veces somos. Háblanos de lo que nos interesa, Marca. Dinos: ¿llega Carvajal al Getafe? ¿Estará Varane libre de Covid? ¿Tendrán luz verde para jugar Benzema o Kroos, a pesar de sus molestias y del agotamiento?

Es una temporada de transición, sí, pero de transición madridista. Las transiciones en el Madrid son así, es decir, perfectamente compatibles con aspirar a cascarse un doblete Liga-Champions que solo se ha logrado tres veces en la historia blanca. Como temporada de paso no está nada mal, dirán los de otros equipos, verdes de envidia. Haberse hecho del Madrid, oigan, con todo el respeto para el Club Deportivo Teruel o el Wolverhampton. En otros clubes, cuando toca transición, se echa el cierre disimuladamente, aunque no se confiese como tal. Son cierres soterrados. En el Madrid se conjugan el afán reconstructor de cara al año que viene con la máxima exigencia para la presente campaña, con las máximas expectativas. Se renueva el equipo, pero se espera la más gloriosa función de entreguerras mientras se actúa entre bambalinas.

Así es el Real Madrid, amigos. Tan gozosamente imprevisible que ahora mismo lo que nos cuentan el resto de jinetes mediáticos del Apocalipsis nos da un poco igual. As loa a Zidane (a buenas horas, se dirá) mientras Sport y Mundo Deportivo apuran el vaso de sus culereces. Déjennos en paz. Solo queremos que llegue el Getafe para ver, esta vez, con cuántos cojos y contra qué árbitros somos capaces de sobreponernos al fátum más proclamado de todos los tiempos.

Pasad un buen día.